El ligero descenso en 7.806 desempleados en el mes de febrero y el aumento en 85.735 afiliados a la Seguridad Social, son para la secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT, Mari Carmen Barrera, “una buena noticia, aunque las mejoras basadas en la precariedad no son verdaderas mejoras pues no tienen efecto duradero en el mercado laboral”.
El empleo creado como una parte significativa del preexistente, se caracteriza por su baja calidad y su alta precariedad, además aumenta la rotación en el empleo ya que 9 de cada 10 contratos son de carácter temporal y más de tres millones de personas quieren trabajar y no pueden.
Mari Carmen Barrera considera que “es necesaria una política económica expansiva, que siga favoreciendo el crecimiento y reformar e impulsar a través del diálogo social, las políticas activas de empleo, junto a la derogación de la reforma laboral que continúa precarizando el mercado de trabajo”. Por ello “UGT está participando en la mesa de diálogo social encargada de corregir dicha reforma laboral, con el objetivo de conseguir su reversión y espera nuevas iniciativas de diálogo social del Gobierno de coalición, pues los más de tres millones de parados requieren respuestas urgentes a su situación”, ha señalado la secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social del sindicato.
Mari Carmen Barrera recuerda que febrero suele ser un mes ligeramente favorable para las cifras de empleo, debido al comportamiento estacionalmente positivo en este mes de los sectores de industria, construcción y servicios. Destaca que, en los dos meses disponibles de 2020, el paro se ha reducido un 1,1% respecto al mismo periodo del año anterior mientras que la afiliación lo ha hecho en un 1,9%.
En este contexto, UGT considera que, a pesar de la trayectoria positiva en el empleo y en la reducción del paro, sigue habiendo más de 3 millones de personas que quieren trabajar y no pueden. De ellos, más de un tercio lleva más de dos años en esa situación, y un 13,8% de tasa de paro, casi el doble de la existente en 2007.
Además, el número de desempleadas en febrero se reduce casi diez veces menos que los hombres parados y el número de jóvenes en paro ha vuelto a aumentar.