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Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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“Una liana es una rama blanda” decía Gómez de la Serna. El ingenio tiene su punto, no es lo que más me gusta en la Literatura pero es como la sal: sin él, nos quedamos con algo un poco desaborido. Esta imagen de ser rama y , al mismo tiempo, caer descolgándose me cuadra muy bien con la imagen de nuestra política actual: pretendidamente continuista y, sin embargo, rupturista con la tradición democrática, sustituida por estrategias propagandas y vacío, sobre todo un vacío enorme y vertiginoso.

No es que antes no existieran esos devaneos, siempre ha sido la misma basura. Pero había una ideología consciente, que se podía usar o no. Ahora, vestida con las siglas antiguas, la política carece de ella: es sólo un juego imitativo que responde exclusivamente a intereses, a un paso de convertirse en empresa privada, que es lo que casi son los partidos.

Hay que reconocerle a Pedro Sánchez haber llevado al PSOE a dar un giro de 360 grados. Sí, no me equivoco, 360 grados que lo han colocado justo en el portal de su casa cuando cogió su coche para recorrer España contra el Íbex 35, el Grupo Prisa, la Banca y el PSOE felipista-susanista entregado al capital. Hoy sólo le falta dar un Ministerio a Susana Díaz para demostrar que, como decía ella, “han cosido” las diferencias. Ole tus huevos, Pedro Sánchez; has hecho el viaje a ninguna parte, se te está poniendo la cara avinagrada de Guerra y González, la semblanza de Estado que te llevará a lo más alto de la “Organización”.

Sánchez tiene su Barón Ashler (nótese el guiño japonés): Calvo-Ábalos, los dos hacen lo mismo pero una con capacidad y el otro… ¿qué coño le pasa a Ábalos? Da la sensación de que le aprieta la chaqueta socialista, cada vez que habla en casa de Epicuro muere un gatito; ¿admitirá en su privacidad hogareña que quiere ser un auténtico señor de derechas? Y lo chungo es que es impostado, para eso hay que ser Rajoy y parecer masón del opus, y Ábalos está como desclasado con sus corbatas. Sólo tienen una estrategia: dar a entender que el pacto con la izquierda es imposible. Fíjense, acabamos de definir la posición no-socialista de los socialistas, al decir que con la izquierda no se puede pactar: ¿dónde estamos?

La partida es ésta, posición de ventaja y fuerza: si tragan, pactamos y vendemos lo guays que somos, gobernando solos; si no tragan, nos vemos avocados a elecciones por culpa de la falta de visión de Estado del podemismo, y ya tenemos la campaña electoral hecha. Eso es todo, amigas, no hay más.

Afortunadamente yo no soy Pablo Iglesias, porque los habría mandado a la mierda hace tiempo y estaría en mitad de una campaña informativa sobre la realidad política del PSOE dirigida exclusivamente a sus votantes y a su afiliación, este partido que ve “aspectos negativos” en la legislación laboral que nos está convirtiendo en un precariado cercano a una suerte de moderna esclavitud.

Son lo que son. Si Pedro Sánchez al final es víctima de lo que denunció públicamente antes de coger su coche, debería haber dimitido hace tiempo. Que los susanistas hayan apartado a Mario Jiménez en Andalucía (sería interesante seguir el asunto para ver cómo se retira), no es limpieza suficiente sino la demostración de que lo canalla en política es su fluido vital. Las fidelidades cánicas se pagan con traición.

Podemos tiene detrás (y lleva más de cuatro años desperdiciándolo) un apoyo popular, se inició como un movimiento contrapolítico en busca de alternativas a la profesionalización de la bicoca y como contrapeso a la evidente y sistemática explotación legislada desde un Estado nacionalizado por el capital privado. Debe jugar sus cartas ya: la denuncia, el programa radical (ir a las raíces de los problemas), las reformas, los impuestos racionalizados, porque no se trata de la “propiedad privada” sino del reparto equilibrado de los medios para llegar a ella.

Claro que hay que participar en el Gobierno, y ser menos suaves, si no quieren: decir claramente por qué no toleran que participen, cuáles son los miedos de ese PSOE felipista revivido, porque son los miedos de la derecha pura y dura, menos cuentos.

Si no, al final todos somos como lianas, resistentes, saliendo del tronco pero incapaces de sostener nada en firme salvo lo que se cuelgue, como un chorizo. Por cierto, la cita de Gómez de la Serna es espuria.

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