Las autoridades sanitarias dan por controlada la epidemia de coronavirus, lo cual no significa tengamos que lanzar las campanas al vuelo. El propio Fernando Simón ya ha asegurado que en un futuro próximo España tendrá que hacer frente al riesgo de casos importados, para lo cual ha subrayado la importancia de controlarlos de la “mejor manera posible”. Pese a que no se suele reconocer abiertamente, es más que evidente que nuestro sistema de salud pública llegó a colapsar en el “marzo negro”, cuando el virus irrumpió con fuerza en nuestro país hasta generar un auténtico caos sanitario en todo el país. No teníamos la mejor red asistencia sanitaria, como los políticos se empeñaban en decirnos una y otra vez. El sistema hizo aguas por todas partes, cientos de pacientes murieron en los pasillos de los hospitales antes de que pudieran ser atendidos por un médico mientras que en las residencias de ancianos se decidía quién debía morir y quién debía vivir por falta de recursos humanos y materiales en una especie de macabra lotería. A la falta de mascarillas se unió la carencia de equipos de protección individual (los famosos EPI) y la consecuencia fue que más de 51.000 profesionales sanitarios (sobre todo médicos y enfermeras) cayeron contagiados.

Según el Informe 119 de la OMS (18 de mayo de 2020) España es el quinto país en número de casos confirmados y también en número de fallecimientos, solo por detrás de Estados Unidos, Reino Unido, Italia y Francia. A fecha de hoy se han registrado más de 244.000 casos oficialmente confirmados y 27.136 fallecidos, una cifra que aumentará considerablemente cuando se ponga orden al caos en el recuento de las comunidades autónomas. Muchas cosas se han hecho mal, tal como ha reconocido el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y ahora toca hacer balance de la gestión y poner los medios antes de que llegue una segunda oleada de la pandemia en otoño, que la mayoría de los expertos en virología dan por segura.

¿Por dónde debería empezar España a fortalecer su sistema sanitario para que lo que parecía imposible no vuelva a suceder? El presidente del Sindicato de Enfermería, Satse, Manuel Cascos, ha planteado, en el marco de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del país, un total de 50 propuestas para mejorar el Sistema Nacional de Salud (SNS) y las condiciones de sus profesionales, pidiendo a todos los partidos políticos que materialicen su compromiso de “reforzar nuestra sanidad en cuanto acabe la actual crisis del covid-19, porque, en caso contrario, las consecuencias serían graves y lesivas para todos”.

En su comparecencia en el Congreso de los Diputados, el responsable de Satse planteó una interesante “hoja de ruta” para fortalecer y mejorar nuestra sanidad desde el convencimiento de que “esta crisis sanitaria tiene que ayudarnos a todos a reflexionar y aprender de errores cometidos para no volver a cometerlos nunca más”.

En primer lugar, sin inversión real el país volverá a estar gravemente expuesto. El responsable sindical subrayó la necesidad de aumentar el gasto anual en Sanidad al menos en un 1 por ciento, hasta alcanzar el 10 por ciento del PIB en 2023; implantar presupuestos sanitarios con carácter finalista; reformar el modelo de financiación autonómica para poder destinar más dinero a Sanidad; aumentar el número de camas en planta y en UCI e impulsar una gestión de compras centralizadas con la participación de las comunidades autónomas.

Cascos defendió una política en materia de salud pública liderada y cohesionada por el Ministerio de Sanidad, teniendo como referente la Ley 33/2011 de Salud Pública y la Ley de Cohesión y Calidad del SNS, e impulsar eficaces políticas de prevención y promoción de la salud, insistiendo en la necesidad de implantar la figura de la enfermera escolar en todos los centros educativos de nuestro país.

Especial hincapié hizo en la urgente necesidad de propiciar una reforma profunda de la Atención Primaria, destinando al menos entre el 20 y el 25 por ciento del gasto, y estableciendo, entre otras cuestiones, nuevas competencias para las enfermeras y enfermeros. Además, apostó por potenciar la atención de los fisioterapeutas; programas de atención a la cronicidad; una mayor coordinación con Atención Especializada y una mejor dotación de recursos y medios de diagnóstico (RX, EKC, ECO). Asimismo, reclamó la integración de la sanidad penitenciaria en el Sistema Nacional de Salud antes del fin de 2020.

En lo que respecta a los profesionales sanitarios, el responsable del sindicato demandó la aprobación de la Ley de Seguridad del Paciente; la unificación básica en el conjunto del Estado de sus condiciones laborales y retributivas; la implantación de un Itinerario Laboral; aprobar sendas normas estatales sobre bioseguridad y medicamentos peligrosos y agresiones; regular la indicación y uso de medicamentos y productos sanitarios para los fisioterapeutas y crear un Observatorio de la Imagen de la Mujer en el ámbito sanitario.

En el terreno institucional y administrativo, Cascos abogó por el fortalecimiento integral del Ministerio de Sanidad, dotándolo de mayores recursos económicos, humanos y materiales, sin menoscabo de la capacidad de gestión de las autonomías; dotar de carácter vinculante a las decisiones acordadas en el seno del Consejo Interterritorial; profesionalizar la gestión y dirección en la sanidad pública; crear una Dirección General de Cuidados, liderada por una enfermera, en el Ministerio de Sanidad y en las consejerías autonómicas; e incrementar la presencia de enfermeros y enfermeras en puestos de alta dirección y responsabilidad sanitaria, política e institucional.

En otro momento de su intervención, el presidente de Satse manifestó su preocupación por la precaria situación que sufren los centros sociosanitarios de nuestro país, tal como ha quedado constatado en esta crisis, y reclamó la realización de una auditoría independiente a estos recursos asistenciales, ya sean públicos, privados y concertados, así como una dotación adecuada de personal sanitario cualificado que garantice la atención y cuidados las 24 horas del día, así como el establecimiento de protocolos y normas básicas de obligado cumplimiento determinadas por la autoridad ministerial correspondiente.

Por otro lado, Cascos reclamó un incremento del presupuesto destinado a Investigación y Formación de los profesionales sanitarios a través de los Presupuestos Generales del Estado y la creación en cada comunidad autónoma de un Comité Científico que regule y gestione los recursos destinados a la investigación y donde se garantice la participación efectiva de la profesión enfermera.

Por último, el presidente de Satse confió en que los compromisos con nuestro SNS y sus profesionales, expresados reiteradamente por todas las instituciones públicas, privadas y de toda índole, se hagan realidad porque “nuestra sanidad pública, los ciudadanos y nuestros profesionales sanitarios no merecen que se les ponga nuevamente al límite de sus posibilidades y capacidades físicas, profesionales y psíquicas”.

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