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Estaré el viernes y el domingo firmando en la feria

Javier Puebla
Javier Pueblahttp://www.javierpuebla.com
Cineasta, escritor, columnista y viajero. Galardonado con diversos premios, tanto en prosa como en poesía. Es el primer escritor en la historia de la literatura en haber escrito un cuento al día durante un año, El año del cazador, 365 relatos que encierran una novela dentro.
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análisis

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Me han llegado un montón de correos y mensajes de amigos y antiguos pupilos, destaco a la maravillosa Lorena Liaño y al siempre interesante Cristian C. Hessel. A mí me tocará el último fin de semana, en la CASETA 193, la de La Esfera de los Libros. El viernes 9 -de 19 h a 21 h- y el domingo 11 -de 20 h a 21 h (quienes me conocen ya saben que prefiero la noche, o al menos su cercanía).

Siempre hace enorme ilusión lo de firmar. Aunque para mi sorpresa este año estoy un poco nervioso. He cambiado de editorial. Y no sólo eso. El libro es diferente en esta ocasión. Por primera vez en mi vida he dado prioridad al placer del lector, y ahora mismísimo, al escribir lo “del placer del lector” en este artículo, creo que es lo adecuado. Lo generoso. Me han gustado a lo largo de la vida muchos libros en los que el escritor se preocupaba de mí antes que de sí mismo y de sus propias piruetas de frases y palabras para demostrar lo brillante y original que era capaz de ser. Hay una diferencia clara entre algo que se hace para el mundo con algo que hacemos para nosotros mismos.

Indudablemente es mucho más arriesgado lo primero: hacer algo para el mundo. ¿Qué se yo lo que en realidad le va a gustar a la gente? Aunque sí, sí que lo sé. Lo que sucede es que es muchísimo más cómodo jugar al póstumo y al genio: yo sé lo grandísimo que soy y estoy seguro (porque quiero y porque sí) que ya me leerán después de muerto. Pero esta vez no. Porque la idea de la novela surgió durante una comida familiar; mi familia siempre hace muchas más cosas por mí que en dirección contraria, y me pareció bonito, elegante e incluso generoso (es la segunda vez que repito el adjetivo en este texto) hacer una novela que les gustase, que pudieran disfrutar con ella.

A eso se le llama meter en camisa de once varas. Pero me metí. Y como el texto estaba inspirado en un personaje real me tocó estudiar muchísimo (odio estudiar; he saltado sobre una carrera y luego sobre una oposición a base de descaro, labia y fortuna de buen improvisador). Y luego me encontré con que el único final que realmente merecería la pena

 (sólo merezco al pena en mi alegría, escribe Carlos Marzal en su poemario Euforia)

tendría que estar lleno de vida y de alegría. Era imposible, como sabe cualquiera que conozca la historia de Alfonso Cabeza de España, descendiente de conquistadores y Marqués de Portago. 

Haz que lo imposible suceda y entonces será posible.

Me dejé el alma (y me dejé los huevos) hasta que fui capaz de encontrar el dificilísimo estado de ánimo necesario para afrontar un reto así. Los lectores decidirán si lo logré; aunque honestamente creo que sí… pero ¿yo qué sé?

En suma, que estoy nervioso. Y es increíble, porque a mí lo de escribir y los escenarios y todas esas cosas siempre me resultan facilísimas, y hasta me relajan en lugar de tensarme, pero esta vez…

¿Le gustará al Marqués de Portago, a su alma inmortal que todavía sopla y ríe y sonríe entre nosotros, cómo he contado su historia? ¿Le gustará a mi familia? ¿Te gustará a ti?

Si me quieres ver la cara -sonriendo pero seguro que todavía inquieto como un funambulista sobre la cuerda un día de viento- ya he dicho más arriba que estaré en la Feria el viernes y el domingo, firmando. Desde lo mejor de mí.

Excelsior (cómo decía para hacer magia en sus ahora tan célebres cómics mi maestro y amigo Stan Lee)

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