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La falsa democratización del deporte propuesta por el hijo de Peter Lim, propietario del Valencia CF

Un análisis de la letra pequeña del proyecto revela rápidamente que la «democratización» que Lim y sus socios están lanzando se parece poco a lo que los aficionados del deporte podrían considerar una democracia real en los deportes

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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El domingo por la noche se celebra uno de los eventos deportivos más importantes del mundo: la Super Bowl, que este año enfrenta a los sorprendentes Cincinnati Bengals y a Los Ángeles Rams.

A los propietarios multimillonarios de la NFL les gustaría pensar que tienen, en su gran espectáculo de la Super Bowl, el evento deportivo más grande del mundo. Sin embargo, el deporte que más seguidores mueve a nivel mundial que cualquier otro deporte sigue siendo el fútbol y al que los estadounidenses denominan como «soccer».

El fútbol mundial, por supuesto, también tiene sus dueños multimillonarios. Uno de ellos es Peter Lim, propietario, entre otros clubes, del Valencia CF.  Uno de sus hijos acaba de presentar un proyecto que, según él, «democratizará» su deporte.

Esa afirmación ha llamado la atención e interés. Todo el mundo sabe que los deportes profesionales ciertamente necesitan democratizarse. Los multimillonarios de todo el mundo actualmente controlan feudos de franquicias deportivas que explotan rutinariamente a sus seguidores y a sus comunidades. Estos multimillonarios se aprovechan de los profundos vínculos emocionales con sus equipos, usan amenazas de salida para conseguir subvenciones de los gobiernos y, de manera rutinaria, agotan y se deshacen de jugadores muy queridos por las aficiones que han pasado años dando todo por la camiseta y por el escudo.

Ninguna liga deportiva permite con tanta fruición estos comportamientos de los multimillonarios como la NFL en los Estados Unidos.

Según Michael Powell, periodista del New York Times, «la liga hace relativamente pocas demandas a estos propietarios, además de exigir que sean terriblemente ricos y les ofrece una directiva principal: construir estadios cada vez más grandiosos y asegurarse de que cada flujo de ingresos (suites, asientos, concesiones, estacionamiento) llegue a sus arcas. Haz esto y te ayudaremos a enfrentar ciudades y estados en grupo. Incluso lanzaremos un Super Bowl para arrancar».

¿Puede el empresario Kiat Lim, el hijo democratizador de 28 años del multimillonario de Singapur Peter Lim, realmente ofrecer un nuevo modelo de cómo podrían operar los deportes? 

Hay quien piensa que sí, incluidos algunos medios de comunicación. Según publicó el Vulcan Post, un diario digital de Singapur y Malasia, el esfuerzo de Lim podría realmente revolucionar la experiencia de los fans de todas las partes al permitirles una participación en las franquicias deportivas que pueden usar para influir en las decisiones del club, incluso desde lejos. El mejor ejemplo de que eso no es así es el modo en que está gestionando Peter Lim al Valencia CF.

Kiat trabaja con un grupo de exjugadores del Manchester United y han elegido la noción criptográfica de la «organización autónoma descentralizada» (DAO por sus siglas en inglés), como la piedra angular de su presunta nueva «democracia deportiva».

Según afirmó el propio Lim a Forbes, «la estructura de la DAO democratiza la propiedad de los deportes profesionales y rompe las barreras tradicionales para permitir más oportunidades de participación. Sobre la base de los principios de una economía de propiedad, y aprovechando la tecnología Web3, estamos creando un entorno más inclusivo y atractivo para que los aficionados se involucren en la toma de decisiones, participen en todo el ecosistema del juego y compartan todos los aspectos del éxito». Es decir, exactamente lo contrario a lo que hace Peter Lim, su padre, en el Valencia CF.

¿Qué hace exactamente una DAO?

Las DAO, organizaciones nativas de Internet que son propiedad de sus miembros y están administradas por ellos, se ejecutan en cadenas de bloques de código abierto que cualquiera puede ver y auditar. Por lo general, operan vendiendo tokens para recaudar fondos. Los tokens extienden los derechos de voto a quienes los compran. Todos en la organización tienen voz.

Al permitir que cualquiera proponga una idea y que todos la voten, las DAO fomentan una especie de meritocracia de ideas que cultiva todo el talento disponible dentro de una organización, además de distribuir el poder de toma de decisiones a favor del bien común.

