viernes, 26abril, 2024
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Huerta de San Antonio

Un centro cultural ejemplar

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Mi leve paso por la gestión cultural pública me volvió escéptico. Un potencial de trabajo brutal, unos presupuestos a veces por encima de lo necesario: y nada. He conocido y conozco a un personal estupendo y capaz, pero la dirección política no suele estar a la altura; se ve que calcular puentes se deja en manos de técnicos por las consecuencias, pero cualquier chufla puede querer ver a sus grupos favoritos o favorecer a las escritoras de su “butre”[1] con el dinero de todos y nadie ve el peligro de hundimiento (que hoy comprobamos)…

El clientelismo (a veces incluso el soborno puro y duro) pervierte la función de una política cultural. No me ando por las ramas: que cada cual haga lo que pueda y quiera pero yo, personalmente, estoy en contra del Arte profesional. Esto es, si alguien tiene la reverenda suerte de poder vivir de su actividad artística, me parece una situación ideal (me apunto); pero no se escribe, compone o pinta para forrarse, salvo que tengas claro que el negocio está en las relaciones públicas o dar al público lo que el público pide. Abunda demasiado el especialista en subvenciones, la conseguidora de contratos en función de los intereses políticos de turno, etc.

He conocido recientemente la Fundación Huerta de San Antonio que los hermanos Antonio, Nicolás y Manuel Berlanga han impulsado en Úbeda, con sede en la recuperada Iglesia de San Lorenzo. Se trata de una institución privada que pretende, mediante una programación cultural en un sentido amplio (incluida la agricultura tradicional), dinamizar la Barriada de San Lorenzo en Úbeda, aunque temo (en el buen sentido) que se han desbordado convirtiéndose en un referente que abarca ya a la ciudad entera y, al ritmo que marchan, incluso trascendiendo los famosos cerros.

De momento han conseguido mantener con vida la maravillosa Iglesia de San Lorenzo, a punto de arruinarse y de ser devorada su espadaña por una mortífera yedra; sanada de ese mortal parásito de la piedra antigua, reparada su cubierta, hoy son visitables algunas de sus criptas dedicadas a enterramientos de beneficencia (son saludables los cráneos de algunos de sus moradores), se puede contemplar un espectacular alfarje del siglo XIV de maderas polícromas en el sotocoro (no sé si es lo mismo que un artesonado)… y se ha habilitado el lugar para conciertos, conferencias, clubes de lectura, exposiciones pictóricas, proyecciones, mercadillos… todo ello mientras se continúa rehabilitando lentamente el conjunto, labor visible en las catas arqueológicas presentes en el suelo.

La fundación ha restaurado también una casa justo enfrente, la Casa de San Lorenzo, dedicada a ofrecer alojamiento a los artistas intervinientes y previendo la estancia de personas becadas para el desarrollo de su labor creativa. Además, colgado el templo junto al mirador homónimo que nos ofrece el espectáculo del olivar sin término hasta Sierra Mágina: es una fuente inagotable de bellezas.

Pues no queda ahí la cosa, además la FHsA ha puesto en marcha un proyecto libresco: Editorial Juancaballos, que cuenta ya con un catálogo de autores consagrados incluido el empeño de un Antonio Muñoz Molina nacido y criado en esa barriada escenario de algunas sus logros mejores literarios. La simple elección de la tipografía en estas publicaciones (y en la web misma o nótese el guiño de la minúscula en el acrónimo) es síntoma del depurado nivel cultural de quienes se ocupan y preocupan por el despliegue de estas actividades.

Todo ello partiendo principalmente de capital privado y con la aspiración puesta en la autogestión y autofinanciación, sin rechazar las ayudas que legítimamente empresas, partículares o instituciones puedan poner a su alcance: convenios, cobro de cantidades simbólicas de entradas voluntarias para mantener la actividad, colaboración de artistas e incluso la posibilidad de donaciones particulares (con las correspondientes desgravaciones fiscales).

Tomo café con Manuel Berlanga una mañana templada de domingo ubetense, el sol como si ya estuviera alto apretando; parece un hombre sencillo, a pesar del peso de la Fundación y sus obligaciones y riesgos. Coincidimos en diagnósticos del mundillo de la cultura, coincidimos en aspiraciones acerca de lo que debe ser una institución así. Flota en el aire una cierta generosidad sin inocencias, hay cancha para debatir y proponer, no faltan ideas, hay criterio… y surgen proyectos, lástima que a mí me sobren varios centenares de kilómetros de distancia para poder disfrutar de lo que significa esta FHsA, porque sin lugar a duda es un ejemplo de por dónde debe circular un centro cultural ejemplar… en este poco ejemplar paisaje de aspirantes a canonjías que han construido nuestros amados partidos políticos.

 

Visiten:

https://www.iglesiasanlorenzoubeda.com/fundacion-huerta-de-san-antonio/

[1]   Por cierto, “butre” significa “clase”, “especie”, “tamaño”, desconozco de dónde venía el término pero lo empleábamos jugando a las bolas o canicas cuando pequeños en Huelva., o al hablar de personas de altura parecida. Admito aclaraciones sobre el término.

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