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Perros y estrellas

David Almorza Gomar
David Almorza Gomar
Profesor Titular de Universidad de la Universidad de Cádiz, en el Departamento de Estadística e Investigación Operativa, adscrito a la Facultad de Ciencias del Trabajo. Ha sido Vicerrector de Alumnos de la Universidad de Cádiz (desde el año 2003 hasta el 2013) y Vicerrector de Responsabilidad Social y Servicios Universitarios de la Universidad de Cádiz (desde 2013 hasta 2015). Durante estos doce años, ininterrumpidamente, ha tenido entre sus competencias el Área de Deportes de la Universidad de Cádiz. Ha promovido la creación del Aula Universitaria de Fútbol de la Universidad de Cádiz, y en estos momentos ocupa el cargo de Director del Aula de Fútbol. Tiene el título de Entrenador Nacional de Fútbol con Licencia UEFA-PRO. Ha entrenado en las categorías Infantil y Cadete del Cádiz C.F. desde el año 2010 hasta la actualidad. Además, en el Cádiz C.F. ocupa el cargo de Coordinador de Delegados y Auxiliares de Fútbol Base desde el año 2014.
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análisis

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A lo largo de la historia del cine, recordaba un día el médico investigador Boris Pérez, hubo perros que fueron verdaderas estrellas cinematográficas. Es el caso de Lassie o de Rin-tin-tín. En los dibujos animados se hizo famoso Scooby-Doo. Sherlock Holmes inmortalizó al perro de Baskerville. En el comic Milú y, por encima de todos, Snoopy, fue sin duda el más mediático.

Pero si se hace referencia a las estrellas del firmamento, continuaba Boris, desde la antigüedad se conoce a Sirio como la estrella perro. Los egipcios, los griegos y las culturas polinesias, la conocían. Se trata de la estrella más brillante que hay en el cielo nocturno, e incluso los mayas la usaban para su calendario, que comenzaba el día 26 de julio, justo cuando Sirio asciende en conjunción con el Sol.

Investigando sobre el tema, Boris descubrió que Sirio es la sexta estrella más cercana, a 8,6 años luz del Sistema Solar. Su nombre científico es Alfa Canis Majoris, y está situada en la Constelación de Canis Major. Una constelación que reúne a muchas estrellas, todas ellas con el nombre científico de Canis (perro). Sirio es una estrella binaria, y junto a ella está Sirio B, más pequeña. Como Sirio es la estrella perro, a Sirio B se le conoce como cachorro.

Una de las estrellas de esa constelación es VY Canis Majoris. Una estrella de las llamadas hipergigante roja. De las mayores que se conocen. Para tener una idea de su magnitud, se ha comparado con la Tierra. El diámetro de la Tierra es de unos 12.742 km. Si un avión recorriera el contorno de la Tierra a una velocidad de 1.000 km/h sin necesidad de repostar, volvería al punto de partida al cabo de unas cuarenta horas. Si ese avión quisiera hacer lo mismo recorriendo el contorno de VY Canis Majoris, tardaría nada menos que unos 1.000 años en volver al punto inicial. Una hipergigante al lado de la que nuestro planeta es insignificante.

Boris concluye que a veces pensamos que cierto problema que nos ocupa es enorme, pero si se compara con otros, igual se trate de un problema insignificante. Una lección que nos dan los perros. Aquí pensando que a veces se lleva una vida de perros y en algún punto del Universo dan su nombre a una hipergigante roja.

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