Quizás no lo esperábamos por su juventud, por su falta de experiencia y de rodaje en grandes competiciones. Pero Adriana Cerezo está hecha de otra pasta. Con tan solo 17 años, la joven madrileña ha asegurado la primera medalla para la delegación española, al clasificarse para la final de su categoría (-49kg), que se disputará está misma tarde a partir de las 14:30, hora española.
Cerezo ha arrollado a todas y cada una de las rivales a las que se ha enfrentado. En octavos se decido, con extrema facilidad, de Tijana Bogdanovic, ni más ni menos que la número dos del mundo. En cuartos de final, Adriana dio un recital para la historia, al masacrar a la doble campeona olímpica Wu Jingyu, con una concatenación de patadas al casco de la china, y un desparpajo impropios de su edad.
Trayectoria arrolladora hacia la final
En semifinales fue la turca Rukiye Yildirem quien mordió el polvo. Otra paliza. En este caso 39-19. La taekwondista española no solo se ha clasificado para una final en su primera participación en unos Juegos Olímpicos, sino que ha demostrad una abrumadora superioridad ante todos sus rivales.
El último escollo en busca del oro será la tailandesa Panipal Wongpatanakit. Un hueso duro de roer. Pase lo que pase, Adriana Cerezo ya ha conseguido emocionarnos con su talento, su sonrisa permanente y su contagiosa energía. España se entrena en el medallero en el primer día de Tokyo 2020.
