viernes, 26abril, 2024
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¡Matadlos!

Vicente Mateos Sainz de Medrano
Vicente Mateos Sainz de Medrano
Periodista y Doctor en Teoría de la Comunicación de Masas.
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análisis

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Isabel Díaz Ayuso ha descubierto el pensamiento que anida en su mente, que sobrepasa los límites de los exabruptos a los que nos tiene habituados, al incitar al asesinato de la oposición —porque le canta la gallina y exhibe sus vergüenzas de acción y gestión—, en el mensaje remitido a sus diputados y consejeros en la Asamblea de Madrid, antes de último pleno: “Hoy la izquierda está acabada. Matadlos”. Petición imperativa que no puede soslayarse viniendo de la Presidenta de una Comunidad Autónoma, pues introduce la lícita discrepancia política en el terreno de la violencia física. Requerimiento que va más allá del insulto escondido en metáforas absurdas, de la radicalidad verbal en la exposición de sus propuestas, o de sus tergiversaciones que mezclan hechos reales e inventados para ocultar la realidad que no le gusta, que apelan a la vieja estrategia de enredar la madeja para desvirtuar los hechos objetivos y verificables de una gestión que beneficia a los de arriba y abandona a los de abajo. 

Su exigencia expresa de “Matadlos”, no puede justificarse como una hipérbole discursiva en una conversación con un compañero —como ha afirmado a posteriori para evitar cualquier disculpa—, pues su carácter imperativo y la exigencia implícita de llevar a la práctica la orden explícita supone, simple y llanamente, una incitación al crimen. Petición a sus huestes equiparable a la que Hitler exigía a las suyas, para que pusieran en marcha — sin que les temblara la mano— la solución final que supuso la muerte de más de seis millones de judíos. En el caso de Ayuso ese “Matadlos”, apunta a quienes deben ser castigados con la muerte por pensar diferente: la izquierda. 

Exigencia propia de dictadores y sátrapas, reforzada por la forma verbal imperativa, basada en la presunción de que la izquierda está acabada. Deseo que pasaría por ser otro infantilismo de los suyos, reflejo de la irrealidad en la que se maneja su mente; si no fuera porque dispone de suficientes corifeos empresariales —para los que Ayuso es una muñeca útil para asegurar y aumentar sus beneficios con dinero público—; de un número indeterminado de mentes tan perdidas como la suya a las que agrada su discurso guerra civilista; y de una corte mediática inflada por el dinero público de su Gobierno, esforzada en estos días por esconder en sus noticias y titulares esta última boutade, conscientes de su impacto negativo.

Con el aprendizaje al que nos ha obligado —por el cargo que ocupa— sobre el funcionamiento caótico y disruptivo de su mente, está última burrada solo podría hallar justificación en su falta de meninges para valorar el alcance de las cosas que dice; lo cual quizá sea casi peor porque confirmaría que estamos en manos de una persona que precisa tratamiento psicológico o psiquiátrico. Esta disfunción en la que vive su mente y su falta de conocimiento y cultura general, convierten a IDA en un cóctel explosivo que la lleva a creer que siempre está en posesión de la verdad, que es la reina del mambo, y que su destino es pasar de mandar en Madrid —desconoce que se gobierna para todos—, a mandar en España; porque no tiene quien la pare, quien la haga entrar en razón, entre los miembros de su partido, lo que acentúa la idealización de sí misma como la más lista y capaz de la clase. 

Y cuando digo nadie, es nadie, porque quien debería hacerlo, porque va en el cargo que ostenta la definición del discurso y estratégica del partido, Feijoo; carece de reaños para hacerle frente porque no se siente fuerte, con ganas, o porque no se atreve o no sabe cómo hacerlo. Por eso la deja volar y se esconde cuando los periodistas le requieren opinión sobre el último exabrupto de IDA, en la idea que bulle en su cabeza de: ¡a ver si se estrella sola! Bicefalia con la que igual se estrellan los dos.

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2 COMENTARIOS

  1. Actualmente, el delito de incitación al odio se encuentra regulado en los artículos 510 y 510 bis del Código Penal.
    ¿Qué es el delito de incitación al odio?
    Como concepto, se persigue la conducta de alguien que promueva, ya sea de manera directa o indirecta, el odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte de dicho grupo o contra una persona determinada.
    No entiendo porque no se denuncia el hecho que puede constituir un delito…De lo que sí estoy segura es que ella lo haría si fuera al revés…

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