La empresa Extel es la división de contact center del grupo multinacional Adecco y está especializada en la gestión de la atención telefónica para los clientes de sus clientes, lo que hace años se llamaba telemarketing. Tiene plataformas de atención en Barcelona (Hospitalet de Llobregat, A Coruña, Madrid (Alcobendas), Málaga, Zaragoza, Lisboa y Arequipa (Perú). Cuenta con una plantilla de más de seis mil trabajadores y atiende un volumen de más de sesenta millones de llamadas anuales. Sus principales clientes son Telefónica Movistar y BBVA.

Esta semana la dirección de Extel ha anunciado a los representantes de sus trabajadores que va a ejecutar un Expediente de Regulación de Empleo en sus plataformas en España que, según fuentes sindicales, podría afectar a más de tres mil trabajadores, es decir, a más de la mitad de su plantilla. La empresa alega razones productivas y de organización, algo que ha sorprendido a los Comités de Empresa de dichas plataformas porque Extel no tiene problemas económicos y está pagando puntualmente las nóminas de sus trabajadores, además de que sus cuentas principales son muy estables. Por tanto, si no hay causas económicas y la empresa alega causas productivas y de organización, ¿qué ha provocado esta decisión de Extel? Todo huele a que la división de contact center de Adecco tiene planteada una nueva deslocalización de la actividad de alguna de sus cuentas y desde los sindicatos apuntan a que pueden ser los servicios que se gestionan para Telefónica Movistar.

Por tanto, nos encontramos ante un nuevo caso de deslocalización salvaje de actividad en un sector ya muy castigado por los procesos off shore. Sin embargo, la atención al cliente no es el único sector en el que se están deslocalizando puestos de trabajo que deberían encontrarse en España. Lo peor de todo es que los trabajadores no pueden defenderse ni tienen el apoyo de las instituciones públicas.

En unas semanas estará en la calle el número 6 de Diario16 en papel. En este número hay un amplio reportaje sobre estos procesos off shore y cómo están afectando negativamente a la economía nacional. Sin embargo, no nos centramos en las consecuencias en el empleo, que son obvias y que afecta a más de 80.000 puestos de trabajo sólo en el sector del contact center, sino en las consecuencias hacia los ciudadanos por la actitud de las empresas para que sus cuentas de explotación no se resientan y por su estrategia de competir por los precios de venta en vez de en la calidad de los servicios que ofrecen.

Cuando hablamos de deslocalización de servicios nos encontramos con un escenario en el que los clientes finales de las empresas que trasladan su actividad, total o parcialmente, a terceros países reciben un servicio de mucha menor calidad. Sin embargo, la rebaja en los costes salariales que provoca la deslocalización no se traslada al precio de venta por el que contratan esos clientes dichos servicios. ¿No les parece que esto se acerca a la definición de estafa? No piensen sólo que hablamos de los servicios de atención al cliente sino a otros muchos que las multinacionales españolas han trasladado a países con salarios muy inferiores a los nuestros y con unas condiciones laborales sin la protección del mundo occidental. Departamentos de facturación, contabilidad o de consultoría se gestionan fuera de España con la inseguridad en el tratamiento de los datos personales y bancarios que eso conlleva. ¿Sabían ustedes que sus datos están siendo tratados desde la India o desde Latinoamérica? ¿Sabían ustedes que personas ajenas a sus compañías tienen acceso a esos datos? Esa es otra de las consecuencias de la deslocalización.

El Expediente de Regulación de Empleo de Extel es un ejemplo más. Son tres mil trabajadores que se quedarán sin empleo sin que haya ninguna justificación lógica salvo que la preservación de los resultados de la cuenta PyG sea una justificación.

Todo esto y mucho más lo podrán leer ustedes en el próximo número de Diario16 que estará en la calle en el mes de octubre.

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