El Reino Unido activa hoy el Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa mediante una carta de la primera ministra Theresa May al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Está previsto que el embajador británico en la Unión Europea, Tim Barrow, haga entrega personalmente a Tusk de esta carta. Y comienza la cuenta atrás de la salida de Gran Bretaña de la UE. Un hecho insólito y que no se había dado en la historia de esta organización europea.

Una vez Tusk tenga la carta, la primera ministra May se dirigirá al Parlamento y, según está previsto, el presidente del Consejo Europeo también hará una breve declaración de acuse de recibo.

Tras la activación del artículo, Tusk tiene 48 horas para hacer circular entre los 27 un borrador sobre cuáles serán las grandes líneas de negociación con Londres.

Los británicos han votado a favor de salirse de la Unión Europea, de acuerdo a los resultados finales que le dieron el triunfo al Brexit por 52 por ciento contra 48 por ciento por la permanencia.

La salida ya afectó la economía británica con una caída histórica de su moneda ante el dólar, lo cual, de acuerdo a los políticos que hicieron campaña a favor de abandonar el bloque europeo dijeron beneficiará las exportaciones del país y, por consecuencia la economía.

Esto, sin embargo, no es tan claramente predecible, ya que las consecuencias reales tomarán años en verse, de acuerdo a expertos. La inmigración también se verá afectada, entre muchas otras cosas.

Esta es la primera vez que un país miembro de la UE abandona esta unión política y económica, por lo que los mecanismos para ejecutar la medida por el momento no son muy claras ni definidas. Tras este referendo se esconden antiguas y nuevas tensiones: el recelo por la burocracia de Bruselas, el control de la inmigración, la defensa de la soberanía nacional, el orgullo por un carácter británico insular y diferenciado del resto de Europa y los retos de seguridad.

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