Hay nubes en el cielo pero el sol las esquiva con facilidad y aparece y reaparece a cada momento. MURCIATOWN. Enero. Año 2023.
En Santo Domingo, subido a una escalera que le ha pedido al tipo de la floristería que hay al lado, está el gran fotógrafo Marcial Guillén retratando a Álvaro Peña, uno de los artistas de los limones que jalonan el principio del paseo de Alfonso X el Sabio.
El guardia civil que está en la puerta del Banco de España habla conmigo cuando le pregunto algo y me mira los ojos, de ser humano a ser humano.
Prueba a hacer lo mismo en la puerta del Banco de España de Madrid: sino te ladran será un milagro.
Todo el mundo tiene tiempo para charlar cuando se encuentra algún conocido por la calle. La gente camina a buen paso, pero sin ansiedad, arriba y abajo de la Gran Vía. En el barrio de la universidad, el viejo Barrio Chungo, la vida estalla por todas partes y es alegría.
Por la tarde la maravillosa poeta Magdalena Sánchez Blesa presenta su nuevo libro, AHORA QUE SOY ARENA, en el espacio cultural de la antigua Cam ahora CaixaBank: lleno hasta la bandera.
Murciatown, en la ciudad de Murcia, es todi humanidad y calidad de vida.
Ya no se parece tanto a Nueva York como se parecía cuando yo vivía allí, ahora me recuerda más a París: la la misma bonhomía.
Son casi las tres de la noche cuando salgo del BRO, serious drinking, en el número 2 de la calle del Poeta y periodista Raimundo de los Reyes (sigue habiendo vida en el Barrio Chungo, lástima que ya nadie -¿quizá Enrique Ciller?- lo llame así).
Murcia. Murciatown. Amo esa ciudad y a todos los que la dan vida.
Gracias. Me encanta.
(Mecanografía: MDFM)