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Miquel Iceta: «El socialismo español se ha situado a la vanguardia de la izquierda europea»

Segunda parte de la entrevista concedida a Diario16 por Miquel Iceta

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análisis

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En esta segunda parte de la entrevista a Miquel Iceta, además de temas relacionados con el Ministerio de Cultura y Deporte, se tratarán asuntos relacionados con el análisis político.

A nuestro medio han llegado informaciones de pequeños coleccionistas de arte que están consiguiendo rescatar grandes obras o archivos. Cuando estas personas entregan o muestran sus descubrimientos a los organismos estatales se les puede llegar a requisar sin ningún tipo de indemnización. ¿Tiene su Ministerio algún proyecto para revertir esta situación?

El Estado hace esfuerzos en comprar obra contemporánea, pero también obra antigua. Lo que pasa es que eso nunca puede ser una decisión arbitraria o caprichosa del ministro de Cultura de turno. Nosotros tenemos uno de los organismos más valorados que es nuestra Junta de Valoración, que es la que decide si determinadas obras merece la pena que el Estado dedique parte de su presupuesto para comprarlas. En obras concretas, por ejemplo, cuando se compró un cuadro del Greco que hacía 100 años que no se compraba nada del Greco para el Museo de Toledo. Pero es verdad lo que dice usted. En la cuesta de Moyano todavía hay gente que descubre un manuscrito, una hoja, una anotación. Bueno, sobre eso, la verdad es que si tiene un interés muy determinado, pues la Junta de Valoración puede apreciar la posibilidad de que se compre, pero también yo quiero valorar lo que usted decía en su pregunta: hay gente que lo pone a disposición del Estado.

Estos días las hijas de José Luis Cuerda nos han cedido su archivo para que el Estado lo custodie y lo ponga a disposición. Claro, yo también aprecio mucho eso, yo respeto mucho los legados, pues cada familia sabe cuáles son sus necesidades, son sus condiciones, pero cuando una persona recibe como legado parte de nuestra cultura y lo quiere poner a disposición de todos, la verdad es que a mí se me queda una sonrisa al pensar que esta persona se da cuenta de que era su padre, su tío, su abuelo, pero forma parte ya de la de la cultura de todos. Afortunadamente tenemos algunos recursos para que no se pierdan cosas, por ejemplo, últimamente hemos comprado el archivo Berlanga, como se puede pensar en el cine español sin Berlanga. Y luego otra cosa que también nos está costando a veces explicar, y es que no todo ha de estar en Madrid. Si el Estado compra el archivo Berlanga es perfectamente legítimo decidir que se custodie en Valencia porque hay una raíz, hay un motivo. Últimamente hemos comprado también un archivo de arte contemporáneo muy importante, el archivo Lafuente, que estaba en Santander y que se va a quedar muy mayoritariamente en Santander porque cuando utilizamos la expresión Museo Nacional, es de toda la nación. No es un museo solo en Madrid, sino que ha de ejercer esa función en toda España y en la compra de archivos en la compra de bienes culturales, pues intentamos también atender a esa diversidad.

¿El Caso Negreira qué consecuencias está teniendo para el fútbol y el deporte español?

Es una muy mala noticia, arroja una sombra sobre la credibilidad de nuestras competiciones deportivas y, por lo tanto, está haciendo daño a nuestra reputación. Por eso, entre otras cosas, es por lo que hay que aclararlo hasta sus últimas consecuencias. En este sentido, es verdad que la legislación deportiva, a partir de 3 años de la comisión de un presunto delito deja de actuar, pero la legislación, el Código Penal y la justicia ordinaria no. Por lo tanto, hemos decidido en la medida en que la justicia ha abierto diligencias, personarnos como Consejo Superior de Deportes para mostrar nuestro compromiso con el esclarecimiento de los hechos. Siempre hay que defender, faltaría más, la presunción de inocencia, pero las noticias que han surgido realmente arrojan sombras sobre el deporte español y, por lo tanto, quien más tiene que defenderlo es el Consejo Superior de Deportes que, es verdad, es parte del Ministerio de Cultura, pero tiene su propia autonomía y su propia lógica. Entonces hago la broma que cuando todo va bien, es del Consejo. Cuando hay un lío es del Ministerio.

Foto: Agustín Millán

Hablemos un poco de política, ¿por qué la ciudadanía está en el estado de crispación actual que no se recuerda en la historia?

Intento nunca llevar la contraria a mis entrevistadores, porque tienen razón siempre. Yo que soy mayor que usted y estuve en el gabinete de la Presidencia del Gobierno con Felipe González. Y hay que ver lo que pasó, particularmente de los años 1993 a 1996. Fue tremendo y luego también hay que recordar los ataques de los que era objeto Rodríguez Zapatero y sus ministras, lo que se llegó a decir de Leire Pajín o de Bibiana Aído. Yo debo decirle, y lo digo desde el respeto y sin ánimo de echar más leña al fuego, que la derecha española lleva muy mal estar en la oposición. Se puede hacer oposición sin insultar, sin crispar, sin polarizar la sociedad. Lo que ha llegado a pasar en este país en muchos terrenos yo creo que es preocupante y demuestra una escasa cultura democrática de algunos sectores de la derecha española y por lo tanto, hay un exceso de crispación que tampoco se entiende demasiado. Hay un ruido político desorbitado en relación a una situación económica y social razonable. Estamos viendo lo que pasa cada día en Francia. Cada país tiene su lógica y sus cosas, pero allí se está intentando hacer por parte del presidente de la República y de su Gobierno una reforma de pensiones que ha llegado a las calles y que ha llevado a quemar las puertas de un Ayuntamiento. En cambio, aquí no. Yo no quiero establecer una comparación, pero sí que debo decir que aquí se están haciendo reformas de gran calado. La reforma de las pensiones, la reforma laboral y se están haciendo por acuerdo, por consensos muy amplios. Zapatero en su época de oposición demostró que se puede hacer oposición sin faltar al respeto, sin hacer de la mentira una categoría, sin la obsesión por derribar. El felipismo, el sanchismo, siempre es lo mismo, personifican en el líder, lo hacen responsable de todos los males y lo convierten en un enemigo a batir. Yo creo que es un mal camino, creo que no les va a dar resultado, pero desde luego no es bueno para nadie.

