viernes, 26abril, 2024
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Grieving, duelo de José Luis Lozano

Guillermo de Jorge
Guillermo de Jorge
Guillermo de Jorge (Guillermo George Hernández), Santa Cruz de Tenerife, 1976. Cursó Filología Inglesa en la Universidad de La Laguna. Suboficial del Ejército de Tierra del Arma de Infantería, es Diplomado Superior de Montaña por la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales del Ejército de Tierra. Ha participado en operaciones de seguridad y misiones de paz, significando su estancia en Mauritania, Afganistán e Irak. Ha estado en países como Marruecos, Portugal, Senegal, Sierra Leona, Kuwait, Francia. Poeta - soldado, armas - letras, en la actualidad ejerce la presidencia de la Asociación Nacional Círculo Artístico Cálamo. Miembro del Centro Andaluz de las Letras, ha colaborado con medios de comunicación, destacando sus colaboraciones con el Diario de Sevilla, con el periódico La Voz de Almería, el Periódico El Día de Canarias y el Periódico El Mundo. Dirige la Colección “Letras del Mediterráneo”, de la Editorial Playa de Ákaba. En 2008 fue nombrado Miembro del Instituto de Estudios Almerienses. Le ha sido otorgado por la Junta de Andalucía, Diploma por su contribución y participación en Nueva Literatura Almería y fomento de la Cultura 2004. Accésit del Premio Creación Joven de Poesía de la Universidad de La Laguna 2005, actualmente colabora con Diario de Almería y Onda Cero Almería. Ha participado en encuentros literarios de carácter nacional e internacional, destacando el Festival Internacional de Getafe de Novela Negra, el Encuentro Nacional de las Letras Islas Canarias, Festival de Poesía del Mediterráneo o el Ciclo Internacional de Poesía Ciudad de Valladolid, estando sus textos reunidos en varias antologías poéticas y narrativas. DATOS BIBLIOGRÁFICOS Ha publicado diez libros de poemas, entre ellos: “Corporeidad de la Luz", Ediciones Idea, 2006 y “HK-G36E", prologado de Rafael Guillén, Premio Nacional de Literatura. Instituto de Estudios Almerienses, 2008. Ha colaborado con revistas especializadas, como la Revista Literaria Río Arga, Navarra; La Galla Ciencia, Murcia o la Revista Literaria Culturamas, Madrid. Y sus textos han sido publicados en suplementos literarios, destacando: “Selección de poemas" Publicado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Puebla, México. “Varied poems" Publicado por la Universidad de Columbia, EE.UU. En narrativa ha publicado: “Relatos a Glo”. Editorial Ediciones Idea, 2008. Como Cuadernos de Combate ha editado: “Irak: Diario de un legionario”, publicado por el Periódico La Voz de Almería, 2004. “Afganistán: Diario de un Soldado”, prologado por Lorenzo Silva, Premio Planeta de Novela. Editorial Playa de Ákaba. 1º Edición, Dic 2015. 2º Edición Feb 2016. 3º Edición Sept 2017. Exposiciones fotográficas realizadas: “Afganistán: Pasajes”. Monográfico junto con Lorenzo Silva y comisariada por el artista plástico Fernando Barrionuevo, en la Sala de Arte Contemporáneo MECA Mediterráneo Centro Artístico (Almería, Andalucía).
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análisis

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Cuando nos enfrentamos al concepto de duelo, el ser humano se articula como el exacto resultado de un dolor, la experiencia inquebrantable de la pérdida. Donde el ser afronta un proceso de tránsito o de adaptación que supone uno de los pilares base que deberá abordar para redimirse del quebranto. Un espacio que circunda el luto como proceso de adaptación al nuevo contexto vital, que se ve delimitado por la sociedad, la cultura o la  religión de cada individuo. Así, el pesar se transforma en ese instante preciso del estado de un individuo que ha experimentado la ausencia, el despojo consustancial de parte de su ser y que atisba los límites existenciales entre la materia y la esencia.

Sin embargo, los devenires de los tiempos transcurren en pleno siglo veintiuno, en un periodo incierto, donde la reflexión nos convida a constatar hasta qué punto la vida puede ser un duelo constante. José Luis Lozano, en su ultima exposición «Grieving», que presenta en MECA Mediterráneo Centro Artístico, gira en torno al uso de las nuevas tecnologías de la vigilancia tanto en el campo de la educación como para la creación artística. Sus trabajos exploran la relación entre las ciudades, el territorio, los espacios de poder y la manera que tiene el ciudadano contemporáneo de habitarlas, reflexionando sobre cómo el desarrollo de las urbes modifica patrones sociales y determina nuestra relación con el entorno.

