Miles de vecinos han llenado la Plaza del barrio de Entreríos, en Lardero, la pequeña localidad riojana donde esta semana ha sido asesinado el pequeño Alex.
Se han reunido allí para rendir homenaje a la víctima pero también para acompañar a la familia, que ha estado representada en Gonzalo Martín, tío abuelo del pequeño.
La concentración ha sido convocada por la Asociación de Vecinos del barrio, cuyo presidente, Eduardo Ruiz ha sido el primero en tomar la palabra para expresar un sentido pésame a la familia de Álex y agradecer que hayan permitido el acompañamiento multitudinario de todos los vecinos en momentos tan extremadamente difíciles.
En las palabras de Eduardo ha hecho referencia a la pérdida de la protección de la infancia, algo que como sociedad evidencia nuestro fracaso. «Ojalá que ese dolor que sentís pudiera repartirse entre todos los que aquí estamos para aliviar, aunque fuera un poco, la profunda tristeza que entendemos os acompaña», ha terminado señalando el presidente de la Asociación vecinal.
A continuación ha tomado la palabra Gonzalo, el tío abuelo de Alex, que ha querido agradecer a todo el pueblo el acompañamiento. «Muchísimas gracias por acompañarnos en este día tan triste. Me gustaría guardar un minuto de silencio en memoria de mi sobrino Álex. Un agradecimiento eterno por haber venido aquí hoy».
Los aplausos han inundado el parque durante varios minutos, más allá del fin del acto señalado por Eduardo. Las flores no dejaban de llegar a los columpios, las lágrimas y el dolor de un pueblo desgarrado que ha dejado ver también su indignación ante la posible falta de cuidado por parte de las autoridades.
El hecho de que el asesino hubiera sido ya objeto de sospechas y preocupación por parte de los vecinos, incluso de los propios niños y niñas de la zona, hizo que incluso hubiera llamadas a los agentes para denunciar algún comportamiento extraño. Desde la Guardia Civil se trata ahora de explicar que el caso que se ha hecho público, de una madre que ha explicado públicamente cómo ella misma intentó poner una denuncia porque este señor intentó engañar a su hija para llevársela, «no correspondía con el perfil» del asesino. Una manera de tratar de explicar desde el Cuerpo de Guardia Civil por qué no hicieron nada a pesar de que en el barrio era conocido el temor y las sospechas que generaba ese señor, incluso sin saber sus antecedentes, algo que sí podía haber comprobado la propia Guardia Civil si hubieran investigado mínimamente las llamadas de algunas madres, según apuntan vecinos del barrio.
