La última propuesta descabellada de Vox es otro plagio descarado de las políticas xenófobas de Donald Trump: la construcción de un muro de hormigón en Ceuta y Melilla para frenar lo que el partido ultra considera una “invasión extranjera”. En realidad, tal invasión nunca existió, ya que el porcentaje de inmigrantes que cruzan la frontera sur española en situación irregular es ínfimo en comparación a los que llegan de forma regulada. No obstante Vox −que sin duda se encuentra ya en modo campaña electoral− ha dirigido una petición al Gobierno a través del Congreso de los Diputados para la construcción de su ansiado muro y la sustitución de las actuales vallas metálicas. Además, los dirigentes ultras exigen que se permita a los agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que trabajan en la frontera el uso de material antidisturbios, como las pelotas de goma o las pistolas eléctricas.

Curiosamente, la “solución final” de Santiago Abascal para resolver el problema migratorio no figura en ninguna de las propuestas laborales que las asociaciones policiales elevan cada año al Gobierno. Así, desde AUGC, y tras los últimos saltos masivos a la valla de Melilla, se reclama un mayor refuerzo en medios humanos y materiales, pero de ninguna manera la construcción de un muro de hormigón. Ese aumento de recursos “los llevamos solicitando desde hace años, tanto a través del incremento del número de efectivos en la zona como de la instalación de cámaras detectoras de movimiento de anticipación, así como la adquisición de vehículos con plataformas elevadoras que den seguridad a los agentes que necesiten subir a la valla en el caso de que se acceda a la parte alta de la misma”, asegura la organización de la Benemérita.

Por otra parte, la asociación vuelve a insistir en la necesidad de contar con un protocolo de actuación claro e inequívoco en las fronteras con Ceuta y Melilla, y que el ministro del Interior se pronuncie sobre “las devoluciones en caliente”. “Es urgente, en este sentido, que los agentes cuenten con una mayor protección jurídica en la labor diaria que realizan en los pasos fronterizos”, añaden los portavoces que defienden los derechos laborales de los agentes.

Del mismo modo, AUGC reclama “una vez más” la firma de un acuerdo con Marruecos para que se establezca un protocolo de policía judicial que fomente la investigación y persecución de las mafias que se lucran con la organización de estos asaltos, aprovechándose de la desesperación de las personas que tratan de acceder a España de forma irregular.

Pero pese a no haber un clamor en la calle ni en los profesionales de la seguridad, Vox insiste. La formación verde, en su habitual lenguaje delirante, insiste en que su muro tenga el “grosor”, la “resistencia” y la “altura” necesaria para que lo haga “impenetrable e infranqueable”. Curiosamente, preguntado por quién costearía la obra, Abascal dijo ayer que España tiene los “recursos suficientes para hacerlo”, aunque también “debe exigir la colaboración económica” de la UE, ya que “Ceuta y Melilla son la frontera sur de Europa”. En ese sentido, rechaza que Marruecos se ocupe de la construcción porque, según ha apuntado, “Vox quiere hacer las cosas bien y el reino africano pone vallas que no sirven para nada”.

La formación que preside Abascal ha registrado en la Cámara Baja una proposición no de ley con el objetivo, según ha explicado su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, de exigir la aplicación de la Ley de Extranjería y cumplir con las “devoluciones automáticas” de inmigrantes a Marruecos, así como mejorar “los métodos de protección de fronteras”.

“Se ha demostrado hasta la saciedad la ineficacia de las vallas actuales”, ha apuntado el secretario general del partido, Javier Ortega Smith. El diputado asegura que, con esta construcción, pretenden evitar que los migrantes que intentan saltar la valla y se quedan en su parte superior, lancen a los agentes “piedras, cal viva o ácido, tal como hacen ahora”. Además, critica la formación de los agentes, que “tienen una carencia brutal, sin chalecos antibalas, ni guantes anticortes, sin máscaras antigás, ni trajes para repeler las quemaduras, entre otros medios”. Así, Vox exige al Ejecutivo que permita a los agentes usar el material antidisturbios en la frontera sur, algo que en la actualidad tienen prohibido.

“Sólo pedimos que se actúe como en los países civilizados”, añade Smith, antes de señalar que usar pelotas de goma para que los agentes se defiendan de una avalancha de 700 personas es “proporcionado y hasta insuficiente”. El diputado reclama que se permitan también las pistolas eléctricas, un mayor control aéreo, radares y más pruebas sanitarias.

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