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El simulacro «evento 201» y las recomendaciones que daban los expertos en octubre de 2019 ante una pandemia global

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análisis

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La situación que estamos viviendo estaba siendo analizada tiempo atrás por los expertos. Las conclusiones de sus análisis y estudios están a nuestro alcance gracias a las nuevas tecnologías, al hecho de que las conferencias están disponibles a través de la red, y los documentos donde se plasmaron los datos, las previsiones y sobre todo, las propuestas para poder hacer frente a una situación como la que estamos viviendo, también.

A continuación, encontrará información sobre eventos, conferencias e informes que explicaban los riesgos y las posibilidades de resolución de una pandemia global como la que tenemos ahora mismo.

Evento 201

En el mes de octubre de 2019 se celebró en Nueva York el «evento 201«. La puesta en escena de una serie de simulacros de pandemias basados en distintos escenarios posibles con el objetivo de dar respuesta y anticiparse para abordar soluciones de manera global.

Allí se congregaron 15 expertos mundiales en el ámbito de los negocios, gobiernos y salud pública para participar en la simulación de un escenario muy similar al que hoy estamos viviendo. Analizaron cómo podría comenzar todo, cómo evolucionaría y cómo podría resolverse con voluntad política, inversión financiera, información y convencimiento de la sociedad.

El evento fue organizado por el Centro Johns Hopkins para la Seguridad en la Salud, el Foro Económico Mundial, y la Fundación Bill y Melinda Gates.

El nombre «evento 201» hace referencia a una pandemia severa que requeriría de una cooperación entre varias industrias, gobiernos nacionales e instituciones internacionales clave.

En su presentación, explicaban que los estudios realizados en ese momento mostraban que las pandemias serían la causa de una pérdida económica anual del 0,7% del PIB mundial, unos 570 mil millones de dólares, de media. Para poder actuar frente ello, los expertos recomendaron la necesidad de establecer vías de cooperación entre la industria, los gobiernos nacionales, las instituciones internacionales clave y la sociedad civil.

Anunciaban entonces que «la próxima pandemia grave no sólo causará grandes enfermedades y pérdidas de vidas, sino que también podría desencadenar importantes consecuencias económicas y sociales en cascada que podrían contribuir en gran medida al impacto y sufrimiento global. El ejercicio de pandemia del «evento 201» demostró vívidamente algunas de estas brechas importantes en la preparación para pandemias, así como algunos de los elementos de las soluciones entre los sectores público y privado que se necesitará para cubrirlas.»

Al evento acudieron 130 personas. Sin embargo, puedes recuperar las conferencias y verlo de nuevo aquí: (puedes activar los subtítulos en las opciones que da el video)

En qué consiste la simulación «Evento 201»

El evento 201 simula un brote de un nuevo coronavirus zoonótico transmitido de murciélagos a cerdos a personas que eventualmente se vuelve eficientemente transmisible de persona a persona, lo que lleva a una pandemia severa. El patógeno y la enfermedad que causa se basan en gran medida en el SARS, pero es más transmisible en la comunidad por personas con síntomas leves.

La enfermedad comienza en granjas porcinas en Brasil, de manera silenciosa y lenta al principio, pero luego comienza a propagarse más rápidamente en entornos de atención médica. Cuando comienza a extenderse eficientemente de persona a persona en los barrios de bajos ingresos y densamente poblados de algunas de las megaciudades de América del Sur, la epidemia explota. Primero se exporta por transporte aéreo a Portugal, Estados Unidos y China y luego a muchos otros países. Aunque al principio algunos países pueden controlarlo, continúa extendiéndose y reintroduciéndose, y finalmente ningún país puede mantener el control.

No hay posibilidad de que haya una vacuna disponible en el primer año. Existe un medicamento antiviral ficticio que puede ayudar a los enfermos pero no limitar significativamente la propagación de la enfermedad.

Como toda la población humana es susceptible, durante los primeros meses de la pandemia, el número acumulado de casos aumenta exponencialmente, duplicándose cada semana. Y a medida que se acumulan los casos y las muertes, las consecuencias económicas y sociales se vuelven cada vez más graves.

El escenario termina a los 18 meses con 65 millones de muertes. En ese momento la pandemia comienza a disminuir debido a la disminución del número de personas susceptibles. La pandemia continuará hasta que haya una vacuna efectiva o hasta que el 80-90% de la población mundial haya estado expuesta. A partir de ese momento, es probable que sea una enfermedad infantil endémica.

Conclusiones y recomendaciones de los expertos

Según el informe elaborado a raíz del «Evento 201», los esfuerzos para evitar las consecuencias devastadoras requerirán niveles de colaboración sin precedentes entre gobiernos, organizaciones internacionales y sector privado. Llamaron la atención sobre las grandes vulnerabilidades globales que no estaban cubiertas y se hizo hincapié en los desafíos del sistema internacional. La clave está en la cooperación del sector público con la industria privada.

