Lo impensable es algo que sucede cuando el resultado final se salta toda la lógica. En política, lo impensable sucede, sobre todo cuando entran en juego factores como el desapego, la decepción y el enfado de la ciudadanía con los gobernantes.
Esta noche, en la Francia de la libertad, la igualdad y la fraternidad, lo impensable tiene muchas probabilidades de convertirse en un hecho y la primera mujer en ser elegida como presidenta de la V República puede ser Marine Le Pen. Hay antecedentes de situaciones similares en países tan democráticos como Francia en los que la ciudadanía se cansó de los fracasos de los candidatos representantes del establishment y decidieron probar «otra cosa».
En el año 2016 se produjeron dos acontecimientos políticos que se podrían repetir en Francia en el día de hoy. En el mes de junio los ciudadanos del Reino Unido estaban llamados a votar a favor o en contra de la salida del país de la Unión Europea. Todos los sondeos previos a la votación daban una victoria cómoda para mantenerse en la UE. Sin embargo, los mensajes populistas y patrióticos de personajes como Nigel Farage calaron en una parte importante de la población no urbana y se dio la vuelta a los sondeos.
Algo parecido sucedió en el mes de noviembre en Estados Unidos. Todo parecía encaminado a que Hillary Clinton iba a ser la primera mujer en ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca. Así lo marcaban los sondeos. Sin embargo, lo impensable ocurrió cuando el pueblo habló con sus votos y le dieron su confianza a Donald Trump.
El escenario en Francia es demasiado similar al de Reino Unido y Estados Unidos en 2016 como para obviar que lo impensable suceda, es decir, que Marine Le Pen gane tras el recuento de esta noche. Hay demasiadas similitudes.
Además, es un reflejo de la situación que se vive en la actualidad de división entre las ciudadanías del mundo occidental, un enfrentamiento de modos de ver la sociedad que se ha incrementado tanto con la pandemia como con la respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
El mundo se ha dividido entre los llamados «globalistas», es decir, las personas que son favorables a mantener la globalización y la eliminación de las fronteras occidentales a través de instituciones supranacionales, y los «patriotas», que pretenden una regresión a la situación de bloques de la Guerra Fría y las soberanías nacionales.
Tanto Donald Trump como los partidarios del Brexit apostaron por ensalzar esos sentimientos patrióticos frente a la globalización. En Reino Unido se llegó a apelar a la grandeza pasada del Imperio Británico. En Estados Unidos, Trump explotó el lema «America First» (América Primero] para ganarse el apoyo de las zonas industriales azotadas por la internacionalización y la deslocalización de empresas. Ese es uno de los elementos clave que está explotando Marine Le Pen para justificar una posible salida de la Unión Europea.
Por otro lado, la inmigración también es un elemento fundamental que puede llevar a que lo impensable sea posible hoy en Francia. Donald Trump ganó millones de votos con la promesa del muro de México y los partidarios del Brexit lo utilizaron sobre todo en las zonas rurales. Marine Le Pen lleva años prometiendo, como todos los partidos de la extrema derecha europea, restringir la inmigración. En estas elecciones presidenciales, además, ha incluido en su programa que implementará una distinción legal entre franceses nativos y otros para el acceso al empleo o beneficios sociales.
Otro elemento que semeja lo ocurrido en Reino Unido y Estados en 2016 con lo que puede suceder hoy en Francia son los sondeos. Hasta ahora las encuestas dan una ventaja a Emmanuel Macron que oscila entre un 5% y un 10% respecto a Le Pen. Sin embargo, ningún medio ni ninguna encuesta descarta la victoria de la extrema derecha. Además, se puede producir la desmovilización del votante de Macron y que personas que no tenían intención de ir a votar, lo hagan por Le Pen.
En consecuencia, nada está claro y lo impensable puede convertirse en un hecho. Hoy los franceses pueden llevar a Marine Le Pen al Palacio del Eliseo y la historia se volverá a repetir.
Puede pasar cualquier cosa ,hasta los que votan por Macron estan hartos de el
y le votan por miedo a Le pen.
las elecciones mas importantes .
si gana le pen ,adios Europa,adios a la Otan ,adios a la guerra de Ucrania
adios al covid ,adios a la inmigracion sin control.
los globalistas han perdido su guerra en la plandemia ,sera su tumba ,se la jugarontod y lo saben y a la desesperada intentan la baza de Ucrania ,no reconocen su derrota y nos quieren llevar a todos al desastre ,el mayor exponente de los gobalistas es el esbirrode los rothschild Macron.
gane o no gane las elecciones esta todo sentenciado hacia el reseteo que las elites satanicas no quieren que es el contrario a DAVOS ,el reseteo patriota
«La humanidad se queda con un tremendo coste hundido, ya que la clase dirigente ha invertido miles de millones en este lío, con el resultado de cientos de millones de vidas y medios de vida perdidos. Anthony Fauci, Bill Gates, Joe Biden, Xi Jinping, Boris Johnson, Angela Merkel, la Organización Mundial de la Salud, el Foro Económico Mundial, el New York Times, el Partido Comunista Chino, Pfizer, Moderna, Facebook, Google, Twitter, el CDC, la FDA y la lista continúa. Estas personas, gobiernos y organizaciones deberían ser condenados por esta suicida “guerra contra un virus” que impusieron al mundo. Y todos deberíamos recordar siempre el increíble sufrimiento humano engendrado por estos actores.
Lanzaron todos los instrumentos de los “expertos en salud pública” en el libro de la pandemia de COVID-19, y nada funcionó. Pero los responsables no quieren que se les culpe del caos que han provocado. Eso es mala política, y no es una situación ideal para quienes se creen la personificación de la ciencia misma. Así que, en lugar de admitir su flagrante, criminalmente negligente y ahora intencionado fracaso, estos maníacos saboteadores están duplicando, triplicando y cuadruplicando los costes para las masas. Las “élites” saben que nada funciona, pero prefieren hundir a todo el mundo con ellos antes que admitir un fracaso total.»