XXXIX Congreso del PSOE. Foto: José Antonio Gómez

España está en un serio peligro de que su partido socialista abandone definitivamente las esencias más puras de su ideología por las tentaciones que vienen desde las clases dominantes. Un antiguo dirigente del PSOE decía que, cuando se alcanza el poder, el socialismo va perdiendo sus esencias en la misma medida en que aumenta el número de guardaespaldas que rodean al secretario general porque le alejan del pueblo y le acercan a las élites que tienen un mayor acceso a las altas instancias del Estado que el común de los mortales.

Quien considere, comenzando por el presidente —a quien deseo seguir creyendo como secretario general del socialismo de Pablo Iglesias Posse—, que el gobierno, más aún Ferraz, o algunos asesores están desfasados o cobrando políticamente demasiado por su comportamiento de «teórica lealtad» por sus recogidas de firmas, pueden gobernar por encima del PSOE, se equivocan.

El PSOE está en Ferraz y en las casas del pueblo. Ahí es donde está el pueblo socialista. El secretario general, la vicesecretaria general, el secretario de organización y la secretaria de Igualdad tienen suficiente fundamento para representar al pueblo socialista desde el gobierno, porque estas Secretarías son imágenes para los millones de votantes del PSOE.

Los demás, estén a donde estén, pero menos aún los «anónimos» y los que no sienten el socialismo, podrían llegar a crear una crisis existencial en el PSOE, si no lo han hecho ya.

Sin duda, cada día se hace más necesario y urgente, antes de que los elefantes blancos o los/las Caballos de Troya disfrazados desde dentro del socialismo acaben destruyendo al PSOE de Pablo Iglesias Posse, de quien don Antonio Machado dijo: «La voz de Pablo Iglesias tiene para mi el timbre inconfundible de la verdad humana».

Y el mayor problema está en que pueden llegar a conseguirlo como ya ha ocurrido en Italia, Francia, Alemania, Suecia, Grecia, Países Bajos o Finlandia, donde el socialismo se ha convertido en una socialdemocracia cómplice del capitalismo deshumanizado, de las élites y de la desigualdad que, en teoría, como socialistas, estaban obligados a combatir. Sin embargo, en el sur de Europa resisten España y Portugal. ¿Hasta cuándo?

Las clases dominantes ya han conseguido introducir en el gobierno español a sus guerreros y guerreras neoliberales, ¿con guerras de dosieres o tarjetas black?

¿Para cuándo un congreso extraordinario en el que se explique la función de gran parte del gobierno y del Congreso (la cuota socialista, asesores de la Moncloa incluidos) identificado en políticas reales de un partido que se llama socialista? Un congreso en el que analizar el programa, ver el grado de cumplimiento del mismo y su transposición en apoyo del pueblo.  Un congreso en el que se piensen y estudien las formas y las personas que representen al socialismo de verdad. En 1979 hubo un congreso extraordinario con un lema claro y, a pesar del paso del tiempo, muy acorde a la actualidad: «Forjando el socialismo». Este Congreso fue positivo porque se marcaron las pautas para alcanzar el poder pero, por el contrario, se debilitó la pureza del socialismo ya que se dio entrada a aspectos ideológicos de la socialdemocracia europea que, ya por entonces, daba los primeros pasos para la rendición ante el capitalismo.

Un espacio en el que se analicen y se den explicaciones, por ejemplo, de las razones que llevaron al diputado socialista por Cantabria Pedro Casares a deshacerse en elogios hacia la gestión de un representante del capitalismo más radical y deshumanizado. Lo mismo que por qué no se ha aplicado de una vez un impuesto a las grandes fortunas. El presidente Pedro Sánchez se comprometió en una entrevista a llevarlo a cabo, tal y como publicó este medio. Esperemos que en las negociaciones con la UE del 17 y 18 de julio no se lo hagan «tragar« ayudado por las «salivas» de los neoliberales que le rodean. Lo mismo podría decir sobre por qué no se ha iniciado aún una investigación sobre el dinero que las clases dominantes, las empresariales también, han sacado de España. Eso no son comportamientos socialistas. ¿A qué obedece esto? ¿Cómo un socialista puede aplaudir a quien representa lo contrario del socialismo? ¿Es que algunos dirigentes, diputados, diputadas, ministros y ministras no leen lo que pone en los carnés de militante? En muchos casos estas actitudes incoherentes y desleales con la ideología sólo se explican por las influencias que puedan tener de instituciones financieras, del IBEX35, o de las llamas blancas.

1 COMENTARIO

  1. Sr. Manuel buen art. Pero usted se cree que se lo leen esta panda de lame capitalistas ,y la última la Margarita autorizando si sino no se entiende que con la ley memoria histórica se ensalza a dos militares golpistas laureados por sus gestas y participación en el 36 además esta señora la estaban promocionando para cargarse al Pedro Sanchez y que no pierde tirada para criticar a socio de gobierno.

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