Así, a través del proyecto colaborativo Europe dresses mourning/Europa, representado por una de las piezas que forman parte de la instalación Grieving, «se viste de luto y propone teñir de negro las banderas de los países que componen el continente europeo. En este caso, las banderas son teñidas de negro en señal de luto y duelo por todas las personas que arriesgan su vida a diario para entrar en Europa a través del Mar Mediterráneo que separa ambos continentes y, como salvoconducto, la patera, un barco que en condiciones precarias navega entre las aguas a la deriva esperando a llegar a un mundo de esperanza y cambio. Para ello, el artista/colaborador ha recibido un kit que contiene: a) Bolsa de banderas de todos los países europeos; b), Bolsa de tinta colorante negra; c), Instrucciones de uso. Una vez recibido el material para iniciar la propuesta, el artista / colaborador teñiría las banderas de negro, las dejaría secar al sol durante un tiempo y luego colgaría las banderas teñidas de negro en una terraza o balcón que eran visibles en el espacio público y las personas pudieran verlas. Luego, el artista / colaborador pasaría la misma propuesta a otro artista / colaborador para que el trabajo continuara en cadena y pudiera visitar el mayor número de hogares posibles. La propuesta que se expone en Grieving son las banderas teñidas de negro por los artistas / colaboradores y el resultado documental fotográfico del proceso», según explica Fernando Barrionuevo, comisario de la exposición.

Desde una mirada crítica la pieza Rashid Family se plantea como un ejercicio de recuperación de la memoria y un acto reivindicación, pero también un homenaje a todos aquellos muertos y desaparecidos en el Mar Mediterráneo a causa de la terrible situación migratoria que sufre el continente europeo, aquellos que jamás han aparecido, y que sus familias sufrirán durante toda su vida sus repercusiones. Darin, Dildar, Shiar y Dijwar, eran 4 hermanos de origen sirio que el día 3 de junio de 2018 perdieron la vida en una lancha que fue hundida frente a la costa de la Isla de Kekova Geyikova en Turquía, sus padres fueron rescatados. Las 4 mantas térmicas de rescate, a modo de memorial, los recuerda, y también para que no olvidemos que el mar mediterráneo se está convirtiendo en una fosa común de una Europa fortaleza.

La exposición de José Luis Lozano nos hace recapacitar y nos convida a comprender que las banderas, esas piezas de tela rectangular generalmente, con franjas de colores, escudos o figuras simbólicas que se emplea como insignias de un país, de un equipo, o de una dinastía, suelen estar sujetas a una serie de discursos y/o contextualizaciones virtuales que dejan fuera del marco racional, jurídico y humanístico a gran parte de una población mundial que se desangra, ante sí misma, en una realidad que rodea o sucumbe ante el concepto de frontera o de límite que subyace desde ellas, de esa misma línea real, física o imaginaria que separan a un estado, de otro; a un individuo, de otro ser humano; a la muerte, de la vida de tantos y tantos millones de personas.

Quizás, por ello, José Luis Lozano reflexiona sobre la importancia hoy en día de la banderas, como la blanca, que se identifica como signo de rendición, alto el fuego o intención de negociar, y esto se reflejó en los reglamentos de guerra derivados de las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907, y en los Convenios de Ginebra, actualmente en vigor. La bandera blanca marca un alto el fuego, un símbolo potencialmente visual para reclamar la paz. Pero, además, el color blanco tiene su significado entre los budistas, como un signo de luto, como un signo de muerte, de todas las personas que arriesgan su vida para cruzar las fronteras políticas en busca de mejores condiciones. En algunas zonas de África, por ejemplo, las tribus cubren sus cuerpos con cenizas; en otras zonas se embadurnan por completo con barro; en la cultura musulmana visten de color blanco, al igual que en determinadas zonas de la India. En el proyecto Grieving, la bandera en señal de duelo de diversos modos es aquí protagonista.

Así, las obras de José Luis Lozano van trazando un dialogo intertextual y cognitivo que recrean el espacio en donde se establecen estos símbolos impuestos por las diferentes sociedades, erigiéndose cada uno de ella con identidad propia que pone en cuestión el orden preestablecido.

Otras banderas que completan la instalación son, por un lado, Unity/harmony/solidarity, una gran bandera de Europa se configura en una lona de rafia procedente de una embarcación interceptada en el Mar de Alborán y que sirvió como protección ante la humedad del mar y del frío viaje para un grupo de inmigrantes. Su escudo, la corona de estrellas que identifica a los países que conforman el continente europeo, se sustituye por la concertina que cubre las vallas fronterizas de estos países europeos.

En Roja-igualdad, la bandera aquí es un símbolo político y social que cuestiona los conceptos de identidad, patria y nación. La manta térmica dorada de rescate se convierte en bandera de España con su escudo grabado y que ha sido configurada para cuestionar el debate sobre los procesos migratorios a lo largo de su historia y la devastadora colonización del Imperio español. Una España como “lugar de acogida” y “país solidario”.

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