viernes, 26abril, 2024
19.8 C
Seville

“El patriarcado lleva demasiados siglos cómodamente aposentado en su fálica cima”

Entrevista a la tuitera feminista “Perra Roja de Satán”

Nuria Coronado Sopeña
Nuria Coronado Sopeña
Es periodista feminista, autora de Hombres por la Igualdad (Ed LoQueNoExiste), editora, organizadora de eventos feministas y responsable de Comunicación y RR.PP. de Juan Merodio. Además es Máster en Producción Radiofónica (RNE), Biblioteconomía y Documentación (Universidad Complutense) así como Mujer y Liderazgo (Escuela Aliter). Fue becaria “Erasmus” y “Leonardo” en Roma. En la actualidad colabora con Diario 16, Público, El Español, 20 minutos y AgoraNews, entre otros medios. También es formadora en periodismo con perspectiva de género y ha sido galardonada con el “Premio de Diario 16” por la labor profesional y personal en la defensa de la igualdad (2018), el de “Embajadora de honor de yocambioelmundo.org” (2018) y el de “Candidata a las Top 100 Mujeres Líderes en España” (2018) en la especialidad de medios de comunicación.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Si hay alguien que haga ladrar como las diosas mismas a la jauría patriarcal que hay en el mundo online, esa es Perra Roja de Satán. Y es que esta tuitera, con más de 100.000 seguidores, cuya identidad no es pública y que como ella misma dice es “tan roja como su sangre”, se ha convertido en una referente del feminismo cuyos tuits “pensados desde el mismísimo infierno”, logran que las cabezas de los machistas, acaben dando tantas vueltas como la niña de exorcista.

Esta “esposa, madre, mujer” que encontró en su cuenta de twitter una forma de canalizar todos aquellos pensamientos que le hacían “correr el riesgo de explotar como una olla exprés”, reconoce salir de los días difíciles con la pócima mágica de la sororidad. Por eso no duda con esta entrevista en dar las gracias a todas sus hermanas, “por ser mi voz cuando me quedo afónica, por ser fuertes cuando flaquean mis fuerzas, por demostrar que la verdadera manada es aquella que lucha y se protege unida y no aquella que hiere, viola y mata”, explica a Diario16.

¡Lo de perra es muy heavy eh!

Lo difícil en este mundo es transformarse en persona cuando en realidad somos verdaderos animales (risas). Mi tránsito en este caso fue una medida de protección, cuando «era humana» y estaba cansada de que las primeras contestaciones a mis tuits siempre fuesen «ladra perra», «maldita perra» o «eres una perra». Decidí desactivar esa palabra que ellos usaban como insulto. Las palabras tienen el significado que nosotras queremos que tengan. He conseguido que, lo que para algunos es peyorativo, para mi sea una seña de identidad, una forma cariñosa de llamarme para los míos. Le he quitado las connotaciones negativas, para transformarlo en un maravilloso epíteto que enerva a los que querían denigrarme llamándome así.

“Los hombres deben aprender a escucharnos en vez de pretender enseñarnos”

¿Tienes algo de normal o eres de lo que no hay?

Pero ¿qué es ser normal? En serio, soy una mujer terriblemente normal con un montón de peculiaridades que me hacen excepcional, como todas, como todos. No acepto lo normal como algo bueno, la gente plana no me atrae, ni me aporta nada. Tengo mil facetas aburridas, mil caras apasionantes y mil pensamientos mundanos (algunos incluso divinos). Mis mil imperfecciones me convierten en  perfecta… Esposa, madre, mujer y perra, no me levanto peinada y no abro los ojos hasta el tercer café. Con una cabeza en constante ebullición encontré en mi cuenta de twitter una forma de canalizar todos aquellos pensamientos que me hacían correr el riesgo de explotar como una olla exprés, arrasando con todo lo que tenía a mi alrededor.

¿A cuántos y cuántas te gustaría quemar en el fuego de los infiernos?

¡Madre mía! ¡La lista es larga! (ríe). En realidad mandaría a todos aquellos que con sus actitudes hacen que los demás vivamos en un verdadero infierno. Son ellos los que nos han condenado a las llamas con su machismo, su homofobia, su xenofobia, su intransigencia y su odio a todo lo que ellos consideran diferente. La libertad es tan maravillosa y por desgracia tan escasa. Nos falta libertad para ser libres.

¿Qué te da más miedo de todo lo que pasa en las redes y que en realidad es el espejo de lo sucede en el mundo real?

Lo que más miedo me da es la realidad que se esconde tras el mundo virtual. El saber que la gente dice, lo que en realidad piensa es muy revelador. La gente en las redes se atreve a mostrar sus verdaderos pensamientos, esos que no tienen valor a expresar cara a cara, ya sea porque son políticamente incorrectos o directamente delitos. Pocas personas se atreverán a decirte en una conversación que las mujeres somos inferiores, que los negros son escoria o que los gays les dan asco. Las redes les dejan expresar esas oscuras palabras, que en ocasiones no son más que las bravuconerías de seres grises y mediocres que se envalentonan al saberse protegidos tras la pantalla de sus dispositivos.

¿Cuánto nos queda a las mujeres para que dejen de tenernos en el blanco continuo de la desigualdad?

Nos queda mucha lucha, mucho sufrimiento, muchas batallas. No van a ceder fácilmente un territorio que se creen que les pertenece por derecho. El patriarcado lleva demasiados siglos cómodamente aposentado en su fálica cima como para que vengamos nosotras a cambiarles las tornas. ¡Con lo bien que les ha ido siempre siendo superiores, para que ahora queramos decirles que, de superiores nada, que somos iguales a ellos y reclamamos nuestro espacio en esa cima que más tarde o más temprano dejará de tener forma fálica!

