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Los empresarios apuestan por seguir pagando salarios miserables

Cepyme ha publicado un informe en el que culpa a la subida del salario mínimo interprofesional del cierre de los pequeños negocios

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Los empresarios españoles mantienen su presión para evitar que suban los salarios de los trabajadores. Para ello continúan utilizando como argumento principal algunas de las medidas sociales aprobadas por el gobierno de Pedro Sánchez, principalmente la subida de las cotizaciones a la Seguridad Social y, sobre todo, el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Sin embargo, los empresarios olvidan algunos datos que revelan que la pobreza en España está creciendo y eso es, fundamentalmente, consecuencia del mercado de trabajo en el que se pretenden imponer condiciones salariales y laborales más propias de la Revolución Industrial que del siglo XXI.

En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de una cuarta parte de la población se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Además, una décima parte se encuentra en situación de pobreza severa. Tras la crisis de 2008 y de la pandemia, el perfil de las personas que han caído en esta situación ha cambiado. Ya no se trata de ciudadanos marginales, sino que disponen de formación universitaria y, lo que es peor, un puesto de trabajo. Esto último tiene una relación directa con el nivel salarial del mercado laboral que está basado en la absoluta precariedad o en los sueldos de miseria más propios de un país del tercer mundo que de la cuarta economía de la Unión Europea.

Esto está afectando a la calidad de vida de la ciudadanía. Las cifras del INE no mienten y muestra la crudeza de la realidad que quieren imponer los empresarios. Cerca de 4 millones de personas no se pueden permitir comer carne, pescado o tener bien climatizada su casa. Además, más del 10% de la población tiene muchísimas dificultades para llegar a fin de mes.

Además, en un escenario de crisis de natalidad, los salarios miserables que se pagan en España han provocado que el nacimiento de un hijo suponga un factor de incremento de la pobreza.

Por otro lado, según el Instituto Fraser, España ocupa la primera posición del índice de miseria de los países industrializados, es decir, de las mayores economías del mundo. Este hecho está relacionado directamente con los salarios que pagan los empresarios españoles a sus trabajadores.

Sin embargo, a pesar de esta realidad, las diferentes patronales siguen presionando para evitar que se sigan implementando medidas para mejorar las percepciones salariales de las clases medias y trabajadoras.

Hoy, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) ha señalado que «el alza de cotizaciones, la inflación y la subida del SMI han castigado especialmente a la microempresa, con una destrucción neta de 3.899 negocios en un año, lo que supone un 0,3% de caída interanual a cierre de febrero. Además, la cifra de empresas de menos de 10 trabajadores acumula cinco meses de descensos».

Esta es la forma en la que los empresarios pretenden que, una vez más, la carga de las diferentes crisis económicas recaiga sobre los hombros de las clases medias y trabajadoras sin renunciar a su 20% de beneficios netos. Quizá esta sea la razón por la que España no despega, por el mapa empresarial de España, una situación que muchos no quieren cambiar porque les genera muchas ganancias.  

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