viernes, 26abril, 2024
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Hotel Mediodía, ‘glamour’ ‘low cost’

Con dos estrellas, el recinto acoge vistas de nota: Atocha, el imponente Ministerio de Agricultura y la plaza que da acceso al Museo Reina Sofía, con sus animadas terrazas

Juan-Carlos Arias
Juan-Carlos Arias
Agencia Andalucía Viva. Escritor
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análisis

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Madrid es la meca de viajeros y transeúntes ‘de las provincias’, como dirían los más castizos. Su planta hotelera se actualizó las últimas décadas hasta ofertar un abundante segmento de 5* con los clásicos, pequeños paraísos de diseño, de autor o acogidos a últimas tendencias mundiales. Más abajo del lujo encontramos una no menos nutrida oferta de apartamentos y hoteles para el viajero y turista que constata la hospitalidad de la Villa y Corte española.

También hay joyas -en hotelería madrileña- que no son lo que parecen. París, Londres o Roma tienen incontables hoteles categorizados de 4*y 5* a los que les sobran estrellas sin rebajar precios desorbitados por su relación calidad-precio. En Madrid encontramos un fenómeno contrario. Hay hoteles de 2* y 3* que en nada envidian categorías superiores a precios muy razonables. Este es el caso del Hotel Mediodía (Plaza del Emperador Carlos V, 8. Madrid, Teléfono 915 27 30 60, www.mediodiahotel.com). Se erige, orgulloso, frente a estación de Atocha.

Atocha, ayer y hoy

En 1914, cuando comenzó la primera gran guerra mundial, Madrid vivía plena la Belle Epoque de su primer desarrollismo del siglo XX. Ese fue el año en el que se inauguró el Mediodía. Hay referencias que parte de su edificio de estilo franco-belga, con excelentes balcones forjados cercanos a la fisionomía del Ritz y Palace –inaugurados el 1910 y 1912 respectivamente- fue destinado a residentes de alto poder adquisitivo.

Las dos estrellas de su categoría las reparte en 16 habitaciones individuales y 157 dobles que fueron reformadas lentamente sin cerrar un solo día el hotel

La que fuera primera Estación Central hoy es origen y término del AVE. Desde 1992, cuando llegó el primer tren de alta velocidad desde Sevilla conducido por el empeño del hispalense Felipe González, Atocha es más que un nudo ferroviario. Antaño era un lugar cutre y lúgubre donde viajeros con maletas y bultos deambulaban ansiando destinos que demoraban noches enteras, horas infinitas o arribaban inmigrantes patrios en busca de mejor futuro en la capital española u opositores, soldados y burócratas.

Atocha es hoy un jardín inmenso con un AVE reportado a las principales capitales, excelentes conexiones con metro y cercanías amén de un inacabable centro comercial donde puede comprarse o degustar lo preciso para que el viaje sea lo más placentero posible. Atrás quedó, además, aquel ‘scalextric’ que asaltaba la vista fuera de Atocha y que hizo laberíntica la conducción a los madrileños. Se derribó por los conflictos que originó.   

Un hotel ubicuo

El Mediodía se adaptó, como Atocha, a los tiempos sin regatear su excelsa monumentalidad. No obstante, la entrada se comprime entre una farmacia y sucursales bancarias. Las 2* de su categoría las reparte en 16 habitaciones individuales y 157 dobles que fueron reformadas lentamente sin cerrar un solo día el hotel. Algunas están adaptadas a minusválidos. La mayoría de las piezas son exteriores.

Las vistas son de nota: de frente Atocha y el imponente Ministerio de Agricultura. En su parte posterior, la Plaza que da acceso al Museo Reina Sofía, con sus animadas terrazas y ajetreo de quien busca y encuentra arte moderno en grandes dosis.

Los clientes del Mediodía disponen de parking público en la calle de Sánchez Bustillo, 4, cuya salida de peatones se sitúa junto al hotel. La entrada del Hotel la saludan dos estatuas metálicas femeninas coronadas por luces sobre la que el huésped pisa alfombra. El mármol blanco preside suelos, escaleras y da sensación de sentirse en lugar importante donde empleados del Hotel nos indican llegan hasta allí muchos VIPs que quieren pasar desapercibidos en ese Madrid de novelería y patio que tanto gusta.

Además del excelente lugar que ponderamos del Mediodía se añade que no es un Hotel de cadena que uniforma sus sucursales no atinando el viajero realmente dónde está pues sólo cambia el nombre de la ciudad en que se ubica. La propiedad del Hotel es de una familia que mima a su clientela, que se reparte entre españoles y foráneos de todo el mundo.

Una mayoría elige el Mediodía para llegar presto a las mejores pinacotecas europeas en un triángulo insuperable: Thyssen, Prado y Reina Sofía. No es desdeñable su cercanía con el Parque del Retiro, Jardín Botánico, centro histórico de Madrid. La oferta gastronómica es incomparable pues el Madrid perenne ya propone sin recato una buena mesa cosmopolita con precios muy razonables.

Más Hotel

La recepción del Mediodía parece un viaje hacia la Belle Epoque. La claraboya está debajo del torreón exterior que da empaque al Hotel cuyas habitaciones tienen fácil acceso. Un salón en la primera planta mantiene el estilo del Hotel cuya cafetería sirve desayunos a 8,80€. Las alternativas las hay incontables en los alrededores del Hotel, pero éste atrapar en parte por la cercanía y profesionalidad de un equipo joven y atento. Algo infrecuente en otros establecimientos. La atención está personalizada según constató el firmante y no hay duda que quede sin respuesta adecuada.

No dejamos de sorprendernos porque todo lo que se disfruta del Mediodía es a precios por la doble a partir de 60 euros IVA incluido. Esta es la razón por su alta ocupación casi todo el año y porque el Mediodía es un viejo conocido de quienes frecuentan Madrid por razones profesionales, turismo, ocio, trámites, oposiciones, turismo cultural, llegan o esperan algún tren o avión pues desde Atocha puede alcanzarse cualquier destino.

El antaño glamour del Hotel lo equilibra su excelente relación calidad-precio y un poso sentimental, cuando abandonamos el Mediodía, que Madrid es inmortal, se reinventa cada día y que tiene muchos Madrid dentro y fuera de su morfología urbana. El Mediodía actualiza esplendorosamente aquella capital sombría y en blanco y negro que hoy luce de nuevo. Alojarse allí es una experiencia recomendable. Los días de pandemia no cierran este Hotel emblemático y estratégicamente situado en el Madrid más esplendoroso. Ya fue testigo de hechos más trágicos como el cerco de Madrid durante la guerra fratricida (1936-1939) y la hambruna de la posguerra. El tesón de su plantilla y el espíritu de servicio que le distingue ayudan a que el Mediodía sea el nuevo hogar de sus huéspedes.

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