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Hijoputismo

Jesús Ausín
Jesús Ausín
Pasé tarde por la universidad. De niño, soñaba con ser escritor o periodista. Ahora, tal y como está la profesión periodística prefiero ser un cuentista y un alma libre. En mi juventud jugué a ser comunista en un partido encorsetado que me hizo huir demasiado pronto. Militante comprometido durante veinticinco años en CC.OO, acabé aborreciendo el servilismo, la incoherencia y los caprichos de los fondos de formación. Siempre he sido un militante de lo social, sin formación. Tengo el defecto de no casarme con nadie y de decir las cosas tal y como las siento. Y como nunca he tenido la tentación de creerme infalible, nunca doy información. Sólo opinión. Si me equivoco rectifico. Soy un autodidacta de la vida y un eterno aprendiz de casi todo.
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análisis

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En lo alto de la loma, bajo un gran sauce llorón, la Fuente de los Petroleros riega desde hace muchos años, con sus abundantes aguas cristalinas, una veintena de huertas al pie de la ladera. Dicen los más viejos del lugar que antes de la guerra, se presentaron en el pueblo unos tipos que hablaban raro con un par de monstruosas máquinas en busca del oro negro. Se dedicaron a taladrar minúsculos agujeros de dónde debería haber brotado petroleo y sin embargo no salió nada. En un último intento, subieron a una pequeña meseta que hay antes de culminar el cerro de las Viñas, y de allí, tras haber empleado 10 metros de tubería de hierro, comenzó a brotar un chorro impresionante aunque no de viscosa nafta, sino de agua clara y templada. Desde que se fueron los americanos, el chorro ha ido serpentinamente horadando la ladera, convirtiendo el primer reguero en un ancho arroyo en el que crecen juncos y pelusos, que riega, a su paso, las tierras a ambos márgenes antes de multiplicar por tres el caudal del río Fauces. Unas tierras en las que antaño crecía lino, cereal y cardos y desde que está la fuente se siembran tomates, pimientos, patatas, ajos, lechugas, berzas y últimamente hasta melones, sandías y calabazas. Aunque no todos los vecinos tienen huerta en ese paraje, si son multitud. Y ahora están en pie de guerra porque el alcalde de toda la vida, en uno de sus múltiples embrollos, quiere encauzar con tubos el agua de la fuente. No ha dicho por qué, ni para qué. Nadie salvo el propio alcalde y sus secuaces, saben cuál es el objetivo de dejar que el agua discurra libremente arroyo abajo. Nadie encuentra una explicación para que, los vecinos que allí tienen huerta, tengan que abastecer la misma con depósitos de plástico llenados al final de la tubería, junto al rio, para después trasladarlos a la tierra con las palas del tractor. No tiene sentido que no puedan seguir utilizando como hasta ahora sus templadas aguas para el riego, conforme van discurriendo por su cauce.

Custodio, el alcalde del pueblo al que toda la comarca y parte de la provincia conocen como Aquilón, es un tipo hosco, torvo, irascible y avieso que, sin embargo, siempre camina con una sonrisa en la boca. Una sonrisa maliciosa y cínica que se palpa en cuanto abre la boca. Custodio es alcalde por eliminación. Nadie quiere presentarse. Y él lleva haciéndolo desde siempre. La única vez que tuvo contrincantes, ni siquiera salió elegido concejal. Sin embargo, ahí está. Nueve legislaturas lleva. En realidad Aquilón era su abuelo. Un  truhan espabilado que hizo fortuna durante el estraperlo recién acabada la guerra. El viejo Aquilón, nunca fue alcalde. Ni falta que le hizo. Porque entre él como Jefe falangista de la Hermandad de Labradores y Meinardo, otro espabilado como él, se las apañaron para sacar adelante a sus numerosas proles y hacerse con un buen capital que les fue abriendo puertas y agrandando la herencia con el paso de los años. Eran tan maleantes que se quedaban hasta con las puntas y las tablas que Aquilón, como Jefe de la Hermandad sacaba para la construcción de puentes y alcantarillas en los caminos vecinales y que Meinardo, como alcalde, firmaba haciendo la vista gorda. Luego, el estraperlo convertía esos materiales en pesetas que repartían entre ambos. Cuentan los viejos del lugar que, una hija del viejo Aquilón, se casó con un guarda de montes en contra de la voluntad del padre. El guarda, que también labraba sus tierras con un par de mulos y un carro, tenía dos cartillas de racionamiento. Una como agricultor y otra por ser personal del estado. Durante casi un lustro, estos dos maleantes estuvieron usando la cartilla que le correspondía al guardia por la parte funcionarial para sacar aceite, garbanzos, arroz, harina y legumbres que luego vendían en el estraperlo sin que el guardia se enterase (porque lo desconocía). Casualmente en una conversación con otro compañero de otro pueblo, Tomás el yerno guardia, se enteró de que le correspondían dos cartillas. Y cuando fue a reclamárselas al suegro, este tuvo la desfachatez de negárselo. Y hasta que el yerno no le amenazó, cogiéndole de las solapas, con acudir al gobernador Civil, no le confesó que efectivamente llevaba dos años trapicheando con los bienes de primera necesidad de sus cinco nietos. Tomás sabía que eran cinco años. Para no contrariar a su mujer, no le denunció.