Todo eso suena maravilloso, es el paraíso. Sin embargo, un análisis de la letra pequeña revela rápidamente que la «democratización» que Lim y sus socios están lanzando se parece poco a lo que los aficionados del deporte podrían considerar una democracia real en los deportes que aman y siguen ávidamente.

En una verdadera democracia deportiva profesional, los aficionados leales que «viven y mueren» por los resultados de las competiciones que juegan sus equipos tendrían una voz importante en cómo operan sus equipos de manera continua. Podrían elegir la junta directiva de su equipo, por ejemplo, o tener derecho a vetar el movimiento de una franquicia profesional para abandonar una ciudad por pastos más verdes y rentables en otra parte. No hay más que preguntar a los aficionados de Valencia CF si eso es lo que les permiten hacer.

El hijo de Peter Lim y sus amigos del Manchester United parecen tener algo completamente diferente en mente. La «democracia» que están creando gira en torno a convertir a los aficionados en inversores que pueden ayudarlos a aprovechar al máximo las lucrativas oportunidades comerciales relacionadas con los deportes.

El exjugador del Manchester United Gary Neville, que entrenó al Valencia CF con unos resultados absolutamente decepcionantes, afirmó a Forbes que «tenemos acceso a proyectos deportivos únicos y queremos trabajar junto con los aficionados para crear valor juntos».

Lim y compañía llaman a su proyecto CO92 DAO, y las estrategias que contemplan pueden incluir la compra de clubes de fútbol con alto potencial de crecimiento o sumergirse en nuevas tecnologías relacionadas con el fútbol. 

Entonces, según Joanna Ossinger, periodista de Bloomberg, la «democracia» en los deportes de Lim se reduce a crear «una organización que permitirá a los aficionados hacer inversiones relacionadas con los deportes junto con ellos».

Esa concepción difícilmente parece coincidir con lo que la mayoría de los aficionados al deporte verían como democracia deportiva real.

Los Green Bay Packers, un ejemplo de verdadera democracia real

Los Green Bay Packers es la única franquicia de la NFL sin un propietario multimillonario. Los Packers operan como una corporación sin fines de lucro propiedad de la comunidad. En 2021, el equipo tenía 361.300 accionistas. Ninguno, según indican los estatutos del equipo, posee más del 4% de las acciones del club.

Los aficionados que actualmente poseen acciones de los Packer no cobran dividendos anuales ni obtienen descuentos en el precio de las entradas. Tampoco pueden negociar sus acciones en el mercado abierto. Tienen derecho a elegir la junta directiva de Green Bay y el comité ejecutivo de siete miembros del equipo se codea con los multimillonarios en las reuniones de la liga de la NFL.

Los Packers son la tercera franquicia más antigua del fútbol americano profesional y llevan operando de esta manera desde la década de 1920. 

¿Podría el modelo de Green Bay llegar alguna vez a la estructura de los deportes profesionales? Hasta cierto punto, eso ya sucedió en Alemania. Hasta 1998, las «asociaciones de aficionados» sin fines de lucro dirigían todos los equipos de fútbol alemanes. El nuevo modelo que surgió ese año permitía la propiedad privada en la principal liga de fútbol de Alemania, la Bundesliga, pero limitaba a los inversores comerciales a una participación del 49% en cualquier club.

Esta regla de «50+1» ha dejado a los aficionados con una participación mayoritaria en la propiedad de los equipos de más alto nivel de Alemania y ha creado, dentro del fútbol alemán, lo que podría decirse que es el entorno deportivo más saludable de Europa. 

Esto tiene consecuencias positivas para la ciudadanía. La Bundesliga lleva décadas dominando regularmente las listas de asistencia promedio del fútbol europeo con los precios de las entradas que siguen siendo relativamente asequibles para todos los aficionados.

En Reino Unido, una tierra deportiva donde gobiernan los multimillonarios (el último ejemplo ha sido la compra del Newcastle United por un príncipe saudí), los progresistas han estado observando con anhelo el modelo alemán. En 2019, el Partido Laborista lanzó campaña que incluía reformas democráticas para la Premier League.

«Quitémosles el fútbol a los multimillonarios y entreguémoslo a los fanáticos», declaró el entonces líder laborista, Jeremy Corbyn.

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