Sevillana de 51 años, María debería haber dormido el pasado 5 de febrero en la cárcel tras ser condenada por el Juzgado de lo Penal número 13 de Sevilla a siete meses de prisión por consentir que su hija de 12 años de edad (ahora tiene 15) se negara a ver a su padre, condenado por malos tratos, incumpliendo el régimen de visitas impuesto por una jueza. Ese mismo día, el Consejo de Ministros aprobó concederle el indulto parcial por otro delito de desobediencia, acordando sustituir la pena privativa de libertad por unos trabajos en beneficio de la comunidad que han permitido que la mujer no entre en prisión. Esa pena era distinta a la pena por la que se le requirió su ingreso en prisión en febrero. Se trataba del segundo indulto parcial que el Gobierno concede a María Salmerón. El primero de ellos correspondía a una condena de un año de cárcel.

La última noticia que ha tenido de la justicia no ha podido ser más desfavorable para ella, al conocer que la Sala Tercera del Tribunal Supremo ha admitido a trámite un recurso de casación promovido por la Asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género, presidida por la actual pareja de su maltratador, con responsabilidades municipales en Ciudadanos de Sevilla y apoyada por un famoso ex juez de familia condenado por prevaricador, contra el indulto parcial concedido por el Consejo de Ministros. Ella promete seguir luchando hasta el final. La sociedad le reconoce con galardones todo aquello que la justicia le niega.


¿Hasta dónde está dispuesta a seguir luchando para que la justicia reconozca la injusticia que se viene cometiendo contra su persona?

Voy a seguir luchando hasta donde llegue. Si tiene que ser a Bruselas, Estrasburgo, La Haya… Todos los estamentos que me permitan llegar a demostrar que se ha cometido una verdadera injusticia con una niña y su madre.

Usted se ha convertido en un caso simbólico en la lucha contra el maltrato, y aun así los tribunales de justicia se empeñan en aplicar la ley atendiendo solo el ancho del embudo. ¿Cuándo cambiarán los tribunales de justicia esta dinámica?

Tengo la intuición, y después de estos quince años de lucha, también el convencimiento, de que dudo mucho que vaya a cambiar la justicia con la ideología machista que tienen muchos jueces. Debería existir más formación y jueces que no aplicaran su ideología sino solo la ley. Nos iría mejor a todos los ciudadanos.

Su ex marido es un maltratador. ¿Por qué cree que la justicia le permite visitar a su hija pese a todo?

Repito lo mismo. El machismo está afincado en el sistema judicial. No quieren admitir que un maltratador que maltrata a una mujer no puede ser un buen padre. Nunca jamás un maltratador puede ser un buen padre.

¿Deben los maltratadores tener el derecho de visitar a sus hijos?

Evidentemente no, porque para ellos es una herramienta más que utilizan en su maltrato hacia la mujer. Esta realidad es una realidad invisible, porque los jueces siguen empeñados en que estos señores sigan pudiendo visitar a sus hijos aunque hayan sido asesinados más de 30 niños a manos de maltratadores en estos últimos años. Por lo tanto, en el momento en que un niño haya sido asesinado la justicia debería haber tomado otro camino. ¿Y qué es lo que han hecho? Mirar para otro lado. ¿Por qué? Porque se beneficia al maltratador, sencillamente.

Estamos en una sociedad machista aún en pleno siglo veintiuno, eso es evidente, pero, ¿cree que los jueces y juezas siguen siendo machistas en sus sentencias?

Por supuesto. Mi caso servirá como ejemplo para que se vea qué está ocurriendo en todos los juzgados de España, porque yo no soy un caso único. El mío es la punta del iceberg. Es una situación generalizada, hay muchísimas madres que están pasando absolutamente por lo mismo. En el momento que una mujer pone una denuncia por abusos o malos tratos, automáticamente se invierte la carga de la prueba y la madre pasa a ser la mala y el hombre pasa a ser la víctima. ¿Cómo se encaja esto en esta sociedad?

Entrevista completa en el número 1 de Diario16

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