La asesora del ministro de Energía del gobierno de Ucrania, Lana Zerkal, hizo ayer unas declaraciones que, a pesar de haber tenido que matizar, han supuesto una amenaza directa para Hungría, pero también indirectamente podrían tener consecuencias para Europa.
Concretamente, mientras Zerkal participaba en una conferencia en el marco del Foro de Seguridad de Kiev, criticó la postura del gobierno liderado por Viktor Orban (especialmente ante el bloqueo a un sexto paquete de sanciones contra Rusia por parte de la UE). Según Zerkal, Hungría estaría utilizando la ofensiva militar rusa como instrumento para alcanzar sus propios objetivos dentro de la política internacional y señaló que con esta estrategia «pueden pedir cualquier cosa» a la Unión Europea.
«Ucrania tiene una maravillosa palanca de presión en sus manos: el oleoducto de Druzhba«, dijo Zerkal. Y añadió que «algo podía pasar» con la parte de la infraestructura que tiene que ver con Hungría.
«En mi opinión, sería muy apropiado que le pasara algo. Pero esto es algo que debe decidir el gobierno y el presidente tomará las decisiones de ámbito político y decidir si realmente queremos hablar con Orban en un idioma que él entienda y que le imponga a la UE o si aún no estamos preparados para ello», subrayó.
Ante la gravedad del comentario, Zerkal tuvo que recurrir a sus propias redes sociales para explicar que su comentario se trataba de su «humilde opinión» y que «la posición del Ministerio de Energía de Ucrania sobre este asunto no ha cambiado. Ucrania es un transportador confiable de los bienes energéticos a Europa».
Para calmar el revuelo generado por Zerkal, la agencia ucraniana de noticias Interfax publicó la noticia bajo el titular: «Ucrania es un país de tránsito confiable para la energía hacia Europa, pero está interesada en bloquear cualquier flujo financiero para Rusia».
Hungría por el momento no ha contestado a estos comentarios.
