La revista Nature ha publicado hoy un informe donde se apunta al hecho de que las personas que han pasado una infección leve de COVID-19 podrían haber generado anticuerpos que permanecerán para toda la vida en el organismo.
El estudio demuestra cómo a pesar de haber generado menos anticuerpos pasados 4 meses de media, la mayoría de las personas que han pasado la enfermedad de forma leve, desarrollan una respuesta inmune completa y de larga duración.
Así lo han asegurado los investigadores, dirigidos por Ali Ellbedy, en el análisis realizado a un total de 77 pacientes que han participado en el estudio.
«El otoño pasado hubo informes que señalaban que los anticuerpos disminuyen rápidamente después de la infección con el virus que causa el Covid-19. Los principales medios de comunicación interpretaron que la inmunidad no era duradera», ha señalado Ellbedy. Sin embargo, según explica el experto, el descenso de los anticuerpos es algo lógico en un proceso de infección, pero no llegan a desaparecer, sino que su cantidad llega a un punto en el que permanecen estables, y esta es la cuestión revolucionaria que aporta el informe.
Precisamente estas células productoras de anticuerpos estarán preparadas para reconocer y protegerse de una nueva infección de COVID-19. La clave se encuentra en la médula ósea: las células plasmáticas de larga vida que mantienen la información sobre el SARS COV2 permanecen en la médula de forma latente.
Pendiente de confirmarse la protección en asintomáticos
El estudio se ha realizado sobre pacientes que han desarrollado la enfermedad de manera leve. Pero se desconoce todavía si estas células también están activas para personas que han pasado la enfermedad sin síntoma alguno.
De la misma manera se está estudiando si la vacunación produce los mismos efectos.
