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El Mundo que Pensamos

Francisco J. García Carbonell publica El Mundo que Pensamos con la editorial Kiros Ediciones. Se trata de un libro lleno de visiones de nuestro entorno.

Antonio Guerrero
Antonio Guerrero
Antonio Guerrero colecciona miradas, entre otras cosas. Prefiere las miradas zurdas antes que las diestras. Nació en Huelva en 1971 y reside en Almería. Estudió relaciones laborales y la licenciatura de Filosofía.
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análisis

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Francisco J García Carbonell es doctor en Humanidades, licenciado en Teología y tiene un master universitario en literatura comparada europea. Ha publicado Los siguientes libros: Los Renglones Mentales del Inspector Borrought (2010), ¿Monseñor Lardin creía en Dios? (2011), El mundo de unos pocos (Los enfermos de hemodiálisis) (2012), Siempre en nuestro corazón (2012), El último vuelo de la vieja halcón de ojos azules (2015), De un viajero a otro (2016) Variaciones e invariaciones, selección de artículos publicados en prensa (2017), Teología de la liberación y narrativa hispanoamericana (2017), El anverso del reverso (2018), ¿Situación de la teología de la liberación? (2019), Reflexión sobre la distancia (2020), El hombre imaginario (el contexto de una nueva masculinidad) (2021). Es colaborador en varios medios de comunicación.

1.- El mundo que pensamos es tu nueva obra. Tiene un título muy sugerente. Cuéntanos que hay entre páginas.

Bien, esta obra está organizada en varias entrevistas, que son a su vez una búsqueda intelectual, en esta se aborda una crítica ilustrada de la estructuración de nuestro mundo. Desde conversaciones con físicos, psicoanalistas, filósofos, artistas, misioneros, músicos, políticos, activistas, biólogos o escritores, se va hilvanando de un modo interesante, creo,  el carácter de eso que somos nosotros como sociedad. Lo que yo he pretendido, en definitiva, es crear un coro de diversas voces, rehusando así cualquier caracterización, y que las mismas nos lleven por los nuevos derroteros del pensamiento crítico.

2.- ¿De la tarea de hacer entrevistas hay algún aprendizaje que hayas obtenido sobre el ser humano?

Es una pregunta muy interesante y me alegra que me la hagas. Siempre el dialogo, y perdona que me ponga muy orteguiano, es lo que patenta nuestra propia vida, que es radicalmente nuestra y lo lejano que es la vida de los demás. Por un lado vemos como la propia cultura se hace conforme surge la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos y como dentro de ahí esos ecos que nos llegan de los demás desde la lejanía, y que no sentimos como esa vital realidad, son comprometidos en nuestro pensar, los hacemos parte de nosotros, a nuestro mundo, a nuestra vida, siempre a nuestro yo. Así, de este modo, descubrimos que no nos podemos  interpretar a nosotros mismos desde nosotros  mismos, para conocernos mejor debemos pasar por la interpretación del otro, es el otro quien esculpe nuestro cerebro haciéndonos humanos. Son los demás quienes hacen evolucionar nuestra cognición, es la transmisión a través del otro, en una suerte de factor epigenético, quien ha dado proporción a mi cuerpo y cerebro para que pueda aprehender la realidad como ninguna otra especie de la tierra. Es el otro quien me ha marcado para que mi vida sea mejor o peor, más o menos digna, más o menos confortable, más o menos segura, más o menos apetecible, etc., por eso, pienso, que es a través del dialogo, en el caso de mi obra la entrevista, como el ser humano se abre al aprendizaje de un modo global.

3.- ¿Cuál entrevista te ha resultado más fácil y cuál más difícil?

Bueno, no sabría decirte, lo que si te puedo decir es que todas me han parecido muy interesantes. Siempre tengo en mi mente las palabras de un profesor de sociología que tuve en Madrid el cual nos indicaba que todo el mundo tiene siempre algo interesante que manifestar que nos exige el esfuerzo de traducir.

4.- Este es el primer título de Kiros Ediciones. Con él inicias su andadura como editorial. Cuéntanos cómo surgió tu relación con este sello.

 Esta editorial ha surgido mediante la asociación Filosofía en la calle. Esta, en su búsqueda de conectar la filosofía con el público, ha apostado por llevar a cabo la publicación de obras con calidad filosófica y literaria para tal fin. Es un paso más, también está llevando a cabo la publicación de una revista, para sacar la filosofía de su anquilosamiento académico y  devolverla  a ese lugar del que nunca debió salir y que no es otro que el ágora pública. En ese sentido, fue como decidir intentar publicar con este sello y como estos, una vez valorada de manera positiva mi obra, la han publicado.

