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OpenBank (Santander) y BBVA mantienen tarjetas con un TAE usurario a pesar de la sentencia del Supremo

Las tarjetas y los préstamos revolving, que ya han sido calificados como productos usurarios por el Tribunal Supremo, atraparán a decenas de miles de personas este verano en una dinámica de endeudamiento eterno

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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El pasado 4 de marzo de 2020 el Tribunal Supremo dictó una sentencia histórica, ya que declaró la usura de las tarjetas cuyos intereses fueran abusivos, una doctrina que ratificó otra sentencia reciente del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). La sentencia 149/2020 del Tribunal Supremo, de 4 de marzo, que tildó de usurero el tipo de interés por encima del 20% provocó ajustes en el sector, pero no suficientes. El recorte en los tipos de interés se ve compensado por las comisiones y gastos, lo que sigue situando el precio total de estas tarjetas en el entorno de la usura.

Y es que tras el parón en el descenso de los tipos nominales, que pasan del 16,71%, registrado en enero, al 16,49% actual, otras vías de cobro ganan importancia, como son las comisiones de emisión que, de hecho, en otros segmentos de tarjetas, como las de débito, ya están subiendo.

Sin embargo, la banca campa en España a sus anchas y, en muchos casos, no cumple con las sentencias de la Justicia. Esto se puede comprobar en el hecho de que, a pesar de la sentencia del Supremo y del TJUE, todavía hay muchas entidades financieras que en sus tarjetas y créditos revolving siguen imponiendo unos intereses muy superiores a los establecidos por el Alto Tribunal, lo cual, vuelve a meter a los usuarios en la dinámica que más gusta a los bancos: el litigio judicial.

OpenBank (Santander) y BBVA, TAE por encima del 23%

En concreto, el TAE de la tarjeta Visa Diamod de OpenBank, el banco digital del Santander, y las tarjetas Después Oro y Después de BBVA superan el límite máximo del 20% indicado por el Supremo. En concreto, la entidad digital del Santander cobra por su producto un 23,26%, mientras que el banco vasco cobra un TAE del 27,49% y del 24,41%, respectivamente. La clave está en las comisiones y gastos que elevan los tipos de interés una media del 16,49%, según el Barómetro ASUFIN de tipos de interés.

La Visa Diamond de OpenBank (Santander) se comercializaba hasta finales del año 2020 con una comisión de 125 euros y se ofrecía gratis el primer año, lo que permitía a la entidad no incluirla para el cálculo de la TAE, pese a ser obligatorio. En diciembre del año pasado, ya incluyó una nota indicando la TAE a partir del segundo año. Actualmente, continúan incluyendo en la TAE el coste de la comisión que, eso sí, ha pasado a ser de 55 euros, lo que ha impactado a la baja en la media del mercado.

El Banco de España publicó el 13 de julio de 2021 su Memoria de Reclamaciones, que recoge 1.869 relacionadas con tarjetas revolving frente a las 204 de 2018, un incremento del 800% en tan solo dos años. A esta cifra deben sumarse todas las reclamaciones que no llegan a manos del supervisor, sino que se acaban resolviendo directamente en los juzgados españoles.

Bombas de crédito

Según señala la plataforma Recupera Revolving «durante los últimos años las financieras han concedido con excesiva facilidad créditos revolving a muchas personas que precisaban dinero de forma rápida para afrontar pequeños gastos cotidianos. Sin embargo, el nivel de desinformación y los elevados intereses pactados han dejado a muchas de ellas con deudas imposibles de liquidar».

Esta es la clave y durante el verano muchos españoles no familiarizados con estos créditos caerán en la trampa de las revolving. Ante la necesidad de disponer dinero de forma rápida y con la premisa de poder devolverlo a plazos, encontrarán en esta opción un respiro que les permita disfrutar de las vacaciones. Sin embargo, muchos de ellos acabarán con deudas que se prolongarán en el tiempo de forma indefinida.

Con todo, el peligro real de estas tarjetas en la falta de transparencia del mecanismo de amortización que lleva al consumidor a pensar, erróneamente, que adquiere una tarjeta de facilidad de pagos cuando en realidad contrata una línea de crédito abierta que le atrapa en una espiral de deuda. A este respecto, Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN, afirma con contundencia que «unas tarjetas que son auténticas bombas de crédito, que permiten disposiciones muy elevadas y pago de cuotas realmente pequeñas no pueden seguir siendo tan sumamente accesibles. Es un peligro para el consumidor».

Por ejemplo, muchas de estas tarjetas permiten disposición de crédito de 8.000 euros o más. Una deuda de esa cantidad y con los tipos medios que detecta ASUFIN en el mercado, del 16,49% nominal y 18,88% TAE, se pagaría solo de intereses el primer mes 109,93 euros.

Por eso es muy importante que la ciudadanía se informe antes de firmar un contrato de una tarjeta o un préstamo de este tipo sobre las principales cláusulas y lo que implican a futuro, porque es muy probable encontrarse con cláusulas abusivas y, al aceptarlas, la única solución que los bancos ofrecerán será el litigio o la reclamación judicial.

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