Si un espectador desinformado hubiese visto las caras de los jefazos, los llamados Team Managers o Team Principals de los equipos Mercedes y Red Bull, habría pensado que había sido la segunda escudería la ganadora de la carrera en Qatar.
Todo eran sonrisas en el mundo de los bólidos patrocinados por la marca de bebidas energéticas. Los dos pilotos estaban contentos, tanto Sergio Pérez como Max Verstappen, al Doctor MARKO, el terrible Doctor Marko, le brillaba el único ojo sano que tiene la cara, y qué decir de Christian Horner, sólo le faltaba abrazar a los reporteros cuando acudían a entrevistarle.
Y sin embargo Red Bull había perdido la carrera. Era Mercedes quién se había llevado el gato al agua y había subido al cajón más alto del podio.
Pero ni Hamilton, el piloto ganador de la carrera, ni su jefe el peleón y un poco chuleta, bastante, Toto Wolff, parecían contentos. Más bien se les veía bajos de ánimo y diría que resentidos.
Antes de que comenzase la carrera de Qatar la apariencia era que Mercedes lo tenía ya todo hecho, que Verstappen no tenía ninguna posibilidad de conseguir el título tras los cambios en la unidad de combustión de Lewis Hamilton y que una vez más les iban a machacar.
Mercedes esperaba un doblete y dejar a sus rivales por el título del mundial de constructores a muchos metros o puntos de distancia.
Y Red Bull se agarraba dónde podía para no dejarse vencer por la sensación de que estaban al borde del precipicio y era casi imposible que no cayesen por él.
Pero la Fórmula 1 está más imprevisible y caprichosa que nunca este bendito año de 2021.
Verstappen no ganó la carrera, pero minimizó daños, y levantarle la vuelta rápida a Mercedes fue una tobita en los delicados que dolió a los alemanes.
Y Sergio Pérez escaló desde el fondo de la parrilla y al final quedó cuarto, mientras que Bottas, que está gafado o se gafa a sí mismo de un modo oscuro y extraño, tuvo un pinchazo, acabó abandonando y no sumó un solo punto.
El resultado es que ambos campeonatos, el de constructores y el de pilotos, siguen absolutamente vivos.
Si Hamilton y Mercedes ganan las dos carreras que faltan la escudería alemana se llevará el mundial de pilotos y muy probablemente también el de constructores. Pero si Verstappen gana una sola carrera lo tiene casi hecho…
¡Aún puede suceder cualquier cosa!
Aunque el amante de la Fórmula 1 normalmente tendrá un favorito para campeón mundial, en el fondo ya no está tan preocupado de si gana su piloto o su rival. Porque lo bonito está siendo esta lucha encarnizada.
Y la guinda maravillosa del pastel fue ver a Fernando Alonso, resurgiendo como el AVE FÉNIX que desde 2014 no subía a un podium.
En suma: todos los pilotos dijeron que en Qatar se divertían conduciendo, pues bien: nosotros nos estamos divirtiendo TODOS muchísimos viendo el magnífico espectáculo. Gracias y bravo a todos los equilibristas, magos, payasos, fías y demás fauna maravillosa que componen el Gran Circo de la Fórmula 1.
Tigre Tigre
Me gustan mucho sus artículos, su estilo, rápido y amable. Gracias