El mismo día en que la Audiencia Nacional ha denegado las medidas cautelares solicitadas por Repsol contra el impuesto de solidaridad a las empresas energéticas y a los bancos, el diario económico Expansión ha publicado una noticia que muestra el patriotismo real de las grandes fortunas de España.
Si el gobierno de Pedro Sánchez esperaba que los millonarios de este país iban a pagar sin rechistar el impuesto de solidaridad, se demostraría que viven absolutamente despegados de la realidad o que son absolutamente unos ignorantes respecto a los comportamientos de las clases privilegiadas.
Los ricos, cuando se trata de pagar impuestos, entran a formar parte de la «cofradía de puño cerrado». No en vano, pagan cientos de miles de euros cada año, cuando no millones, a carísimos asesores fiscales cuya única misión es reducir el porcentaje impositivo que tienen que pagar estos millonarios.
En concreto, Expansión señala en su información que los grandes bancos privados están analizando ya junto a los más importantes despachos de abogados del país los recursos que se van a interponer en los tribunales contra el impuesto de solidaridad del gobierno. En concreto, se cita a varios representantes de estos grandes bufetes y se coincide en que la estrategia que están recomendando a los clientes millonarios de los bancos es que paguen el impuesto pero luego recurran en los juzgados.
Esta situación muestra cómo en la sociedad que se ha creado tras la crisis económica global de 2008, las clases privilegiadas viven sólo para acumular la riqueza, sin aportar nada al bien común. Mientras están regateando el pago del impuesto de solidaridad, muchos de esos millonarios no dudarán en comprarse el último Bugati o en ordenar la construcción de un yate más grande del que ya tienen.
España, como el resto del mundo, se está intentando recuperar de las consecuencias tanto de la crisis de 2008, que no se superó totalmente, como de la paralización de la actividad económica por la pandemia o por las consecuencias de la inflación salvaje provocada por el incremento de precios artificial derivada de la codicia empresarial.
Lo mínimo que se puede exigir a los que más tienen es que aporten la parte que les corresponde. Se trata de solidaridad, se trata de patriotismo real, no del que sólo se muestra con una pulserita con la bandera de España. La patria es el pueblo y, a día de hoy, la ciudadanía, las clases medias y trabajadoras están sufriendo una situación de precarización absoluta en todos los ámbitos que sólo puede ser solucionada a través de las políticas públicas. Para eso, el Estado necesita el dinero de los impuestos que los ricos no quieren pagar.
Si ya es un problema la insolidaridad y la falta de patriotismo de los millonarios, los bancos y los grandes despachos de abogados de España, esto se acrecienta cuando hay una parte de la clase política que les apoya. Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo, está convirtiendo a la Comunidad de Madrid en un paraíso fiscal donde se les promete a los ricos que no pagarán impuestos.
Los defensores de estas políticas absolutamente irresponsables, que ya han provocado graves consecuencias a economías tan robustas como las de Estados Unidos y Reino Unido, afirman que si los millonarios y las grandes empresas no pagan impuestos, entonces se crearán puestos de trabajo y mejoras en la calidad de vida de las clases medias y trabajadoras.
Esto es falso. En las últimas semanas se ha comprobado como, por ejemplo, las grandes tecnológicas han anunciado cientos de miles de despidos en todo el mundo, incluso en países con regímenes fiscales blandos. Todo ello sin contar con la escabechina de Elon Musk en Twitter.
En España, por ejemplo, después de un rescate que está costando al país más de 100.000 millones de euros, los bancos han practicado una estrategia de destrucción masiva de empleo que ha derivado en la desprotección de los más débiles.
En consecuencia, el patriotismo de pulserita, el del «Viva España» pero con el bolsillo lleno, es el que defienden los millonarios mostrando, una vez más, que la codicia es su modo de ver la vida, sin importarles que decenas de millones de personas sufran las consecuencias de sus juegos de especulación.
Inaudito y demagógico artículo de Jose Antonio Gómez. Parece que busca la confrontación de los que pagan impuestos y los que no los pagan. No se rescató a la banca, sino que la banca y el Estado rescataron a las Cajas mal gestionadas por políticos. En la situación actual lo primero que hay que hacer es no despilfarrar dinero de los ciudadanos por ahí empieza la solidaridad.
No hay confrontación posible, ya nos gustaría. Yo pago pago impuestos. Supongo que Vd. también. Ellos no. Y se ríen de usted y de mi, en sus yates, a carcajada limpia.
Vaya comentario hay que ver cómo piensa la gente, el artículo para mí es muy bueno, el rico no piensa en contribuir con nada y al final las clases medias y las bajas un poco menos ya que tienen ayudas, hay que pagar impuestos cada uno respecto a sus ingresos, el rescate fue a los bancos en general por el ladrillo y lo pagamos sin rechistar, ya es hora de que hagan algo por nosotros
No hay confrontación posible, ya nos gustaría. Yo pago pago impuestos. Supongo que Vd. también. Ellos no. Y se ríen de usted y de mi, en sus yates, a carcajada limpia.