El Comité del 6 de enero del Congreso de los Estados Unidos publicó un resumen de sus hallazgos clave. Sus conclusiones son devastadoras, incluso si carecen de todos los detalles que se esperan en el informe final.
Tras 18 meses de deliberaciones y audiencias, más de 1.000 testigos e innumerables documentos, el comité ha producido un relato vertiginoso que acusa a Donald Trump y sus aliados de intentar anular las elecciones de 2020.
Cualquiera que siga creyendo que la insurrección del 6 de enero de 2021 fue exagerada o que fue un intento de golpe de Estado casual y aficionado que salió mal, el informe final debería arrojar agua fría sobre esas creencias. Las recomendaciones del comité son históricas.
Se hicieron cuatro referencias penales contra Trump, incluidos cargos de insurrección, para enviar al Departamento de Justicia. Si Estados Unidos quiere sobrevivir como una «nación de leyes y democracia», el presidente del comité, el congresista Bennie Thompson, dijo que «nunca podemos permitir que esto vuelva a suceder».
Los hallazgos del comité han proporcionado un cuerpo formidable de pruebas de que hubo un trabajo elaborado, encabezado por el presidente de los Estados Unidos y sus aliados republicanos en el Congreso, para anular sistemáticamente unas elecciones que perdió.
El comité documentó lo que dijo que era la intencionalidad, la estrategia y la planificación de Trump detrás del peligroso esfuerzo de anular los votos, encontrar nuevos votos y, en última instancia, avivar un ataque contra el Congreso, a pesar de que sabía que había perdido.
«El presidente Trump fue informado una y otra vez, por sus altos funcionarios, expertos de campaña y aquellos que lo habían servido durante años», afirma el resumen ejecutivo, «que sus acusaciones de fraude electoral no tenían sentido». Estas conclusiones se basan en el testimonio de algunos de los principales asesores de Trump y del registro público de la Casa Blanca.
El comité descubrió que Trump avivó la violencia con tuits incendiarios y que la Casa Blanca fue deliberadamente lenta en responder a la insurrección en el Capitolio.
Los hallazgos ciertamente se encuentran entre los peores escándalos en la historia presidencial. Es justo decir que un presidente en funciones que forma parte de un esfuerzo concertado para revertir su propia elección está a un nivel superior de los abusos de poder en los que participó Richard Nixon y las violaciones de la ley bajo la administración Reagan.
En otras palabras, el comité concluyó que Trump hizo historia al participar en un abuso de poder presidencial que amenazó la base misma de la democracia: las elecciones.