5.- ¿Qué caracteriza a Kiros Ediciones?

En primer lugar la calidad del grupo editorial. Todos sus miembros están muy vinculados con el mundo de la filosofía tanto a nivel nacional como internacional. En segundo lugar, diría, la honestidad profesional a la hora de valorar tu obra. Lógicamente esta tiene que pasar por una serie de filtros pues, aparte de la calidad, tiene que estar acorde con los principios que persigue la asociación, por eso es de muy tener en cuenta que te informen sobre la manera en que  se puede publicar la misma, en caso de que se pueda publicar,  o no. Esta no es una editorial, puesto que no está en su razón de ser, que persiga el lucro comercial o, como muchas, publique por publicar  desentendiéndose de los autores. Más bien persigue, como he dicho, cumplir con una finalidad y, por ese mismo motivo, apuesta fuerte por los mismos.

6.- Sabemos que llevas una larga trayectoria como autor. ¿En qué consiste para ti el ejercicio de escribir, en la necesidad de comunicarte o en la de expulsar lo que ocurre en tu interior?

Creo que ambas cosas, puesto que ambas están muy relacionadas. Por un lado, es la necesidad de poder comunicar y dejar mi huella de un modo permanente, eternizarme en lo escrito, y por el otro también es una terapia sicológica.

7.- Sé que has tenido varias vidas profesionales ¿qué queda de cada una en el autor?

Mi propia resistencia. Una obra a mi entender, que redondea el pensamiento vitalista de Nietzsche es el Ecce Homo. Esta última —subtitulada Cómo se llega a ser lo que es —es una narración de la propia vida que ya desde un principio nos avisa “acaso es un mero prejuicio decir que yo vivo”. Para el pensador alemán la maldición de este mundo está representada por la mentira del Ideal, esa gran mentira que ha falseado la realidad e invertido el espíritu vital de la humanidad. Lo que ya de alguna manera astibó Baltasar Gracián y Kierkegaard y, de un modo desatado de toda atadura Schopenhauer y el propio Nietzsche es la recuperación de la narración humana, de la propia biografía, de ese relato en donde el enfermo profesor de Basilea nos pide que lo escuchemos, “pues él es tal y tal y, también, que sobre todo no lo confundan con otro”. Hoy en día, los propios medios tecnológicos han supuesto una especie de motor a reacción en el intrincado proceso de la evolución humana. Las herramientas no solo desbrozan nuestro cuerpo también atañe a nuestra propia psique. Ese hombre arrojado en la sociedad, como diría Heidegger, va perdiendo la autenticidad a la par que deja de resistir, y aunque esa pérdida es algo que el ser humano no puede recuperar del todo, si es cierto que a través de la disconformidad, que hemos forjado a través de nuestra propia experiencia, es cómo podemos “irritarnos” con esa sociedad que nos arrastra, pese a todo el empeño a nadar a contracorriente, por las bravas aguas de la biomecánica, la perdida de nuestro relato, el trastrocamiento de los valores, el descontrol de nuestra propia voluntad, etc.

8.- ¿Hay algún proyecto futuro del que puedas contarnos algo?

Ahora mismo estoy con dos proyectos de investigación que me apasionan y de los cuales hablaré más adelante.

9.- Para acabar, ¿podrías hacerme una definición de La Mirada Zurda?

Sé que esta es una pregunta que te gusta hacer mucho (risas). Bien, enlazando esta con el resto de la entrevista permíteme que rescate a Deleuze, alguien que como sabes casa muy bien con esa mirada zurda. Para este, y así lo recoge Antonelli Marangi en su recomendable obra El concepto de inmanencia práctica en Deleuze, se debe evaluar toda acción en función de la vida. Es desde la propia vida, como valor absoluto, desde donde el ser humano debe actuar. Aquí se entrelaza el discernimiento ético a través de esa axiología o ese desvelamiento si cabe que se nos presenta en nuestro libre actuar con los demás y el deber de preservar el objeto mismo de esta. Es, pues, que el fin y el medio encuentran, aquí, una conjunción. Pero ¿cómo podemos afrontar la perversión del poder frente a ese valor absoluto? ¿Disponemos de alguna herramienta para ello?

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