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La noche más cara del mundo

Francisco Villena
Francisco Villena
Doctor en Estudios Culturales. Profesor y escritor. En mis ratos libres toco el bajo. www.circoiberia.com
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análisis

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Estaba leyendo un libro de David Pallol, Tipismo franquista: Recuerdos de una sociedad perdida, cuando me entraron por el teléfono los carteles contra una polémica ordenanza municipal de Alicante.

No le di mucha importancia, absorbido como estaba con un libro que trata de niños traperos, recogecolillas, buscavidas y mendicantes, que el franquismo castigó con multas, cárcel, exclusión y un paradigma: el campo de exterminio de Las Arenas, con 144 pobres muertos de hambre y enfermedad. Curioso que en un país de pobres, el de entonces, a según quién siempre le haya molestado la pobreza.

Con ese pensamiento me puse a leer el texto de los carteles contra la normativa de Alicante, una ciudad donde duermen en la calle cada noche unas 300 personas, una ciudad que no es pobre ni de pobres ni mucho menos, pero sí una ciudad empobrecida. ¿¡Y quién lo diría con estos precios!? Dormir una noche en el AC Hotel Alicante 165€. Dormir una noche en el banco de enfrente 750€. Dormir una noche en el Eurostars Centrum 116€. Dormir una noche en la acera de enfrente 750€. Dormir una noche en el Eurostars Lucentum 125€. Dormir una noche en la acera de enfrente 750€. Esta es la multa que el Ayuntamiento de Alicante pone a las personas sin hogar que viven en la calle.

¿A alguien se le ha ocurrido que si viven en la calle igual no pueden pagar la multa? ¿Y que incluso si hay alternativas al pago lo que se castiga es la pobreza? Díganme ustedes, ¿lo sancionable qué es? ¿Pedir verbalmente? ¿Extender la mano? ¿Que te den dinero sin pedirlo por estar sentado frente a un súper? ¿Vivir en la calle? ¿Visibilizar que la pobreza existe? ¿Dañar la marca ‘Costa Blanca’ en el circuito turístico? ¡Y es que a quién se le ocurre ser pobre! La aporofobia es el miedo y rechazo hacia la pobreza y los pobres. Es la animosidad, hostilidad y aversión, hacia las zonas o barrios carenciados y las personas que se encuentran desamparadas y con muy pocos recursos. Hay alternativas a sancionar la pobreza. Hay alternativas al entuerto administrativo y legal de sancionar la exclusión. Una cosa es subvencionar la mendicidad y otra bien distinta penalizarla. Ha de haber un punto medio.

Yo creía que pagábamos impuestos para tener una Policía Local que se dedicara a otros menesteres, unos juzgados que persiguieran y sancionaran a criminales, unos políticos que gestionaran el día a día sin afrentar a nadie, unos servicios sociales que atiendan y cubran las necesidades básicas de todos. Señor Barcala, ¿y usted de todo esto qué dice?

La campaña ‘La noche más cara del mundo’ tiene su propuesta en change.org

https://bit.ly/3y7SBq7

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