Distintos analistas políticos de Europa coinciden en que la crisis de la socialdemocracia fue la puerta de entrada a las formaciones populistas de extrema derecha y de extrema izquierda. ¿La socialdemocracia ha sabido reinventarse al siglo XXI?

Se puede decir así. Yo creo que cada tiempo tiene su respuesta a sus posibilidades. Probablemente en la crisis del 2008 no era posible que un país, un gobierno en solitario, la frontera contra el paradigma que se había creado de políticas muy centradas en el neoliberalismo, y eso es verdad. La izquierda no supo dar una respuesta propia distinta. Pero es que esta vez sí. Cuando gobernó el Partido Socialista del 82 al 90 y se podía intentar inspirarse en otras políticas, hago la broma y podríamos dudar si hacer más como los franceses, como los alemanes o como los suecos. Hoy somos nosotros los que marcamos el paso para que otros países nos sigan y esto ha sido tan espectacular que siempre explico algunas anécdotas para que la gente entienda cómo lo vive un ministro socialista que lleva más de 40 años militando en el Partido Socialista y me voy a una reunión del G20 en Roma de ministros de Cultura y la ministra alemana me pregunta, «¿cómo es que estáis vacunando tanto y tan rápido?». Yo me vine arriba porque un ministro alemán le estaba diciendo a un ministro español, en el fondo, que cómo es que lo estáis haciendo mejor que nosotros.

Foto: Agustín Millán

Algo así está pasando con la crisis energética…

Ahora, cuando tenemos el tema de la reforma del mercado eléctrico, hace más de año y medio, la ministra Ribera iba a reuniones europeas y les hablaba de la necesidad de separar el precio del gas y de la electricidad. La miraban como si fuera una señora rara y hoy todos los países están aceptando que ese era el camino. Cuando les dijimos que las características de las redes transeuropeas permitían separar a la península Ibérica con otras zonas, al principio nos miraban raro y ahora lo que quieren es ser todos la Península Ibérica. Por lo tanto, yo creo que pueden hacerse críticas sobre la gestión del Gobierno, faltaría más, pero estamos en un momento de una creatividad y de una capacidad de innovación y de liderazgo… Yo lo quiero decir porque es que los socialistas muchas veces hemos sufrido porque decían que éramos una mala copia de la socialdemocracia alemana, yo esto lo he tenido que oír muchas veces. Bueno, pues hoy, modestamente, pero el socialismo español se ha situado a la vanguardia de la izquierda europea.

Sin embargo, hay gente que pide que el PSOE se coloque más a su izquierda…

Hay gente que piensa que si se va a la revolución todo cambiará. En cambio, los reformistas creemos en un esfuerzo permanente porque cambiando las cosas nos iremos acercando a ese objetivo pero de forma paulatina y gradual. Ahora podemos decir que el tiempo parece que nos da bastante la razón porque no te puedes vanagloriar hoy ni vivir de rentas, mañana cada día tiene su afán. Nosotros tenemos todavía retos muy importantes, el de la vivienda es uno de ellos, sin duda. Usted hablaba de la crisis del 2008, pero fíjese, ahora estamos invirtiendo más, con más gasto social que nunca, pero al mismo tiempo con más ingresos fiscales, con mayor reducción del déficit. Estamos haciendo cosas que hace unos años te hubieran dicho que estás loco. Se está creando empleo, estamos exportando más que nunca, estamos además siendo pioneros en las energías nuevas basadas en el hidrógeno que van a ser la realidad dentro de 3 días y seguramente nos van a encontrar mucho más preparados que hace 20 o 30 años, cuando se producían también cambios tecnológicos importantes. Estoy muy orgulloso, formo parte de este Gobierno, pero es que se me hace bastante fácil explicar lo que hacemos porque creo que hemos encontrado un hilo conductor y un liderazgo. Recuerdo cuántas veces se decía que Felipe González iba a acabar dirigiendo la internacional socialista. Parece que tentaciones y propuestas hubo. Ahora, finalmente, quien acaba siendo el presidente de la Internacional es Pedro Sánchez, en un momento en que de todas partes del mundo miran a España y dicen que apunta maneras, vamos a ver qué hacen, no vamos a ver qué dicen porque lo que dicen parece que está dando buenos resultados. Yo por eso socialdemócrata y reformista, sí, pero también muy orgulloso de lo que se ha hecho. Del gobierno de coalición progresista se decía esto no durará ni cuatro días. Bueno, está durando bastante más, con algunos ruidos, es lógico. Los gobiernos de coalición están formados por partidos distintos que no piensan en todo lo mismo, pero con unos resultados y nuestra obsesión en estos momentos es que la gente se fije en los resultados. Están siendo muy buenos y nos están preparando mejor para un futuro que es bastante incierto.

Para finalizar, ahí está la cámara para que traslade a nuestros lectores, a la gente, lo que usted crea que no ha quedado claro en la entrevista o algo que quiera trasladarles directamente

Creo que como el entrevistador era muy bueno, ha quedado muy claro, pero sí que me gustaría quizá insistir en una cosa: apostemos por la cultura, exijamos más y mejor cultura. Cuando vayamos a votar, votemos a quienes más se comprometan con la cultura. Así no nos vamos a equivocar.

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