La OTAN está fortaleciendo su flanco oriental en Europa como una forma de tratar de disuadir una posible invasión de Ucrania por parte de Rusia, lo que muchos gobernantes occidentales ven como probable, aunque nadie renuncia a las negociaciones.
El deterioro de la situación de seguridad en las fronteras orientales fue lo que llevó a varios estados miembros de la OTAN a fortalecer su presencia en la región, según afirmó este lunes el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg.
«La OTAN continuará tomando todas las medidas necesarias para proteger y defender a todos los aliados, incluso mediante el fortalecimiento de la parte oriental de la alianza. Siempre responderemos a cualquier degradación de nuestro entorno de seguridad, incluso fortaleciendo nuestra defensa colectiva», dijo Stoltenberg.
El fortalecimiento de los recursos militares de la OTAN en la región se produce como la primera respuesta sobre el terreno a la movilización masiva de las Fuerzas Armadas rusas cerca de la frontera con Ucrania. Se estima que casi 100.000 soldados rusos han participado en maniobras y ejercicios a lo largo de toda la frontera con el país vecino, incluso en conjunto con Bielorrusia, durante más de un mes.
Estados Unidos y Ucrania temen que Moscú esté preparando una invasión, aunque el régimen ruso rechaza cualquier intención de hacerlo. Washington y los otros aliados de la OTAN han amenazado con responder a cualquier incursión rusa en el país vecino con un conjunto de fuertes sanciones, pero está fuera de la cuestión de la participación directa en una posible confrontación: debido a que está fuera de la OTAN, Ucrania no está cubierta por la cláusula de protección colectiva del tratado de alianza, que garantiza la asistencia de todos los miembros en caso de un ataque.
El Kremlin expresó su descontento por el anuncio del refuerzo militar de la OTAN cerca de sus fronteras, que describió como «histeria» por parte de Occidente. «Todo esto apunta al hecho de que las tensiones están aumentando», dijo el portavoz del Gobierno, Dmitri Peskov.
Moscú ha exigido una serie de garantías de seguridad asumiendo que la proximidad de la OTAN a sus fronteras representa una amenaza para la seguridad nacional rusa (entre ellas está el fin de la presencia militar extranjera de los países de Europa del Este y la seguridad de que Ucrania y Georgia no pueden unirse a la alianza).
«Esto no se debe a lo que estamos haciendo Rusia. Todo esto está sucediendo debido a lo que la OTAN y los Estados Unidos están haciendo y la información que han estado diseccionando», agregó Peskov. Funcionarios rusos dicen que Ucrania está preparando una ofensiva contra los grupos separatistas pro-Moscú que ocupan partes del este del país.
EE.UU. con fuerza en alerta
Según la OTAN, Dinamarca, España, Francia y los Países Bajos están considerando enviar más soldados, aviones y barcos para reforzar Europa del Este. Estados Unidos también está considerando aumentar su presencia en la región báltica y oriental, según varias fuentes citadas por The New York Times.
El posible refuerzo de las fuerzas estadounidenses fue confirmado más tarde por Estados Unidos, y el Pentágono anunció que ha puesto en alerta a una fuerza de 8.500 efectivos, lista para ser enviada a la región. «Es una cuestión de tener las tropas listas», dijo el portavoz John Kirby.
La Casa Blanca también confirmó a través de la portavoz Jen Psaki que Estados Unidos se está preparando para todos los escenarios, incluida la asistencia a los países vecinos de Ucrania.
Desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, los estados miembros de la OTAN han intensificado su presencia militar en Europa del Este, considerada una región vulnerable a las operaciones de desestabilización de Moscú. Actualmente hay cuatro batallones multinacionales de la OTAN divididos entre Estonia, Letonia, Lituania y Polonia.
Además de fortalecer la OTAN, varios países occidentales han enviado armas a Ucrania y otro tipo de apoyo. El lunes, la Comisión Europea anunció la adopción de un paquete de ayuda financiera de 1.200 millones de euros.
En las últimas semanas, las delegaciones rusas y estadounidenses han estado tratando de negociar una solución diplomática que evite el estallido de un conflicto abierto. Sin embargo, estos esfuerzos no han tenido éxito. El viernes, los jefes de la diplomacia de Rusia, Sergei Lavrov, y los estadounidenses, Antony Blinken, se reunieron en Ginebra, pero el único acontecimiento fue la apertura de una cumbre entre Vladimir Putin y Joe Biden que todavía no tiene fecha.
