Pablo Iglesias dejó el 15M en la puerta de la Moncloa

Al vicepresidente segundo del Gobierno le creyó el pueblo porque se autoproclamó defensor de las ideas defendidas por el 15M. Sin embargo, Pablo Iglesias jamás propuso en ninguna de sus asambleas o movimientos nada que no fuera más allá de lo que mi definición de conciencia social colectiva expone en sus fundamentos registrados como propiedad intelectual. El 15M fue la expresión popular de una sociedad cansada de ser sometida por las dictaduras privadas denunciadas continuamente por los medios que personalmente he creado y dirigido en España y República Dominicana.

Podemos utilizó esa filosofía existencial del pueblo en plena revolución de sus conciencias, tal como el PRM ha utilizado «el Cambio» en las últimas elecciones presidenciales. Sólo espero que el PRM no defraude al pueblo dominicano como ha hecho Podemos, mejor dicho, sus líderes, con la ciudadanía español.

Pablo Manuel Iglesias es un hombre vacío de ideología, más aún, es un «fraude humano». Jamás se ha comprometido con las ideologías que se desprende en segundos del concepto humano y la verdad coherente de las bases ideológicas de la conciencia social colectiva.

Es un «líder» con una «elemental» lideresa a la que a buen seguro le costaría definir «el feminismo», que no desea pasar de las ideas, algo de lo que sabe mucho, pero tiene el valor de decirlo, el señor de San Sebastián (para mí también Donosti) para no crearse el compromiso con la ideología.

El pueblo ya está cansado de ideas, quiere hechos coherentes con las palabras, sobre todo porque la ciudadanía también piensa y las tiene. Ser un creador de ideas es una identidad más de ego y prepotencia, similar a Miguel Bosé quien afirma que no existe coronavirus aunque haya muerto un millón de personas porque así justifica su decadencia personal, humana y artística, incluso aunque ésta ya sea natural.

Pablo Iglesias sólo tiene ideas, porque la ideología, la que supone abrazar, seguir abrazando al socialismo de Iglesias Posse, te agarra al compromiso con el pueblo con, incluso, los votantes.

Para Pablo Iglesias es mejor tener solo ideas, así hoy es de izquierdas, mañana critica a Ana Patricia Botín, pero de lejos, desde la demagogia. Desde cerca, desde el poder de vicepresidente segundo, ni la toca por si acaso le cuesta su puesto en la casta, así comparte y apoya a las dictaduras privadas y al capital deshumanizado con el fin de que le dejen en su despacho de la Moncloa.

Su ministra de Igualdad saca la ley trans, el pueblo no se entera de lo que es o significa, ni ella, ni la mayoría. La ciudadanía pasa absolutamente de ello porque ni le da ni le quita, pero alimenta a ese sector del egocentrismo cultural, que tampoco saben lo que es la cultura, y los/as que lo saben le sacan su interés justificándolo desde dentro y fuera (nacionales e internacionales) de las hogueras de sus vanidades.

Toda esta incoherencia ideológica e incompetencia de gestión política se certifica con las sabidas de subvenciones económicas y privilegios sociales a asociaciones, agrupaciones, plataformas de autónomos y otros colectivos utilizados en módulos de formación nunca justificados.

Por cierto, en 2017 se concedieron más de 14.000 millones de euros que el pueblo necesita para comer no para cursos de ofimática y, al ritmo que lleva esta administración, vía dos o tres ministerios, esa cifra podría superarse.

Y con el fin de justificar todas estas incoherencias a Pablo Iglesias solo se le ocurre abrir la veda contra Carmen Calvo, la única mujer socialista, porque ella, su dignidad, se impusieron ante la mediocridad de las ideas y con el apoyo de socialistas andaluces, básicos unos y otros con mucho que callar, pero que si lo desean hablaré de ellos y ellas. Esa veda se ha abierto contra la vicepresidenta primera por ejercer ésta la coherencia de aplicar ideas a partir de la ideología y actuar desde la lealtad de su cargo y estando de acuerdo o no con la base de la responsabilidad que el presidente del Gobierno le ha encomendado. Esto, evidentemente, la coloca frente al «señor asesor de los anillos de las ideas» de quien es cómplice desde el silencio del vicepresidente segundo.

Carmen Calvo representa todo lo contrario a su segundo en el gobierno y, por supuesto, al asesor de las ideas. Por eso les incomoda su presencia. porque representa la verdad y la coherencia, la lealtad y los principios, representa el timbre de voz de Pablo Iglesias Posse que, como decía Antonio Machado del fundador del PSOE, «cuando le oigo hablar su timbre de vos refleja la verdad humana».

Pablo Manuel Iglesias y la ministra de la desigualdad, ¿cómo tenéis el atrevimiento de cuestionar a la mujer, socialista y política, que con su trabajo ha hecho posible, junto a su equipo de conseguir escaños (hacer ganar al PSOE) suficientes para que incluso vuestra coalición, en un principio deseada, os permita sentaros en el consejo de ministros y ministras de España, sin ideología ni compromiso, más aún con la demagogia de hacernos creer que de verdad ibais a ser coherentes con vuestro discurso, el del 15M, el que cuestionó a las dictaduras privadas y al capital deshumanizado descubriendo la falsedad y manipulación incluso del feminismo de Ana Patricia Botín y sus medios de difusión e imagen , cómo ser o no ser  calleja o callejón vía 5 de las Atlántidas.