El ejercicio sobre la pandemia «evento 201» demostró, según los expertos, que algunas de estas brechas existentes necesitarían de la cooperación público privada para poder hacer frente al gran reto que supondría la pandemia que hoy estamos viviendo. Las recomendaciones específicas fueron las siguientes

1.- Los gobiernos, las organizaciones internacionales y las empresas deben planificar cómo se utilizarán las capacidades corporativas esenciales durante una pandemia a gran escala. 

Ya en aquel momento, octubre del 19, se apuntaba a que «durante una pandemi severa es probable que los esfuerzos del sector público para controlar el brote se vean desbordados». Pero los activos de la industria, señalaban, si se implementa de manera rápida y adecuada, podrían ayudar a salvar vidas y reducir las pérdidas económicas.

Ponían como ejemplo la necesidad de compañías con operaciones enfocadas en logística, redes sociales o sistemas de distribución para permitir la respuesta de emergencia de los gobiernos, comunicación de riesgos y esfuerzos de distribución de contramedidas  médicas durante la pandemia.

Incluye trabajar juntos para garantizar que los productos estratégicos estén disponibles y accesibles para la respuesta por parte de la salud pública.

La planificación de la contingencia para una posible asociación operativa entre gobierno y empresas será difícil y compleja, anunciaban, con muchos detalles legales y organizativos que abordar. Los gobiernos deberían trabajar (lo decían por aquel momento) para identificar las áreas más críticas de necesidad y llegar a los actores de la industria con el objetivo de finalizar los acuerdos antes de la próxima gran pandemia. En este sentido, por lo que se ve, vamos tarde, pues es ahora cuando empiezan a realizarse en nuestro país las aproximaciones entre la industria médica privada y la pública, entre otras cuestiones.

La Junta de Monitoreo para la Preparación Global, señalaban, estaría bien posicionada para ayudar a coordinar y dirigir los esfuerzos de los gobiernos, organizaciones internacionales y empresas, apuntando hacia dónde deberían enfocar sus energías para responder con eficacia a una pandemia.

2.- La industria, los gobiernos nacionales y las organizaciones internacionales deben trabajar juntos para mejorar la creación de contramedidas médicas que se mantienen internacionalmente para permitir una distribución rápida y equitativa durante una pandemia grave. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un arsenal virtual de vacunas contra la «influenza», con contratos vigentes con compañías farmacéuticas que han acordado suministrar vacunas en caso de que la OMS lo solicite.

Este modelo virtual, señalan, podría ampliarse para aumentar la capacidad de la OMS para distribuir vacunas y productos terapéuticos a los países con mayor necesidad durante una pandemia grave. Esto también debe incluir la existencia de vacunas experimentales disponibles para cualquier patógeno del Plan de I+D de la OMS para desarrollar un ensayo clínico durante brotes puntuales, explicaban.

Durante un brote catastrófico, señalaban, los países pueden ser reacios a separarse de los escasos recursos médicos de los que disponen. Por esta razón, disponer de una reserva internacional sólida podría ayudar a garantizar que todos tengan acceso a recursos necesarios. Los países que tienen capacidad de crear en gran medida, deben comprometerse a poder donar parte de su producción a quienes no tienen esa capacidad.

3.- Los países, las organizaciones internacionales y las compañías de transporte globales deberían trabajar juntas para mantener los viajes, y el comercio durante las pandemias. Los viajes y el comercio son esenciales para la economía mundial, así como para las economías nacionales e incluso locales y deberían mantenerse activas incluso durante una pandemia.

El informe apuntaba a que será necesario mejorar la toma de decisiones, la coordinación y las comunicaciones entre los sectores público y privado en relación al riesgo, las advertencias sobre los viajes, las restricciones de importación y exportación y las medidas a tomar en las fronteras.

El miedo y la incertidumbre, señalaban, ha llevado a veces a tomar medidas fronterizas injustificadas, cerrar negocios orientados al cliente, prohibiciones de importación y cancelación de vuelos de aerolíneas, así como envíos internacionales. Esto era lo que se decía en el momento de hacer el informe y ahora que estamos viviendo lo que está sucediendo con el coronavirus, vemos que se están produciendo exactamente estos errores que se avisaban ya.

Decía el informe que una pandemia particularmente rápida y letal «podría dar como resultado decisiones políticas para frenar o detener el movimiento de personas y bienes, lo que podría dañar a las economías que ya son vulnerables ante un brote. Los ministerio s de Salud y otras agencias gubernamentales deberían trabajar juntos ahora con las aerolíneas internacionales y las compañías navieras mundiales para desarrollar escenarios de respuesta realistas y comenzar un proceso de planificación de contingencia con el objetivo de mitigar el daño económico al mantener el viajes clave y rutas comerciales durante una pandemia a gran escala. Apoyar el comercio y los viajes continuos en una circunstancia tan extrema puede requerir la provisión de medidas mejoradas de control de enfermedades y equipo de protección personal para los trabajadores del transporte, subsidios gubernamentales para apoyar rutas comerciales críticas y protección de responsabilidad potencial en ciertos casos. Las organizaciones internacionales como la OMS, la Asociación internacional de Transporte Aéreo y la Organización de Aviación Civil Internacional deberían ser socios en estos esfuerzos de preparación y respuesta».

4.- Los gobiernos deberían proporcionar más recursos y apoyo para el desarrollo y la fabricación de vacunas, terapias y diagnósticos que serán necesarios durante una pandemia grave

Señalaba el informe que en el caso de una pandemia grave, los países pueden necesitar suministros a nivel poblacional de contramedidas médicas seguridad y efectivas, incluidas vacunas, terapias y diagnósticos. Por lo tanto, se necesitará la capacidad de desarrollar, fabricar, distribuir y dispensar rápidamente grandes cantidades de material para contener y controlar un brote global.

Los países con recursos suficientes deberían aumentar considerablemente esta capacidad, señalaban. En coordinación con instituciones y organismos internacionales, así como con mecanismos multilaterales y nacionales relevantes, deben realizar inversiones en nuevas tecnologías y enfoques industriales que permitirán la fabricación del material necesario. Para ello, recomendaban entonces que se fueran preparando en la elaboración de legislación para el caso concreto.

5.- Las empresas globales deberían reconocer la carga económica de las pandemias y luchar para estar mejor preparadas

Además de invertir más en la preparación de sus propias empresas e industrias, los líderes empresariales y sus accionistas deberían comprometerse activamente con los gobiernos y abogada por mayores recursos para la preparación ante una pandemia, avisaba el informe.

A nivel mundial, ha habido una falta de atención e inversión en la preparación para pandemias de alto impacto, y las empresas no participan en gran medida en los esfuerzos que hay que realizar.

Se debe a la falta de conocimiento de los riesgos comerciales que plantea una pandemia. Se deben construir herramientas que ayuden a las grandes empresas del sector privado a visualizar los riesgos comerciales que plantean las enfermedades infecciosas y las vías para mitigar el riesgo a través de la cooperación público privada para fortalecer la preparación. Una pandemia severa interferiría en gran medida con la salud a nivel global, operaciones comerciales y movimiento de bienes y servicios, advertían.

6.- Las organizaciones internacionales deberían priorizar la reducción de los impactos económicos de epidemias y pandemias

Señalaba el informe que sería probable que gran parte del daño económico que fuera a provocar una pandemia, se debería al comportamiento contraproducente de individuos, empresas y países. Ponían como ejemplo el hecho de interrumpir viajes, comercio o cambiar comportamientos en los consumidores, tal y como está ocurriendo.

Recomendaban el aumento y una nueva evaluación al apoyo financiero para una pandemia grave, ya que muchos sectores de la sociedad necesitarían esta inyección durante y después de la pandemia. Avisaban ya en el informe de que sería necesario identificar los nodos críticos del sistema bancario y las economías globales y nacionales, tan necesarias y esenciales que no se pueden dejar caer. Apuntaban al Banco Mundial o al Fondo Monetario internacional, a los bancos de desarrollo regional, a los gobiernos nacionales, las fundaciones, entre otros como actores que deberían explorar formas para aumentar la cantidad y la disponibilidad de fondos ante una pandemia.

7.- Los gobiernos y el sector privado deberían asignar una mayor prioridad al desarrollo de métodos para combatir la información errónea y la desinformación antes de la próxima respuesta pandémica. 

Ya en este momento, el informe recomendaba que los gobiernos deberían asociarse con empresas tradicionales y de redes sociales para investigar y desarrollar enfoques ágiles para contrarrestar la desinformación.

Anunciaban que esto requerirá desarrollar la capacidad de inundar los medios con información rápida, precisa y consciente.

El documento original sobre las recomendaciones puede leerse aquí.

Conferencia de Bill Gates en 2015

Como podemos ver, todas estas recomendaciones existían, estaban sobre la mesa hace unos meses. Y además en esta conferencia participaba el Foro Económico Mundial, entre otras organizaciones. Por lo tanto, se disponía ya de una hoja de ruta para lo que un par de meses después comenzó.

Pero mucho antes se estaba en alerta, y merece la pena echar la vista atrás para escuchar esta breve conferencia de Bill Gates, del año 2015, cuando ya alertaba de que los países venían preparándose ante guerras nucleares, invirtiendo en armamento y que, sin embargo, invertir en investigación y desarrollo sobre materia de salud era algo que no se estaba haciendo de manera contundente. Es de gran interés ver cómo apuntaba ya Gates en este momento a la necesidad de inversión en cuestiones sanitarias, apuntando al hecho de que las futuras «guerras» serían biológicas, que podrían devastar grandes poblaciones y que los gobiernos tenían que apostar por la inversión en este ámbito.

 

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