¿Tienes fe en que en algún momento dejen de matarnos, violarnos, pagarnos menos…que dejamos de ser felpudos en definitiva?

Vamos a ver, que ellos nos traten como tal, no nos convierte en felpudos, por mucho que se empeñen. Siempre me rebelaré ante el que intente pisarme o quiera limpiarse sus «botas» conmigo. Para que dejen de hacerlo nos queda mucha educación por delante, educación feminista. No hay otro camino. ¿Si lo veré? No creo, pero no por ello dejaré de luchar para aportar mi granito de arena en ese cambio. Si no dejan de matarnos, ni de violarnos, ni de pagarnos menos. Nosotras no dejaremos de clamar por cada asesinato, de denunciar cada violación y de luchar por nuestros derechos.

¿A los señoros y los trolls que les recetas?

¿Pastillas de cianuro? (risas) ¡Es que lo suyo tiene mala solución! No suelo entrarles al juego, ignorarles es mi mejor respuesta y seguir expresándome libremente mi mejor arma. Si nuestras voces les ponen tan enfermos, debemos seguir hablando hasta que mueran ahogados en ese odio machista que les consume. Sólo tienen un camino… el de la extinción. Espero que algún día sean como los dinosaurios y estudien sus restos exclamando: «¿Así que esto era un machista no? ¡Qué bestia más terrorífica y abominable!»

Sin el feminismo ¿quién serías hoy?

Pues supongo que sería una mujer machista. Vivir el feminismo es un ejercicio de constante aprendizaje y de desaprender lo aprendido, analizar día a día tus actitudes machistas residuales y desecharlas. Echando la vista atrás el feminismo ha marcado un antes y un después en mi vida, supongo que en la de todas. En el feminismo he encontrado un montón de hermanas que desconocía que tenía, esas mujeres que el patriarcado me obligó a tratar como rivales y enemigas, me han enseñado el significado de la palabra sororidad. Si como mujeres individuales somos fuertes, juntas somos poderosas y lo estamos demostrando día a día.

¿Los tuits te nacen del estómago o del corazón o del mismísimo…?

¡Dilo! ¡Dilo! ¡Del mismísimo coño! (risas) ¡Uigs he dicho coño! Depende del tuit, del momento y de la situación. Normalmente mis tuits surgen del primer pensamiento que me viene a la cabeza y, como en esta entrevista prefiero no pensar demasiado ya que le resta autenticidad.

Cuándo piensas en las manadas que andan sueltas ¿Qué es lo que te viene a la cabeza?

Se me viene a la cabeza el extenso catálogo de jardinería de Leroy Merlín, en especial la extensa sección de tijeras de podar. Ahora en serio. Notas como la bilis te sube por la garganta, amenazando con ahogarte. La rabia, la ira, la tristeza, la desolación, la incomprensión y el miedo se mezclan en un peligroso coctel difícil de digerir.

¿Y en los abogados que defienden a las manadas?

¡Va de retro Satanás! Partiendo de la base de que todos tenemos derecho a una defensa legítima, debo decir que hay defensas que son ilegítimas. Oír como un tipejo se queja una y otra vez de que sus «pobres» defendidos están siendo juzgados públicamente, mientras se pasea por todos los platós de televisión, es digno de estudio. Tener que aguantar que nos escupa con su habitual altanería y su rancio machismo, que «no nos consiente» que llamemos violadores a sus clientes y llamarnos histéricas es más de lo que puedo soportar. ¿Sabes qué te digo? ¡Que me paso por el mismísimo lo que este tío me consienta o me deje de consentir! Los que violan son violadores, se ponga como se ponga el «señor letrado».

Los medios de comunicación están demostrando estar en lado equivocado ¿qué consecuencias tiene esto?

Muchas y terribles. Han convertido todo esto en un espectáculo dantesco, un circo mediático donde la voz de la víctima no ha sido escuchada, ni respetada. Se han perdido en un amarillismo insoportable. Tenemos que aguantar que nos enseñen como «El prenda» saca la basura… En serio, ¿qué interés informativo tiene esa noticia? «Son buenos chicos», » la que tendría que estar en la cárcel es ella», «si les han soltado por algo será»… Micrófono en mano van persiguiendo a todos los vecinos para conseguir estas «jugosas» declaraciones. ¿Y la víctima? ¿Quién habla por ella? ¿A ella quién la defiende? ¿Tiene que soportar todo esto? Su voz se ha perdido y su sufrimiento despreciado, sólo se le presta atención a ellos, sus agresores. Se corre el riesgo de normalizar lo que no es normal y de olvidar lo que hicieron y por eso salimos a la calle, para que no se normalice, para que no se olvide, para que se haga justicia.

¿Hay hombres aliados o son una excepción aun?

Los hay, los conozco y son maravillosos. En algún momento pensé que no existían, que era una leyenda urbana, luego les conocí. Aquí quiero hacer una especial mención a alguien que es un ejemplo en este tema, se llama Josean Si todos los hombres del mundo tuviesen su mentalidad, las cosas serían muy diferentes para las mujeres. Pero retomando la pregunta, creo que los verdaderos aliados son, por desgracia, una excepción. Muchos de nuestros aliados que se autoproclaman feministas nos dicen cómo debemos llevar nuestra lucha o pretenden liderarnos, todavía no se han enterado de que no necesitamos a ningún hombre que nos lidere… que para eso ya tenemos a Albert Rivera. Los hombres deben aprender a escucharnos en vez de pretender enseñarnos, muchos de ellos se revuelven como gato panza arriba si les intentas señalar cuando tienen alguna actitud machista. Todos las tenemos, yo la primera, porque nos han educado en una sociedad machista, el problema está en no asumirlo, si no lo asumes y lo analizas es imposible rectificarlo y erradicarlo.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído