Se muere de ganas la afición de ver a Fernando Alonso acabar por delante de su actual compañero de equipo, Esteban Ocon, en el último campeonato del mundo en el que el español pilotará para Alpine.
Es humano y comprensible y natural, aunque pelín sucio, que Alpine le haya puesto un nuevo fondo plano a Esteban Ocon y Alonso solo se ha enterado de laya desventaja tres minutos antes de que comenzasen las prácticas libres.
Pero Alonso es uno de esos guerreros que se crecen en la dificultad, que se hacen más grandes cuanto más adversa es la circunstancia.
Ha sido precioso ver como Maravilla Alonso quedaba séptimo en la Q1 y Esteban, gran piloto por otra parte, quedaba eliminado, a pesar de su flamante fondo plano.
A falta de verdadera lucha por el mundial, que ya se ha metido en el bolsillo Max Verstappen, las batallas entre compañeros de equipo tienen especial encanto, y la más seguida por la afición es la de Alonso contra Ocon.
Si Alonso este año consigue quedar delante de su compañero de equipo, es evidente que rodarán las cabezas en Alpine. Aunque quizá rueden igual, pase lo que pase entre Ocon y Fernando Alonso. La estrella en el mundo de la F1 debe ser siempre el piloto, no los ejecutivos o empleados de ningún tipo.
Fernando Alonso, el mejor del resto en muchísimas ocasiones durante esta temporada, estaría luchando por el Mundial si hubiese tenido el coche adecuado. Y él lo sabe. Sus compañeros lo saben. La afición lo sabe.
Y por eso, nuestra admiración y nuestro aplauso. Incluso un día como hoy en el que todos felicitamos a Carlos Sainz por su pole y estamos en enormemente orgullosos de él. Sainz magnífico, sí, pero Alonso…..
Forza Alonso.
Tigre Tigre
