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Non grato a tutiplén

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análisis

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Abascal llora que te llora por los rincones como una Zarzamora sin consuelo por haber sido declarado persona non grata en Ceuta y en su rabieta amenaza con darle una patada al tablero de juego. Pero, como ya ha amagado tanto con dar sin dar desde aquella frustrante moción de censura en la que solo él salió censurado, ya no causa respeto la amenaza de dar, ni nadie ni mucho menos el PP espera ni teme que dé. A buen seguro que se quedará en un nuevo amago y se contentará con un gesto de resarcimiento de su supuesta mancillada imagen.

Lo de Ceuta ha demostrado que los chicos y chicas de la ultraderecha no son tan aguerridos ni tan montaraces como creíamos. Después de todo demuestran tener la piel igual de fina como la de cualquier otro hijo de vecino. Los “vox nois” desde siempre han estado señalando constantemente a políticos, medios de comunicación y periodistas y ahora que con toda la razón son señalados, lloriquean como niños consentidos y caprichosos a los que no dejan imponer las reglas de juego por muy dueños del balón que sean, ¿qué esperaba Abascal de los representantes de los ceutíes después de llamarlos promarroquies y quintacolumnistas del reino alauita? 

El acuerdo aprobado en la declaración de persona non grata gracias a la abstención del PP repudia como indeseable al líder de Vox porque «vino a nuestra ciudad para provocar la ruptura de la convivencia, el pilar en el cual se basa nuestra sociedad y, desde su posición supremacista, para envilecer a los ciudadanos de Ceuta, a algunos de los partidos que los representan y a las instituciones soberanas que nos hemos dado». «Abascal echa de menos los métodos de Hitler». 

Más allá que la ultraderecha lloricona consiga que el PP acomplejado de Casado recule de una forma más clara de las propias declaraciones de rechazo a la declaración de persona non grata a Abascal de algunos de sus líderes, lo acontecido en Ceuta debe servir como aviso a navegantes. Es decir, a la ultraderecha que se envalentona solo cuando los cuerpos de seguridad la protegen, hay que darle donde le duele y desde donde más le duele. El partido que promovió sin complejos y los otros que la apoyaron, incluido el PP con su abstención, la declaración de persona non grata a Abascal supo darle donde le duele y desde donde más le duele a la ultraderecha: las instituciones.

Al parecer Abascal y los suyos ya no recuerdan que tan solo hace unas semanas señalaban a la revista cómica El Jueves y a su director por unas caricaturas de las líderes ultraderechistas publicadas en dicha revista. Tampoco deben recordar que en diciembre de 2020 el Grupo municipal de Vox en la Asamblea de Murcia registró una moción para declarar «personas non gratas» al Presidente de Castilla La Mancha (el socialista García Page), al Presidente del PP de Castilla La Mancha (Francisco Núñez) y a Carmen Picazo de Ciudadanos, entre otras peticiones de declaración de persona non grata.

Por su parte, el PP que califica ahora lo de declarar persona non grata como una herramienta deleznable propia de la izquierda para apartar a políticos contrarios a sus ideas, olvida que en su día intentó declarar persona non grata a Zapatero, Otegi, Antich, Vicens, Almunia y Pedro Sánchez. El ridículo que ha hecho una vez más Andrea Levy no tiene precio. El mismo ridículo que ha hecho Arrimadas, al no recodar que Cs y ella misma también participó en distintas peticiones de declaración de persona non grata como, por ejemplo, a Otegui en el ayuntamiento de Atarfe.

En fin, todo un culebrón que ha servido para ver hasta dónde llega las peleitas sin hacerse daño entre PP y la ultraderecha, la hipocresía y el victimismo de unos y el oportunismo del resto.

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