La invasión de Ucrania puede terminar en una guerra europea o en el derrocamiento de Vladimir Putin

El mundo está pendiente de Ucrania porque, en realidad, la humanidad se está jugando mucho en este envite de Vladimir Putin contra el resto de los países civilizados. La votación de la Asamblea de Naciones Unidas demostró que Rusia sólo está apoyada por los estados títeres de Moscú y esa situación, con un presidente como el ruso, puede ser muy peligroso.

La guerra y las imágenes que están trasladando hacen que la realidad quede opacada por una niebla en la que no se vislumbra un final cercano. Sin embargo, existen varios escenarios sobre los que poder asentar una solución final, a cada cual más peligroso o improbable.

Por un lado, se puede tener en cuenta que la guerra sea corta, es decir, que las tropas rusas cumplan con la planificación aprobada en Moscú el 18 de enero, tal y como se puede ver en los documentos filtrados por Anonymous, y logren tomar Kiev en pocos días.

Hay que tener en cuenta que, hasta ahora, los bombardeos se están realizando, en su gran mayoría, a través de baterías de artillería terrestre. Rusia no ha lanzado aún toda su potencia de fuego aéreo. Por tanto, se podría esperar una escalada en la violencia de los ataques sobre las infraestructuras civiles y gubernamentales, todo ello, además, apoyado por la división cibernética del Ejército ruso.

Esto tendría como consecuencia la muerte de decenas de miles de civiles, la toma de Kiev y el asesinato o la huida del presidente ucraniano Volodimyr Zelenski. De este modo, Vladimir Putin podría colocar un gobierno títere como el que ya tiene en Bielorrusia.

Otro de los escenarios sería que la guerra se alargara y, posiblemente, el más probable. Rusia podría subir la intensidad de sus ataques, pero en las principales ciudades se espera una resistencia calle a calle que debilitaría a un Ejército que, en realidad, no está entrenado para ese escenario. No hay más que recordar lo que sufrieron las fuerzas rusas en los años 90 para tomar Grozny, la capital de Chechenia que sólo cayó una vez que fue prácticamente destruida.

A esa lucha de guerrillas, calle a calle, hay que sumar que para las fuerzas rusas les será muy complicado mantener el control de la situación puesto que los sabotajes se sucederán, tal y como les ocurrió en Afganistán a los soviéticos en los años 80 y a los estadounidenses tras la invasión de George W. Bush o les ha sucedido a los Estados Unidos en Irak. El final ya es conocido.

Por otro lado, las amenazas constantes de Putin hacia los países europeos podrían generar un escenario por el que la guerra de Ucrania se extienda a otros países europeos que no pertenecen a la OTAN como, por ejemplo, Moldavia o Georgia.

Este escenario podría activarse en el momento en que Vladimir Putin declare que el suministro de armas a Ucrania es un acto de agresión que justifique la toma de represalias. Incluso, podría llegar a amenazar a países que sí pertenecen a la OTAN, como Lituania, para intentar establecer un corredor terrestre con Kaliningrado. En realidad, esta última opción sería la declaración de una guerra mundial, puesto que la agresión a un país miembro de la Alianza Atlántica implica al resto de estados, entre los que se encuentra Estados Unidos.

Las posiciones se están enconando, las sanciones impuestas por la Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos y otros países a Rusia son durísimas y ya están teniendo efecto sobre el país. Por otro lado, los combates y las ofensivas en Ucrania se están recrudeciendo. Entonces, ¿queda espacio aún para una solución diplomática?

Diferentes expertos afirman que el hecho de que se hayan iniciado negociaciones entre Rusia y Ucrania es una muestra de que Putin haya empezado a considerar un alto el fuego. Nada más lejos de la realidad. En esas negociaciones Rusia querrá imponer sus demandas sin atender a ninguna de las reclamaciones ucranianas. Más que unas negociaciones para buscar la paz, Putin está buscando una rendición.

Sin embargo, la guerra no está yendo como esperaba el presidente ruso. El avance hacia Kiev se está ralentizando mientras otras tropas no consiguen tomar ciudades importantes del sur de Ucrania, como Mariopol y se han visto obligados a iniciar un asedio.

¿Sería suficiente que Ucrania aceptara la soberanía rusa sobre Crimea y determinadas zonas del Donbás? Todo dependerá de los efectos de las sanciones y del coste material y humano que tenga la guerra.

Finalmente, existe un escenario muy improbable pero que está en la calle: derrocar a Vladimir Putin. La situación en Ucrania ha provocado que algunos expertos en estudios de guerra hayan indicado en diferentes medios de comunicación que puede ser tan probable que caiga Zelenski como que caiga Putin.

Son necesarias demasiadas variables para que esto ocurriera, salvo que se activara una operación interna para un cambio de régimen, lo que sería aceptable pero que, en realidad, es demasiado complicado, salvo que el dinero empiece a hablar.