El negacionismo del partido ultraderechista VOX es, ante todo, un insulto a las víctimas de la violencia machista, así como a las familias y amistades de las mujeres asesinadas por este terrorismo patriarcal. Así lo demostró de nuevo ayer en el Congreso de los Diputados a colación de una Proposición no de Ley (PNL) presentada por el grupo parlamentario socialista “para combatir el negacionismo de la violencia de género”.

La portavoz de Igualdad del Grupo Parlamentario Socialista, Laura Berja, tras recordar a las 1.054 mujeres asesinadas desde 2003, y a las 37 niñas y niños desde 2013 registradas oficialmente por el Ministerio de Igualdad, apuntó que “la violencia machista no solo asesina mujeres, también asesina a los hijos e hijas de las mujeres”. Además, aprovechó para señalar que la violencia machista “es una cuestión de Estado, es un problema de salud y de seguridad pública”, y remarcó la existencia de una violencia “específica contra las mujeres que se comete por el hecho de nacer mujeres”. Su intervención concluyó firme: “Debemos bloquear el discurso negacionista de la violencia contra las mujeres, en defensa propia, en defensa de la democracia y en defensa de más de la mitad de la población, que somos las mujeres”.

Dicha propuesta se votará el próximo miércoles y todos los partidos han mostrado su voluntad de votar a favor, a excepción de VOX, que ha aprovechado la coyuntura para volver a escupir bilis contra el feminismo y la lucha contra la violencia machista. El discurso goebbeliano de la diputada de VOX, Macarena Olona, comenzó calificando la PNL propuesta por el grupo socialista como “carroña política del sufrimiento de la violencia del maltrato”. A continuación, se presentó como “mujer, española, madre, hermana y política”, para inmediatamente decir que “es un honor para mi afirmar que la violencia no tiene género”. Porque, en su opinión y en la de su grupo parlamentario ultraderechista, “el hombre no viola, viola un violador; el hombre no mata, mata un asesino; el hombre no maltrata, maltrata un maltratador y el hombre no humilla, humilla un cobarde”. Esta última frase con tono y gesto enardecido dejó entrever cuánto odio alberga en su interior la diputada Olona, quien sentenció que “no vamos a asumir en nuestro grupo que se criminalice al varón y que se le haga potencial asesino y maltratador, porque no aceptamos que la violencia de género en el ADN masculino”.

Resulta paradójico -y hasta cómico- que una persona que usa un tono autoritario, violento y totalitario en cada una de sus intervenciones cometa la osadía de referirse a las medidas contra la violencia machista como “leyes ideológicas y totalitarias”. También resulta curioso que se niegue que la violencia que mata a mujeres es ejercida por hombres, cuando las cifras oficiales son una evidencia y hasta el propio grupo ultraconservador se refiere a mujeres “víctimas” de “violencia doméstica o intrafamiliar”, obviando conscientemente que esas víctimas de las que hablan son mujeres asesinadas por hombres, sea en el ámbito que sea. Asimismo, sería interesante señalar que la violencia machista no convierte a todos los hombres en asesinos, maltratadores o violadores, pese a que la gran mayoría -por no pillarnos los dedos con totalidades y totalitarismos- hayan sido educados en un sistema machista y patriarcal. Esto es una realidad que no se debe perder de vista, en pos de construir futuras sociedades alejadas de la cultura machista, bajo el beneplácito de la moral nacionalcatolicista, que arrastra desde siglos atrás.

Por si no fuera poco, Olona se marcó un pleno hablando en términos de “puro hembrismo” para referirse a la Ley Integral contra la Violencia de Género de 2004, aclarando que eso “no es feminismo”. Lo que nos faltaba por escuchar. Una política ultraderechista y reconocida machista dando lecciones en una tribuna pública sobre qué es feminismo y qué no es. Atención, porque la profesora Olona también se atrevió a manifestar que el feminismo tiene “un odio patológico hacia el varón”, y que eso es lo que “han impuesto en nuestra nación”. Y como el Estado parece ser de ellos, se enorgullecen de ser los únicos defensores de la cadena perpetua para asesinos y maltratadores, además de estar al lado de las víctimas. No como “esos chiringuitos subvencionados”, que trabajan diariamente por brindar la mejor cobertura a las mujeres que han sufrido o sufren la violencia machista, pero que la extrema derecha sostiene que “las dejan solas”.

Sin bajar el tono de su desprecio, aseveró que la ley actual contra la violencia de género en España “ha destruido la presunción de inocencia del varón en España y que profundamente es una ley ineficaz”. De nuevo mencionó a las 1.054 mujeres asesinadas desde 2003 y preguntó entre gritos desgarrados a los miembros del Gobierno si sabían “cuántos abuelos, cuántos hermanos, cuántos varones y cuántas parejas de personas homosexuales han sido víctimas de violencia en el ámbito doméstico”, para como colofón sentenciar que “esta legislación es una fuente de ingresos y distingue en categorías de víctimas de primera y de segunda”. Algo así como mezclar el tocino con la velocidad, pero realizando una comparativa pública y deshumanizante contra las mujeres que sufren la violencia estructural del machismo.

El grupo de extrema derecha tuvo tiempo para negar la represión de las personas homosexuales en España. En respuesta a tal negación, el diputado socialista, Antonio Hurtado, ironizó diciendo que para Vox, “los maricones vivimos en un paraíso de Ikea lleno de armarios con candados bien cerrados -y prosiguió- que es lo que significó esa etapa sórdida para nosotros, de falta de libertad”. Hurtado le pidió a Abascal que no defendiese “nunca más a los homosexuales en el Congreso”, porque “aquí estamos los homosexuales para defendernos. Sabemos defendernos. Y además con razones de fuerza y contundencia”, concluyó el diputado socialista que se ganó el aplauso de buena parte del hemiciclo.

“¡Me da vergüenza!”

Entre las contestaciones más duras a la burda intervención de Macarena Olona se encuentra la de la diputada de Esquerra Republicana, Pilar Vallugera, que comenzó reconociendo que “no estaba preparada para oír las barbaridades que ha oído esta tarde”, y exclamó: ¡Me da una vergüenza! Dirigiéndose irónica a la diputada ultraderechista se refirió a las 21 mujeres asesinadas este año “a mano de sus parejas, ex parejas o relaciones análogas” como “pura casualidad”; enumeró a La Manada, a las violaciones, a las agresiones, la los insultos y  a la humillación pública, de nuevo satirizando, con que todo esto era por culpa de las mujeres. Mientras Olona se mostraba sonriente y replicante en su escaño, Vallugera achacó a las mujeres de Vox estar “atravesadas por su condición de clase”, haciendo claro guiño a las interseccionalidades. Y concluyó: “Ustedes han traído a esta cámara el fascismo. Y se lo agradezco, No tengo ninguna duda, los combatiré. Porque están poniendo en peligro las vidas de las mujeres”.

La diputada de Unidas Podemos, Mar García Puig, nombró a todas las mujeres asesinadas este año por la violencia machista y zanjó su discurso aseverando que “los crímenes de la violencia machista no tienen que ver con el ADN, tienen que ver con la desigualdad estructural entre hombres y mujeres. Quien niega esto vuelve a asesinarlas, vuelve a golpearlas. Quien niega la verdad de la violencia pasada es cómplice de la violencia futura. Por mucho que griten e intenten intimidar, nos tendrán a las feministas muy en frente».

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