Han pasado siete años desde que Custodio entubó las aguas de la Fuente de los Petroleros. Muchas de las huertas ahora están perdidas. Llevar el agua con depósitos enjaulados de plástico es una lata y muchos de los propietarios no tienen tractor con el que mover un recipiente que lleno pesa una tonelada. El propio alcalde ha comprado ya seis de las huertas y ha ofertado precio por otras tantas que están perdidas. El cartero tiene un amigo que le ha dicho que un famoso hostelero madrileño quiere montar en el pueblo un hotel balneario.

Todo comienza a cuadrar. Las aguas de la fuente del Alto de las Viñas salen a 40 grados todo el año. Si abandonan las huertas, Aquilón y su socio podrán montar el negocio de las caldas. El agua ya está encauzada y aunque es pública, siempre pueden cedérsela por concesión desde el propio ayuntamiento. Por supuesto Custodio nunca figurará como propietario. También se comenta que junto al balneario se construirá un pequeño centro comercial. Es lo que le faltaba para acabar de convencer a sus vecinos. Sobre todo, a los que no tienen huerta en el paraje.

*****

Hijoputismo

“El sistema no puede combatir la corrupción, porque la corrupción es el sistema”

Texto de una pancarta de Las Mareas. 2014.

Hace unos días, en plenas navidades, saltó la noticia a los medios de comunicación de que en la Cañada Real, una franja de unos 11 km que discurre por los términos municipales de Rivas Vaciamadrid, Madrid y Coslada, llevan tres meses sin suministro eléctrico. Desde la administración de la Comunidad de Madrid, su presidenta, achacaba la situación a los cultivos intensos de Marihuana. Muchos entonces nos preguntamos por qué si alguien cultiva droga en su domicilio, tienen que pagar todos sus vecinos, y lo qué es peor, por qué no interviene la policía que para eso está.

En una conversación digital con un grupo de amigos de fuera de Madrid, surgió el primer punto de la desinformación. Ellos creían que todas las viviendas de esa franja eran chabolas. Y no. En la Cañada hay un poblado chabolista mínimo pero, la mayor parte de las viviendas son casas normales. De ladrillo, teja y hormigón. Incluso en la parte de Coslada hay bloques de pisos legales (a esos claro, no les han cortado el suministro eléctrico). No entendíamos ninguno de nosotros por qué a unas viviendas que llevan en alguno de los casos más de 50 años construidas, ahora en pleno invierno se les corta la luz. En esa misma conversación y tras explicarle a mi amiga Isabel que hay dos futuras urbanizaciones cercanas fruto de una de las mayores “cagadas” de Carmena y los errejoners, que fueron aprobadas junto a la operación Chamartín con el voto favorable del PP, esta me abrió los ojos y me preguntó si toda esta situación inhumana en la que dejas a oscuras y muertos de frío a un millar de personas entre los que hay niños y enfermos crónicos, no tendría que ver con el ladrillo. Y, ¡vaya!, puestos a investigar nos encontramos con esta noticia de julio de este año “Blackstone se queda con los terrenos de Sergio Ramos, en Los Berrocales, por impago”. En el momento que leo Blackstone a mí, se me encienden todas las alarmas. Unos días más tarde, me encuentro con este artículo en Público del que fuera parlamentario regional de Podemos Raul Camargo: “Cañada Real: sigan la pista del ladrillo”. Y entonces confirmo que blanco y en Botella.

Ya decía en el artículo de la semana pasada que, cuando la izquierda gobierna como la derecha, está contribuyendo a que cientos de miles de ciudadanos aborrezcan la política y acaben en manos del fascismo. En realidad, en España poca izquierda ha gobernado. Al PSOE se le llena la boca al hablar de la ley del divorcio, de la del matrimonio homosexual, del aborto, de la sanidad universal, y trata esos avances como medidas de izquierda cuando en realidad son medidas de higiene social que en otros países de la Europa Común, han llevado a cabo los demócratas cristianos. Al PSOE se le olvidan medidas muy de derechas como enviar al paro a más de tres millones de trabajadores de una industria que cerró por decreto ley para reconvertir el sistema de este país al negocio con más economía sumergida, más fraude fiscal y que más volatilidad tiene: el turismo. Negocios llenos de contabilidades falsas, impuestos por módulos y trabajos precarios y en negro. Se le olvidan medidas del hijoputismo liberal como ser el promotor del trabajo de mierda cuando introdujo las empresas de trabajo temporal que acabaron con los convenios colectivos, con los horarios y los descansos laborales. Se le olvidan medidas de derecha rancia como llevar batallando en favor de los planes de pensiones privados toda una vida.

