Felipe VI confía en que los partidos puedan encontrar una “solución” a la situación política del país antes de ir a unas nuevas elecciones. Aunque no estamos ante una declaración que provoque un terremoto político en España, resulta obvio que el rey ha ido más allá en su papel institucional que en 2016, cuando solo apeló al diálogo para encontrar una salida al bloqueo tras la espantada de Rajoy. Parece claro que el jefe del Estado se ha mojado un tanto más esta vez y su simple insinuación de que una nueva cita con las urnas sería algo malo para el país está dando lugar a un torrente de análisis en los periódicos y a tediosas e interminables tertulias en la televisión. ¿Qué ha querido decir exactamente Felipe VI, para quién estaba hablando?, se preguntan unos. ¿A quién beneficia el toque de atención del rey que suena más bien a advertencia velada para aquellos que han participado en la negociación de la investidura fallida, o sea PSOE y Podemos? Desde luego a la izquierda no, ya que se pone en evidencia el fiasco del frustrado Gobierno de coalición y se incrementa la presión para que Sánchez e Iglesias se pongan de acuerdo. Sin embargo, paradójicamente, la derecha ya ha sabido catalizar el críptico mensaje de Zarzuela y empieza a arrimar el ascua a su sardina.

Teodoro García Egea, secretario general del PP, se ha apresurado a esbozar una interpretación en clave propia al asegurar que el rey “también podría proponer candidato a Pablo Casado”, con el apoyo de Ciudadanos y la abstención de los partidos de izquierda. Una idea tan delirante como imposible, ya que nadie en su sano juicio puede pretender que un partido que gana las elecciones generales pueda aceptar pasar a la oposición.

En la misma línea se ha expresado Ciudadanos, que cree que el aviso de Felipe VI es “una exhortación” directa al candidato socialista para que cumpla con el encargo de formar Gobierno. Es decir, según la formación naranja estaríamos ante una clara presión desde la Casa Real para que si Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no están en condiciones de ponerse de acuerdo dejen el paso libre a otras opciones y combinaciones posibles, entre las que estaría supuestamente un Gobierno de Casado con el apoyo de Ciudadanos y de Vox, es decir el famoso “trifachito”. Esta tesis es también mantenida por el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, quien en una entrevista en Onda Cero ha asegurado que la llamada del rey es “absolutamente compatible con la posición del PP y creemos que es así porque Sánchez ya ha elegido a sus aliados”.

En esos términos se ha pronunciado también el portavoz adjunto de Cs en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal, quien tras recordar que si Felipe VI encargó la formación de un Gobierno a Sánchez es “razonable” que ahora le “exhorte” a cumplir con ese encargo. A su entender, las palabras del rey son “muy razonables” y están “dentro de su papel”. Por lo visto Bal interpreta del deseos del monarca en clave naranja y llega incluso a retorcerlos al máximo para que quede claro que la monarquía toma partido por la derecha dando un tirón de orejas a Sánchez e Iglesias por su fracaso en las negociaciones de cara a un Gobierno de coalición.

También Vox se ha puesto a la cola en la instrumentalización de las palabras del rey para sus fines políticos, como demuestra el hecho de que Vox Baleares se haya sumado a la manifestación en apoyo a los monarcas de España prevista para el próximo miércoles en Palma de Mallorca.

Viendo cómo PP, Ciudadanos y Vox han salido a escena en comandita para apropiarse de un mensaje real que en principio debería cumplir con el papel de representación y moderación que la Constitución atribuye a la monarquía −sin inmiscuirse arbitrariamente en la función política−, cabría preguntarse si existe una pinza, una confluencia de intereses entre la Casa Real y las derechas para presionar a PSOE y Podemos, de tal forma que lleguen a un acuerdo cuanto antes, evitándose de esa manera unas nuevas elecciones.

No lo cree así el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, para quien las palabras del rey han sido una especie de juego de presión para que PP y Ciudadanos permitan la investidura de Sánchez. “No ha sido una injerencia sino un mensaje de moderación y de gobernabilidad”, aclara Ábalos. Una opinión más escéptica parece mostrar la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, quien tras asegurar que el llamamiento del rey coincide con el deseo del Gobierno, ha puntualizado que habrá que ver “hasta qué punto eso es factible”.

Curiosamente, Unidas Podemos no ha entrado en la polémica (Iglesias sigue en su periplo de paternidad) y sigue responsabilizando a Sánchez de que a fecha de hoy aún no haya un Gobierno en España. De momento, el presidente en funciones y el rey se reunirán en las próximas horas en Palma de Mallorca para debatir sobre el bloqueo institucional. Quizá sea el momento para que el monarca aclare qué es lo que ha querido decir realmente con unas indescifrables palabras que lejos de aclarar el panorama político del país contribuyen a enturbiarlo un poco más.

5 COMENTARIOS

  1. Yo creo que la república la llevamos sufriendo cuarenta años lo que tenemos que votar los ciudadanos es unos buenos gestores profesionales y si no realizan bien su trabajo a la oficina del paro.Y el jefe de Estado que se le aplique el mismo rasero que se ejecuta a todos los currantes de está democracia franquista.

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