Es tremenda la obsesión de los burócratas de Bruselas por nuestro déficit público. No admiten otra cosa que no sea que en 2017 el ajuste sea de 5.500 millones de euros, de forma que se alcance el porcentaje del 3,1% del PIB. Ni se les pasa por la cabeza que en lugar de la cantidad que imponen pueda ser otra para que la gente la no sufra más, ¿por qué no se pueden lograr los objetivos de déficit sin recortes salvajes que perjudiquen a las clases más desfavorecidas que, desde el comienzo de la crisis, no han parado de hacer agujeros al cinturón?

Presos de su manía, ni siquiera son capaces de ver que el PP, en esta legislatura recién iniciada, ya no tiene como en la anterior una mayoría abusiva que le ha permitido hacer lo que le ha venido en gana sin contar con nadie. Ahora Rajoy sólo cuenta con 137 diputados y tendrá que pactar todas las leyes -la de presupuestos no es una excepción-, con el resto de partidos que componen la cámara, siendo Ciudadanos un socio fiel, y también Coalición Canaria, pero que no serán suficientes y tendrá que buscar otros apoyos: el PNV, si es que se aviene, y el PSOE, que tendrá muy crudo darle oxígeno al PP. De Unidos Podemos y el resto de la cámara en la que se incluyen los nacionalistas no podrá esperar nada, ni agua.

Pero lo gordo es que el ministro del ramo, Sr. De Guindos, parece que tampoco se ha dado cuenta de que está en minoría; de hecho, ya ha dicho en Bruselas que cumplirá con los objetivos exigidos, ¿cuenta ya con el apoyo de sus socios de investidura: Ciudadanos y Coalición Canaria?, ¿le ha dado ya su apoyo el PSOE? Pues si no es así, el ministro se está pasando cuatro pueblos porque, si no tiene asegurados los votos, ¿para que se compromete en algo que no podrá cumplir?

Todo lo anterior pone sobre la mesa un gran problema a resolver: la actual arquitectónica europea así como su funcionamiento, ¿es la adecuada para que la UE sea de verdad útil y solidaria con todos los ciudadanos que viven en el Viejo Continente?, ¿o volvemos a los nacionalismos empujados por la “ola Trump”? Es más que evidente que la UE, en su formato actual, ha fracasado, y si no se cambian las cosas podemos ir de “brexit en brexit” hacia la disolución de las estructuras comunitarias, lo cual no llevaría a una solución indeseable como es la vuelta a los viejos nacionalismos.

Para resolver esta crisis aún larvada pero existente, conviene alejarse de lo que es la actual UE, que en bastantes aspectos no ha dejado de ser el viejo Mercado Común: libre circulación de capitales pero no resuelve los problemas de los ciudadanos de a pie, al aumentar las desigualdades, mientras que los poderes económicos gozan de manga ancha: ahí está el caso del rescate bancario. Y que no quede ahí la cosa, porque la banca nacional, con recapitalizaciones como el Banco Popular, y con otras entidades cerrando cada vez más oficinas y despidiendo más gente, pueden necesitar nuevas inyecciones de capital, ¿tendrán la cara dura de volver a pedirnos a nosotros otra vez dinero cuando no nos han devuelto lo que les prestamos? Y sin olvidar las entidades mayoritariamente intervenidas: Bankia y BMN, que probablemente se fusionen y se vendan a precio de saldo. Con lo bien que le vendría al Estado nacionalizarlas para convertirlas en la necesaria e imprescindible banca pública.

La UE necesita reformas estructurales urgentes, una de ellas, es que el Parlamento Europeo sea el lugar en el que resida la soberanía europea, que sea el encargado de elegir al Presidente del BCE, al Presidente de la Comisión Europea y que éste nombre a sus ministros. Es lo mínimo e imprescindible para empezar a tener una Europa fuerte y solidaria.

Se me olvidaba, que no trate a los inmigrantes como lo está haciendo ahora, ¿empezamos a construir muros?

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