La llegada de los talibanes a Kabul representa un peligro para el estilo y la propia vida de millones de afganos, pero también hay otra víctima -material en este caso- que preocupa enormemente. Se trata del legado histórico y las importantes obras de arte guardadas y cuidadas en el Museo Nacional de Afganistán: “La continuación de esta situación caótica causa una gran preocupación por la seguridad de los empleados y de las obras de arte del museo”, han explicado desde el museo en un comunicado de prensa.
Miedo al saqueo
La situación de caos y de incertidumbre en Afganistán asusta, ya que los oportunistas aprovechan la situación de descontrol para saquear. «Desafortunadamente, hoy la ciudad de Kabul ha sido testigo de un caos sin precedentes; aprovechando la oportunidad, saqueadores y contrabandistas en diferentes partes de la ciudad han saqueado propiedades privadas y públicas”, alertan los responsables del museo.
Solicitando ayuda
De momento, desde el museo explican que lo peor todavía no ha pasado, aunque el estado de alerta es evidente. «El personal del museo, los artefactos y los bienes están a salvo todavía«, explican en el comunicado y continúan instando a las autoridades a que velen por el patrimonio artístico y humano del museo: «El Museo Nacional de Afganistán insta a las fuerzas de seguridad, la Comunidad Internacional, los talibanes y otras partes influyentes a prestar atención a la seguridad de los objetos y no dejar que los oportunistas utilicen esta situación para causar deterioro y practicar contrabando de objetos y otros bienes de esta institución».
Los budas
El miedo de los responsables del museo está justificado, ya que los talibanes han destruido y saqueado el patrimonio histórico con anterioridad. Todavía están presentes en la memoria colectiva las destrucción de los budas de Bamiyán hace 20 años. Unas enormes estatuas que durante 1.500 años habían sido todo un símbolo y un reclamo turístico quedaron reducidas a polvo y piedra en unos segundos. El patrimonio cultural de Afganistán está tan desprotegido como su población. Ahora todo está en mano de los talibanes poco dados a cuidar las obras de arte.
