Valtteri Bottas ha sido superior en la jornada de clasificación le Gran Premio de Eiffel, Alemania, Nürburgring a su compañero de equipo, el piloto más mimado por la estadística de toda la historia, el indudablemente grande Lewis Hamilton.
El indudablemente grande Lewis Hamilton, sí, pero hoy que le den, que le den todo lo que haga falta, que estamos muy hasta las narices de verle ganar siempre y de aprovecharse de que tiene un compañero que no está a su altura, que no tiene su categoría.
Y esto último es algo que da mucho que pensar, porque en efecto estamos de acuerdo con Hamilton en qué Bottas no está a su altura, no tiene su categoría, pero si un piloto medio como Bottas es capaz de superarlo eso significa que Jaimito en realidad no es para tanto. Y es un gran consuelo porque estamos muy aburridos de ver pasar el rodillo de Mercedes y el rodillo de Hamilton carrera tras carrera quitándole espectáculo y emoción a nuestra amada Fórmula 1.
Verstappen ha estado a punto y ha estado magnífico. Y aún más magnífico ha estado Charles Leclerc que le ha sacado nada menos que siete puestos de distancia a su compañero, el que fue tetracampeón del mundo y ahora es casi un pobre fantasma. Que Sebastian Vettel logre algún día recuperarse es una incógnita y además no está dentro del marco de este artículo, pero tenemos nuestras dudas.
¡Hamilton segundón en Nürburgring! ya sé que para sus fans ciegos no es buena noticia y es un poco impertinente nuestro comentario, pero no decimos que sea malo, aunque sí que si las circunstancias no fuesen propicias sería tan segundón como cualquiera. Punto. Y estamos contentos, muy contentos, de haberlo ver quedado segundo. Segundón hoy.
Rezamos incluso para que Hamilton no consiga batir el récord de Schumacher, ni el de las victorias, que ya está muy a punto, ni el de los títulos mundiales, que está igual de a punto o más. Pero por rezar y soñar que no quede.
Nos gustan los ídolos, pero amamos mucho más el espectáculo. El espectáculo.
Tigre tigre.
