martes, 19marzo, 2024
14.7 C
Seville

La victoria de los estúpidos

José Repiso Moyano
José Repiso Moyano
Escritor español de larguísima trayectoria nacido en Cuevas de San Marcos, Provincia de Málaga, que ha publicado miles de obras en 50 años (literarias, de conocimiento,etc), y ha obtenido premios y reconocimientos por su participación en concursos, periódicos, revistas, recitales, programas de radio, acciones humanitarias y eventos literarios en todo el Mundo.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Muchos intelectuales dicen, para sembrar veneno de confusión-maldad, que no somos de la realidad, que no tenemos (no percibimos) la realidad o que no estamos hechos de realidad; entonces, ¿de qué estamos hechos?, ¿de irrealidad?, ¿de cacao mental de ellos?, ¿de tontos sin límite?, ¡venga ya!

Con los pies en el suelo, siempre estamos hechos de realidad, y la usamos, ¡sí!, y la comemos, y la pisamos, y la miramos, y la cagamos incluso.

La realidad es todo menos la nada; o sea, prácticamente todo (ya que en modo teórico o teóricamente llega a imaginarse o a sustituirse parte de la realidad por tonterías). ¡Eso es!, la realidad es como una base ubicua que nos tiene en todos sitios; e indiscutiblemente usamos realidad (¡claro!, nunca podremos prescindir de ella) las 24 horas al día.

Lo que ocurre es… que nunca la usamos bien, los seres humanos no la sabemos gestionar o usarla BAJO UNAS MISMAS REGLAS (como hacen todos los seres vivos de la Tierra).  Considérese que, en vez de usar el lenguaje universal de la Naturaleza, pues los seres humanos (intrépidos cabezones o tercos en un estar corruptos, como casi ya están todos los intelectuales españoles) nunca quieren recular y sujetarse a lo que solo les dice limpiamente la Naturaleza, no, sino quieren decir además esos retorcidos rollos o puteríos que les transmiten tantos desequilibrados, corruptos o engañadores (de conveniencia) que más y más se desarrollan en las cloacas de la sociedad.

Con un poco de sensatez, la realidad es la substancia con lo que está hecho todo y, si todo está hecho y derecho con tal substancia, es que en limpia obviedad todos reciben, perciben, cogen, usan, andan, comen, tantean, beben, miran, corretean, consumen, pisotean y nombran la realidad.

¡Ah!, pero también muchos IGNORAN REALIDAD (o realidades), también muchos imaginan o se inventan partes de la realidad, también muchos callan o silencian o tapan partes fundamentales de la realidad, y esto supondrá indudablemente que se desencadenen a partir de ahí miles de injusticias o de sinrazones o de enturbiamientos en la sociedad por causa de ellos. ¡Sí!, ¡ése es el problema base que hay de una vez que entender o evitar!, ¡no más!

En cuestión, los seres humanos no usan la realidad como la usan equilibradamente todos los seres vivos, sino ya la usan con cierto “desequilibrio normalizado” por el cual se sirven para unas conveniencias que ellos muy bien rentabilizan en antropocentrismo. Lo digo más claro aún, el negar o el tapar realidades siempre fortalece “infinitamente” una desigualdad o un antropocentrismo humano, ¡cierto!, por lo que nunca renunciarán los seres humanos a ésta oportunidad pilleja porque prevalezcan sus conveniencias, sea un total desequilibrio o sea un manicomio de especismo.

Por eso, hay y habrán millones de intelectuales que, en consecuencia obvia de “tal manicomio” o de tal estupidez, dirán demasiadas tonterías, desequilibrios y cagadas mentales a todas horas. ¡A todas horas! Unos dirán que la realidad no ha llegado, otros dirán que no percibimos realidad (sino anchoas en vinagre), otros dirán que la realidad la tiene guardada Kiko Matamotoros en su misma cara dura, otros dirán que ha llovido desafortunadamente y otros dirán otras faltas de respeto a la sensatez-responsabilidad.

¡Y no hablemos de Madrid!, pues Madrid está presa de las ayusadas insoportables de una loca. ¡Y a mí que me registren!

¡Oh!, ya he dicho centenares de veces que los hechos no pueden ser nunca desafortunados, ¡jamás!; o sea, no cae una tormenta o no respira un león o no nieva en modo desafortunado o desafortunadamente, ¡no! (desafortunado solo puede ser un juego, o una participación en él). Pero el decirlo sí es ya objetivamente una hijoputez total porque… ¡solo confunde, desrracionaliza a la sociedad y niega realidades!  Pero ellos no se enteran, ¡no!, pues cada segundo que viven ellos se cagan en el respeto, ¡y hasta se ríen encima!

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído