Una vez valorado el incontestable rédito electoral sacado de la perfectamente medida ‘resurrección’ temporal de la extinta banda terrorista ETA, desaparecida en octubre de 2011, para que ejerciera su efectismo populista en el electorado durante las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo con el objetivo prioritario de “derogar el sanchismo”, el Partido Popular no ha tardado mucho en encontrar un nuevo banderín electoral de enganche que vuelva a tirar de victimismo y populismo con un claro y simple mensaje para potenciales votantes dudosos: el Gobierno de Pedro Sánchez es cómplice del boicot a los productos españoles en los mercados internacionales, después de la reciente y sobredimensionada crisis de la fresa en los supermercados alemanes, principal mercado extranjero de los frutos rojos de Huelva.
Tanto es así que Juan Manuel Moreno Bonilla, principal barón del candidato popular a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales del 23 de julio, Alberto Núñez Feijóo, ha decidido continuar la ofensiva contra el ejecutivo central utilizando para ello su posición de presidente andaluz sin dudarlo un instante. Moreno Bonilla ha enviado una carta a Sánchez en la que le reclama “el cese de la campaña de acoso” desde su ejecutivo a los agricultores de los frutos rojos de la provincia de Huelva, principal productor y exportador español.
Los populares vuelven a tirar de victimismo populista para acusar al Gobierno central de “complicidad con el boicot” a los productos españoles en los mercados internacionales
La Administración andaluza reclama al Gobierno central que se abra un proceso de colaboración entre ambos ejecutivos que posibilite el entendimiento y la colaboración para la viabilidad de este sector económico básico del entorno de Doñana, principal caballo de batalla entre ejecutivo central y andaluz desde que Moreno Bonilla impulsó junto a la ultraderecha en la Cámara autonómica una proposición de ley para legalizar los regadíos de la Corona Norte del Parque de Doñana, un plan rechazado en su totalidad por Naciones Unidas, la Comisión Europea, las principales organizaciones medioambientales y el Gobierno de Pedro Sánchez.
Los populares han encontrado en el victimismo de un supuesto ataque a los productos rojos españoles en Alemania con la complicidad del ejecutivo central un motivo central de su precampaña electoral para las próximas generales de julio, una vez rentabilizado el mensaje de Sánchez-Bildu-ETA. Así, Moreno Bonilla no ha tenido el más mínimo rubor de utilizar su cargo de presidente de todos los andaluces para remitir una carta a Sánchez donde da por hecho que existe una “campaña difamatoria” contra el sector de los frutos rojos de Huelva por parte del ejecutivo central. El presidente andaluz entiende que tanto Sánchez como la vicepresidenta Teresa Ribera han compartido en sus redes sociales el boicot promovido por la organización Campact contra la venta de fresas de origen onubense en los supermercados alemanes.
Lejos de esta tesis de los populares, el Gobierno de España mantiene que la contestada y rechazada, a nivel comunitario, proposición de ley de PP y Vox en Andalucía para legalizar regadíos a más de 600 agricultores de la zona ha servido de caja de resonancia en otros países europeos. Sánchez publicó un mensaje en Twitter el pasado 30 de mayo en el que lanzaba un grito de “Salvemos Doñana” con el mensaje: “El negacionismo arruina nuestro medioambiente y corre el riesgo de arruinar las economías locales”. La vicepresidenta Teresa Ribera se sumó a esta denuncia por parte del ejecutivo central.
Tanto el presidente Sánchez como Ribera han puesto en bandeja el nuevo mensaje electoral del PP para las próximas elecciones generales de julio, además del ya adelantado del calor y la convocatoria electoral en pleno periodo vacacional. La carta remitida por Moreno Bonilla al presidente español da por hecho que la postura del Gobierno central “ha generado en Andalucía una considerable indignación y una sensación de indefensión frente a quienes, con intereses desconocidos, sólo persiguen el desprestigio de nuestra marca y la ruina de nuestros agricultores”. A partir de ahora, ETA pasa al fin a la historia también para el PP, que vuelve a tirar de manual del “perfecto patriota” de tiempos pretéritos para posicionarse en exclusiva como único defensor posible de los productos españoles frente a la “complicidad” del ejecutivo central con aquellos países que los atacan y boicotean.