Ahora, cuando una administración demencial que raya la paranoia y la criminalidad como la de la Comunidad de Madrid, permite, consiente y alienta que una eléctrica mantenga cortado el suministro, y no atiende a los informes de organismos de prestigio internacional como las Naciones Unidas y deja en condiciones infrahumanas, con diez grados bajo cero por la noche y dos sobre cero de máxima por el día, a niños y enfermos en la Cañada, el gobierno supuestamente de izquierdas, calla, otorga y mira para otro lado.

Igual que mira para otro lado cuando pagamos el kilovatio hora más caro de Europa (lo dice Expansión que no es precisamente el Granma). Y todo porque en este país está la bolsa de idiotas más grande del universo. Si a tu vecino, cuando va a tomar el café, el camarero del bar le cobrara el café a quince euros y al pedirle explicaciones el barman le contara que, ha comprado un kilo de café de Colombia, medio kilo de Moka, ¼ de Kenia y diez granos de Kopi y que claro, como el kilo de Kopi está a 900 euros, tiene que cobrarle todo el café mezcla al precio del más caro, tu vecino le diría que quiere hablar con el dueño y a este que tiene un camarero que es un ladrón. Pero si eso lo hacen las eléctricas, no solo tragas, sino que en las siguientes elecciones vuelves a ir a tomar café al mismo bar del camarero ladrón. Si usted querido lector, tiene un rato, vea este vídeo de “Polonia TV3”, en el que en modo divertido cuentan por qué se permite el desorbitado precio de la luz en España.

Vivimos en un sistema esclavista en el que quién condiciona nuestras vidas no es el voto ni la libertad de las personas, sino los intereses de emporios empresariales que deciden desde que tu casa, sin motivo aparente tiene que dejar de serlo, hasta qué debes comprar, cómo debes de consumir y qué debes hacer. Y todo con el beneplácito de una sociedad infantilizada, adormecida, caprichosa y delirante, enganchada a los bienes de consumo (y no a los de primera necesidad) que es incapaz de luchar por un futuro digno para sus hijos, ni de un presente humano para sí mismo.

Como diría la asocial Ayuso, “Madrid es España dentro de España. ¿Qué es Madrid si no es España?”. Madrid es el paradigma de la indigestión de la política. Es el Trumpismo estúpido que favorece a los suyos y denigra y criminaliza a todo aquel etiquetado como personal a fusilar. Es la anarquía del hijoputismo con una administración inoperante y unos administradores caprichosos y enfermos de odio. Cuando escribo esto, ha pasado semana y pico desde que la nieve cubrió toda la ciudad. En el Barrio de Salamanca, aceras y calzadas están limpias de nieve y hielo. En mi barrio, las aceras siguen cubiertas de nieve y la calzada de roderas de hielo. Cientos de kilos de basura se acumulan entorno a los cubos. Han tenido la desFACHAtez de enviar una excavadora que ha recorrido el barrio con la pala levantada hasta llegar a la sede de la UCO y más tarde al aparcamiento de la Comisaría de los municipales. Allí si ha actuado. En las calles del barrio, no. Mientras tres partes de Madrid se caen por el hielo, mientras se gastan ingentes de dinero público en un corral con camas al que llaman hospital dónde la suciedad se acumula y no hay ni agua caliente y dan comida con moho, mientras se pide prudencia y no salir de casa, miles de imbéciles asociales egoístas y gañanes provocan el cierre de la carretera a la sierra por overbooking. Luego tenemos que aguantar a periolistos echarle la culpa al gobierno por no decirle a la gente lo que tiene que hacer. Porque todo vale si el fin es conseguir que la coalición se deshaga o al menos consiguen que una de las partes no suba en intención de voto. El emporio dueño de PRISA agradece los servicios prestados.

El ladrillo, la corrupción, los cohechos, los tráficos de influencias, las cajas B, el partidismo de la judicatura que ya condena hasta con el reconocimiento de que lo que se publica es verdadero, como le ha pasado al periódico a Ctxt, los devaneos y presuntas corruptelas de la corona, el precio de la electricidad, el gas o el agua, la arbitrariedad de los impuestos que sólo pagamos religiosamente los que estamos sometidos al control de la nómina y rebeldes sin causa como Ibai Llanos, todo forma parte de una coyuntura deshumanizada en la que unos pocos seres humanos viven de explotar a todos los demás y lo que es peor, la mayoría de los explotados se dejan, ya sea por dejadez, por ideario político o religioso, ya por si alguna vez como decía Perales “con una de catorce que le toque un día y que le salvará”.

Circulen y sigan consumiendo que aquí no ha pasado nada que les interese.

Salud, feminismo, república y más escuelas públicas y laicas.

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