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La reforma laboral del neoliberalismo… Y de la izquierda

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análisis

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Pregunto el maestro a un alumno: ¿La “M” con la “O”? Y el alumno respondió: MO. Muy bien. Y volvió a preguntarle: ¿La “T” con la “O”? Y el alumno respondió: TO. Muy bien, muy bien. Y ahora, todo junto, preguntó el maestro: Y el alumno respondió: AMOTO. 

Bueno, pues algo así es lo que le ocurre a este Diputado, Alberto Casero, del Partido Popular de Trujillo (Cáceres), para gloria -una más- de Extremadura. Porque no es la primera vez que se equivoca, pues, al parecer, es la tercera, la cuarta o la quinta. ¡Vamos!, de record en errores. Errores cometidos por Presidentes del Gobierno (Rajoy, Pedro Sánchez…) y un sinfín de Señorías de las Cámaras españolas, lo que demuestra el nivel y el coeficiente intelectual que atesoran nuestros políticos, así como su pobreza neuronal. Además el individuo, que ha sido Senador y Alcalde en dos legislaturas (actualmente, además de Diputado, es Secretario de Organización del PP), está, según las informaciones aparecidas en los periódicos, INVESTIGADO por prevaricación continuada en el Juzgado número dos de Trujillo. ¿Hay quién dé más?  

Así, con este “modelo” de Diputados y Senadores tan “ejemplares” no es difícil que en Extremadura -y gran parte de España- estemos como estamos. Porque los del partido gobernante, tanto en España como en sus Comunidades Autónomas, pero muy especialmente los sociolistos de derechas que tienen a media Extremadura embaucada como si fueran de izquierda son iguales que los del Partido Popular; por no decir, aún peores, ya que, el manifiesto engaño es más miserable por constituir una manera de degradar a la ciudadanía “comprada” por menos de nada. 

No voy a entrar en quién ha comprado a quién, porque eso es muy corriente en la política española, y si no que se lo digan a Ibarra o a Esperanza Aguirre y tantos otros que se han valido del “sistema” para escalar a lo más alto siendo unos auténticos “palurdos”. Cómo este Diputado extremeño (¡qué casualidad, extremeño tenía que ser!) que acaba de “regalar” una “patata de reforma laboral” al Gobierno, a la Oligarca Patronal y al sindicalismo displicente, y que han dado por buena hasta la Sra. Botín del Banco Santander y el famoso Ibex, además de la mayoría de los economistas del neoliberalismo como ese Sr. Rallo, por citar alguno. Una menudencia de reforma que, como dice un articulista en Diario- 16, es como los esclavos de Espartaco que fueron a negociar con Roma y se trajeron el seguir siendo esclavos, y que es lo que les ocurrirá a los trabajadores españoles con el manifiesto “bodrio” y la no derogación prometida de la reforma del Partido Popular del 2012 de la Sra. Fátima Bañez (ahora en Iberdrola, si mal no recuerdo). 

Dicho lo dicho –los datos a nivel del Estado, muy funestos por cierto, los dejaremos para otra ocasión-, es muy fácil entender que los extremeños estemos a la cabeza del paro (más del 30% de su mano obrera), de la España vaciada (alrededor de 25.000 jóvenes extremeños han tenido que emigrar o inmigrar en los últimos años), de todas las pobrezas existentes (moderada, coneval, relativa, absoluta y extrema) con casi la mitad de sus habitantes, entre 35% y 40% (de los que van quedando), en riesgo de exclusión social, siendo, según la ONU, la pobreza “la condición caracterizada por un privación severa de necesidades humanas básicas, incluyendo alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias (¡viva Vergeles!), salud, vivienda, educación e información”. Así mismo, según Antonio Marcelo Vacas (gran analista del devenir extremeño) las subvenciones que no han dejado de llegar de Europa desde 1986 a Extremadura no han cambiado su modelo económico en 40 años, porque las transferencias exteriores se han gastado masivamente en enchufar y subvencionar para mantener un mercado cautivo del voto clientelar, y en hacer carreteras con un tránsito australiano, campos de futbol, piscinas, plazas de toros y jardines dentro de la política “pan poco, circo mucho” practicada por la Junta de Extremadura. Y añade Antonio Marcelo: Sin embargo, Fernández Vara, nuevamente, intenta engañar a los extremeños prometiendo subidas del PIB, de un PIB que ocupa en el ranking nacional el puesto 17 de 17 Autonomías desde 1983, y supone un 1,4%  de la producción nacional desde 1985, lo que prueba un crecimiento económico nulo. Y el colmo del cinismo, Fernández Vara, aseguró que las comunicaciones extremeñas eran ideales cuando estamos aislados y los trenes se siguen averiando en Extremadura casi a diario, y la economía extremeña es un yonqui que para no tener el mono (paro desbocado pese a su escasa población) necesita una inyección sistemática de subvenciones exteriores, no sólo de la UE sino proveniente de la redistribución fiscal, porque producir y crear riqueza, produce poco y no crea riqueza alguna. O sea, que la única posibilidad existente para quienes deseen un cambio en la subdesarrollada Extremadura, social, política, económica, cultural, funcionarial, judicial, y democráticamente hablando, es rechazar cualquier tentación de votar a la derecha del régimen del 78, Partido Popular-PSOE, porque el PSOE no es un mal menor, ni representa un voto útil, como tiene demostrado, pese a su intento camaleónico de disfrazarse de izquierda, a los fascistas de VOX que ya sabemos de dónde le vienen los votos, y en cuanto a Podemos son ya tan desconfiables como sus socios a los que respaldan en su política antidemocrática, pese a que intentar disimular con algunas propuestas demagógicas que poco cambian la política reaccionaria global del PSOE.  

Podríamos añadir las muchas más miserias que asolan al pueblo extremeño (caso del caciquismo imperante en la mayoría de sus pueblos y ciudades o la, presumiblemente, degradación judicial -no hay quien “enchirone” a un político aunque haya cometido, es un decir, “la mitad de los delitos del Código Penal”-), pero la ciudadanía lo sabe todo, y si calla es por miedo a sufrir en sus propias carnes las rencorosas actitudes políticas propias de una vulgar dictadura mucho peor que la del franquismo y perder lo poco que ya les queda, suponiendo, que no es mucho suponer, que se lo pueda confiscar el Erario o la Banca usurera con la, presunta, connivencia judicial. Sin contar que el IRPF regresivo existente le va minando cada año parte de sus sudores y sus sacrificios laborales. Para acabar: La Reforma Laboral aprobada gracias a uno de los muchos políticos “más palurdos que otra cosa”, no es sino un canto aguardentoso tipo Bruce Springsteen que suena bien y entona al capital. 

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