Que tiempos estos tan aciagos en los que hay que explicar y defender lo obvio, en los que por un lado la matraca y el bombardeo de los poderosos y sus voceros, y por el otro la inacción y la falta de respuestas contundentes, ocultan la realidad una y otra vez. Como por ejemplo con el tema de los impuestos, sus subidas y sus bajadas. Recordemos pues lo obvio.
En primer lugar, que los impuestos son fundamentalmente de dos tipos. Indirectos, como por ejemplo el IVA, que todos pagamos por igual al consumir un producto, con independencia de los ingresos de cada cual. Y directos, como por ejemplo el IRPF, que se pagan, dada la progresividad fiscal, en función de la renta de cada cual, con lo que lo que el ingresa más dinero paga un mayor porcentaje y una mayor cantidad que el que ingresa menos.
En segundo lugar recordemos que con lo recaudado por estos impuestos, al menos en las sociedades que se precian de tener un mínimo Estado de Bienestar como España, se paga la Educación y la Sanidad, así como las pensiones, y diversos gastos sociales del Estado. La Educación y la Sanidad, públicas y gratuitas, constituyen parte del salario indirecto que reciben todos los trabajadores y ciudadanos, con independencia de la renta o de las circunstancias personales de cada cual, y que significan la piedra angular de la igualdad de oportunidades ante la vida y ante la enfermedad.
Y ahora, después de estas dos premisas, expliquemos lo que significa no tener Educación y Sanidad públicas y gratuitas. Pensemos en muchos países sudamericanos o en Estados Unidos por ejemplo. ¿Saben ustedes que un seguro sanitario básico en el país de Trump y también de Obama cuesta para una pareja sin hijos entre 400 y 700 dólares al mes? ¿Saben además que un seguro sanitario básico en Estados Unidos deja muchas cosas sin cubrir, y que si no te lo cubre tu seguro una hospitalización media cuesta 30.000 dólares, un trayecto de ambulancia de 20 minutos 1.500 y un by pass más de 70.000 dólares? No es extraño pues que en Estados Unidos más de 30 millones de personas no tengan ningún tipo de seguro sanitario y que su esperanza de vida esté bastante por debajo de la española. Y ahora vayamos a la Educación. ¿Saben ustedes que un curso universitario en una universidad media norteamericana cuesta 40.000 dólares al año? ¿Saben que un colegio privado (allí no existe la concertada) cuesta entre 10.000 y 30.000 dólares al año? ¿Saben que en USA si quieres jubilarte tienes que acceder a planes de pensiones privados y que el Estado se desentiende del tema? Ahora, cuando le bombardeen con eso de que en España se pagan muchos impuestos y tal, un discurso diseñado por y a favor de los poderosos, piense que ocurriría si en España tuviese el modelo norteamericano. Piense que usted tendría que gastarse, con su pareja, al menos 500 euros mensuales para tener acceso a la Sanidad. Piense además que se tendría que gastar bastante más si tiene hijos. Piense que se tendría que gastar usted mil euros al mes para que su hijo o hija fuese a un colegio privado. Piense que se tendría que gastar 500 euros al mes para tener una pensión decente. Yo ya llevo dos mil de cuenta dos mil euros al mes. Piense además que tendría que ahorrar, ahorrar mucho, para pagar los 30.000-40.000 euros que le costaría cada curso universitario de su hijo o hija. Y que tendría que tener un colchón muy importante por si usted o sus hijos tienen una enfermedad grave y no la cubre el seguro. ¿Ha hecho usted cuentas?
Y ahora tenga presente que cuando los poderosos y sus voceros hablan de bajar impuestos, nunca hablan de los indirectos como el IVA, hablan de los directos, y sobre todo de los tramos altos del IRPF. Y que cuando usted secunda ese discurso, esa matraca de la bajada de impuestos y de que no se suban, Florentino Pérez y Ana Patricia Botín, que saben que son los tramos más altos, se lo agradecen profundamente. Ellos no necesitan ni Sanidad pública, ni Educación pública y gratuita ni pensiones públicas. Usted piense si las necesita o no, y si quieren que se deterioren o no.
