El juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, ha mandado al Tribunal Superior de Justicia de Murcia una exposición razonada por la que solicita la imputación de Pedro Antonio Sánchez por los delitos de fraude, cohecho y revelación de información reservada. Según las pruebas que aporta el juez, Sánchez habría utilizado las empresas de Alejandro de Pedro (EICO y Madiva) para que limpiasen la imagen del, entonces, consejero de Educación a cambio de una futura adjudicación “hinchada” de contratos públicos de formación.

En su exposición razonada, el juez Velasco detalla todas las pruebas halladas a lo largo de la investigación contra Sánchez, entre ellas los correos electrónicos, las llamadas telefónicas o los intercambios de whatsapp. Aporta también diversos informes sobre los trabajos de reputación online, así como la agenda de una empleada en la que fijaba la fecha de 3 de noviembre de 2014 como la fecha elegida para el inicio de dichos trabajos. Por este motivo, el juez entiende que todo ello encaja dentro de los siguientes delitos: delito de fraude, del artículo 436 del Código Penal; el delito de cohecho, en base al artículo 419; y de revelación de información reservada del artículo 417.

Moción sí, moción no

Desde el PSOE han sido claros: “Ya no hay motivo para que Pedro Antonio Sánchez siga al frente del gobierno regional”. Quien así se manifestaba era Antonio Hernando ante el conocimiento de los nuevos hechos imputables. Durante estos días Rafael González Tovar, portavoz socialista en la región y candidatable en la moción, ha venido pidiendo cordura a los partidos de la oposición, en especial a Ciudadanos. El sábado, antes del Comité Federal socialista, ya afirmó que no cabe otra salida que apoyar la moción de censura contra quien el actual presidente murciano. Ni elecciones, ni gobierno técnico de transición. Los socialistas quieren un gobierno que revierta todas las malas prácticas que han llevado a la región murciana a la situación por la que atraviesa actualmente.

En Ciudadanos siguen en sus trece de no mojarse ni duchándose. Su cruzada apostólica contra el populismo de Podemos les impide aceptar un gobierno alternativo del PSOE. Miguel Sánchez está haciendo de trilero y jugando a varias bandas. Mientras manifiestan negociar con el PSOE un gobierno técnico de seis meses y luego convocar elecciones, también andan solicitando un cambio de presidente al PP. Desde el PSOE entienden que el problema no es sólo la persona de Sánchez, sino que es una práctica que está imbricada en el propio seno del partido conservador. Acusa, el portavoz, al PSOE de querer agarrarse a las sillas y no tanto a la regeneración. Pero lo cierto, según fuentes internas de la formación naranja, es que están deseando que el propio Sánchez de un paso atrás.

Hernando, oliéndose la jugada, ha manifestado claramente que es el máximo dirigente quien debe explicar los porqués: “Rivera tendrá que dar muchas explicaciones como vote en contra de esa moción de censura y deberá explicar a la ciudadanía las razones por las que va a seguir teniendo a una persona doblemente imputada por corrupción”. González Tovar también ha lanzado un ultimátum al PP naranja: “Pedimos a Ciudadanos que reaccione porque no hay mas prórrogas y estamos en el minuto final”.

Negociaciones en Génova y Alcalá

Según fuentes de Moncloa, Mariano Rajoy ya ha dado orden de que se actúe en consecuencia para no perder la región murciana. Pese a que Pablo Casado anunciase durante la rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo Nacional que no había ninguna imputación formal ni se le requería para juicio oral, por lo que no había motivo de dimisión, Fernando Martínez Maíllo y José Manuel Villegas están negociando una solución al conflicto murciano. Desde fines de la semana pasada, la formación naranja tenía previsto abstenerse en la moción de censura como ha podido conocer Diario 16 de fuentes internas. Preferían esperar a ver qué decisión tomaban desde Génova antes de posicionarse claramente. Las negociaciones con el PSOE han sido, claramente, “fuegos de artificio” para conseguir en negociaciones paralelas la dimisión del dirigente murciano.

De hecho desde el PP naranja, el silencio o las palabras comedidas han sido la tónica desde el viernes 31 de marzo. Han seguido con el raka-raka del gobierno transitorio para marear la perdiz, pero al igual que hacen en otros lugares de España, cualquier opción que pase por permitir a Podemos rozar el poder es completamente inviable. Antonio Hernando, hábilmente, ya ha advertido que “la relación de confianza se establece entre el poder legislativo y el ejecutivo y ahora de lo que no puede depender dicha moción de confianza es de las maniobras de Génova”. Saben que los cuñados naranjas van a esperar al PP lo que haga falta.

Casi se da por seguro, en PSOE y Podemos, que no saldrá adelante la moción de censura, salvo contratiempo en las negociaciones a alto nivel que llevan entre manos los equipos de Rajoy y Rivera. Saben que antes que la regeneración de Murcia, pesa más impedir que gobierne la izquierda en cualquier lugar del territorio español. El miércoles como muy tarde se sabrá si hay fumata blanca para un nuevo presidente murciano del PP. En caso contrario el cuñadismo político naranja tendrá que dar muchas explicaciones a los murcianos y al resto de españoles.

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