La interpretación de los sueños ha sido uno de los temas que más ha llamado la atención de la gente por todos los mitos que se han generado a su alrededor y por la fantasía con la que se ha envuelto ese proceso por el que se le da significado a algo que nuestro cerebro ha producido mientras estaba «descansando». Así que vamos a hablar de ese mundo onírico tan desconocido por gran parte de la población y sobre el que tantas falsas creencias se han generado.

No puedo evitar sonreír cuando alguien me comenta que «esta noche he tenido un sueño…», porque en realidad no ha tenido uno, sino que ha tenido entre 4 y 6 sueños, dependiendo del número de horas que haya dormido y de la duración de sus fases del sueño.

El sueño se compone de 4 fases a través de las cuales nos vamos sumergiendo, cada vez más, en un nivel más profundo de desconexión de nuestro cuerpo. Esta desconexión es similar a la que se produce cuando el organismo muere, por lo que nuestro cuerpo provoca descargas o sacudidas en algunas partes del cuerpo – las extremidades sobre todo – como forma de avisar al cerebro de que, en realidad, no estamos muertos. Es aquí cuando tenemos esa sensación de que nos vamos a caer o nos hemos dado un golpe o la razón por la que nuestra pareja nos puede decir que le hemos pegado mientras dormíamos.

Aunque lo percibimos como si durmiéramos del tirón toda la noche, esto no es real. Nuestro cuerpo se despierta por pocos segundos cada 90 minutos aproximadamente, lo que no nos permite darnos cuentas de que esto ha ocurrido. Es decir, esas 4 fases por las que pasamos duran 90 minutos y, tras el final de la fase 4 (Fase de Sueño Profundo – No REM), volvemos a empezar; y esto se produce una media de 5 veces por noche.

Si esa activación que se da cada 90 minutos se produce durante una fase de sueño REM (Rapid Eye Movements – Movimientos Rápidos de los Ojos), que es la tercera, o inmediatamente después de que esta fase acabe, tendremos más posibilidades de recordar lo que estábamos soñando, ya que es en esta fase en la que nuestro cerebro produce las ensoñaciones o sueños como tal. Así, teniendo en cuenta esto, va a ser más fácil recordar el último sueño tenido, porque quizás nos haya sonado el despertador en mitad de esa fase REM, por ejemplo. O también puede ocurrir que recordemos partes de esos sueños y nuestro cerebro, a la hora de crear el recuerdo de la ensoñación, rellene esos huecos que faltan con información que le dé sentido.

¿Quién puede interpretar los sueños? ¿Cuándo hacerlo? ¿Para qué interpretarlo?

Los sueños se interpretan para darle significado a esas ensoñaciones que el paciente refiere que se repiten de forma constante y, de alguna forma, le causa algún tipo de malestar. Esto se produce, normalmente, por el contenido del sueño en sí, ya que reflejan aspectos de la vida cotidiana y de la persona llevados a ciertos extremos que nos pueden resultar incómodos. Así, estos sueños se interpretarán si el paciente lo desea y si el terapeuta considera que puede ser beneficioso para el proceso terapéutico.

Como acabo de puntualizar, la interpretación del sueño se debe hacer en un contexto terapéutico y cuando el paciente lleve cierto tiempo en terapia. Esto es así porque no existe un significado fijo para cada sueño, por lo que es necesario que haya una relación terapéutica ya asentada entre el paciente y el terapeuta, lo que permite un conocimiento mayor del paciente y ayuda a servirle de guía en la interpretación de su sueño.

Y es que quien hace la interpretación del sueño es uno mismo. La labor del terapeuta es servir de guía en el proceso de interpretación.

Los sueños no tienen una única interpretación, sino que es idiosincrásico, es decir, propio de la persona.

En la actualidad, podemos encontrarnos extensos libros sobre cómo interpretar un sueño y el significado de los mismos; hay diccionarios que dan un significado a cada sueño y te dicen cómo juntar las piezas para alcanzar el significado final; y hasta aplicaciones para los smartphones que por 0,89€ (en la App Store de Apple) te dan una completa información de qué significa lo que has soñado y te permite compartirlo en las redes sociales.

Los diccionarios sobre sueños que nos podemos encontrar en internet o comprar en librerías hablan de la interpretación de los sueños como si fuera algo que podemos usar para predecir un futuro más o menos cercano o comportamientos de la persona o de otros y eso no puede hacerse. Esto es lo que ahora llaman «Oniromancia«.

Así, por ejemplo, hay una creencia extendida que dice que si sueñas con que se te caen los dientes es porque tienes miedo a envejecer. Esto podría ser cierto, pero esa relación la debe establecer el paciente y no tiene por qué ser así para todo el mundo, habrá quien sueñe eso porque le duele una muela o porque tiene cita con el dentista en los próximos días. Es decir, es algo más elaborado que una simple relación de, digamos, causa-efecto.

A modo de conclusión, cabe decir que no se debe hacer caso a quienes hagan predicciones sobre qué va a pasar en nuestras vidas en base a algo que hemos soñado y que, aunque hay quien lo hace, no se pueden – o deben – interpretar sueños fuera de un contexto terapéutico, ya que puede inducir a errores que no van a favorecer la mejoría del paciente. En algunos de estos casos estaríamos incurriendo en intrusismo.

La interpretación de los sueños no es una ciencia exacta. Quien va a dar significado a tu sueño eres tú mismo y no debe ser nunca el aspecto central de un proceso terapéutico, sino una técnica más que te ayude a conocerte más a ti mismo y la forma en la que te relacionas con tu entorno.

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