Contento, muy contento, plácidamente contento, estaba Lewis Hamilton después de conseguir su poleposition número 100. El primero que lo logra en la historia de la Fórmula 1. 32 más que Michael Schumacher y 35 más que Ayrton Senna.
Pero ese contento más aún que por el número de poles era por haber conseguido ganar en la clasificación del Gran Premio de España 2021 a Max Verstappen, con un coche que tenía las mismas posibilidades que el suyo de quedar primero. Max no ha fallado, sólo que Lewis Hamilton ha vuelto a conseguir enamorar al milagro.
Por primera vez en muchos años ya no es cierto que Hamilton gana sólo por el coche; Bottas no puede con Max Verstappen.
Los seguidores del gran circo debemos estar contentos. Empatizar con el contento de Hamilton y disfrutarlo como si de algún modo fuese nuestro. Porque lo es, es nuestro.
Si los RedBull siguen al nivel actual y Hamilton al final gana su octavo mundial, que en un principio parece lo más probable, sería absurdo odiarlo o intentar quitarle valor o mérito a su gran logro.
Tenemos lucha, tenemos campeonato, tenemos espectáculo, tenemos grandeza. Todos, repetimos, debemos estar contentos. Ganamos todos.
Luce el sol y es una radiante primavera en el mundo de la F1. No es tiempo de miserias ni de corazones mezquinos.
Disfrutemos y aplaudamos. Venimos de tiempos difíciles y todos nos merecemos la felicidad de este momento concreto.
Tigre Tigre.
