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El cuarto poder

Isabel Bailo Domínguez
Isabel Bailo Domínguez
Profesora de educación infantil, técnica fitosanitaria cualificada, técnica medioambiental y forestal, madre a tiempo completo, actualmente estudiante de grado de historia y Rebelde con causa.
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análisis

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Si hablamos de los tipos de pensamiento o ideologías políticas surgidas a lo largo de nuestra historia contemporánea, podemos decir que son tres: el liberalismo, en el siglo XVIII, con la era de la Ilustración  y se popularizó rápidamente entre muchos filósofos y economistas europeos y más tarde en la sociedad en general, especialmente entre la burguesía, aunque luego a derivado en la actualidad a lo que hoy llamamos capitalismo económico.

 El fascismo, este movimiento político nacido en 1919, cuando Benito Mussolini,  fundó en Milán el grupo «Fasci italiani di combattimento»,  seguido y ampliado en la segunda guerra mundial por Adolf Hitler,  y que en la actualidad, está resurgiendo como el ave Fénix de sus cenizas. 

Y por último, el comunismo nacido con la revolución rusa de 1917. El marxismo-leninismo surgió como la bandera principal del comunismo en la política mundial, de la mano de Lenin, y que adoptó  China En 1949.

 El líder del PCCh(partido comunista chino) en aquel momento, Mao Zedong, proclamó la nueva República Popular China, bajo la dirección del Partido Comunista.

En la actualidad está ideología política sigue vigente bajo su presidente Xi Jinping, pero que sabemos del país más poblado del mundo? Que sabemos acerca  de que China  vaya a ser primera potencia mundial, si no lo es ya?.. en tan solo unas décadas?, como el imperio del lejano oriente ha llegado tan lejos?

Para comprender la China contemporánea, es útil tener una perspectiva de largo plazo sobre su evolución económica, fue  líder en la economía mundial en buena parte del tiempo transcurrido desde el inicio de la dinastía Shang, alrededor del 1500 antes de Cristo hasta los inicios del siglo XIX, donde por culpa de la sensación de debilidad de la China imperial, agravada por las derrotas militares frente a las potencias extranjeras, como en las guerras del opio, llevó a muchos sectores de la pequeña burguesía china a plantear la necesidad de reformas políticas que permitieran al país lograr el desarrollo económico y social que habían alcanzado las potencias occidentales ,esto provocó innumerables conflictos bélicos por los señores de la guerra y la derrota en la guerra chino-japonesa en 1895, provocaron una profunda crisis de identidad en el país que ni siquiera la extinción del imperialismo y la consecuente proclamación de la República en 1912 pudo resolver. Después aconteció la larga guerra civil que se inició en 1927 , la ocupación japonesa en 1945 y la llegada de Mao que ascendió al poder en 1949, y proclamo la flamante República Popular China.  Esta, a pesar de númerosos intentos y grandes fracasos,tampoco logró equiparar al país con el resto del planeta. 

China siguió anclada y atrasada  del resto del mundo,  hasta que   comenzó su cambio en 1980 gracias a las reformas introducidas por Deng Xiaoping,  un hombre revolucionario y estadista que se ganó la reputación de «Arquitecto de la China Moderna».

La República Popular de China se fue convirtiendo de forma acelerada, sin contemplaciones ni pausas en una creciente potencia económica. Se reformó industrialmente, con soportes muy evidentes en la industria y en el desarrollo científico surgido de la reforma universitaria de 1979, la cual tuvo como punto central su desideologización y la introducción plena de los principales desarrollos científicos y tecnológicos mundiales.

 Bajo la idea de un «socialismo con características chinas», Deng rompió con lo establecido e impulsó una serie de reformas económicas, centradas en la agricultura, la liberalización del sector privado, la modernización de la industria y la apertura de China al comercio exterior. 

Se llamó «Reforma y apertura» y logró sacar a 740 millones de personas de la pobreza, según cifras oficiales.

 Pero volviendo a su actual presidente, el 14 de marzo de 2013, tras la confirmación de la Asamblea Popular Nacional de China, Xi Jinping asumió la presidencia de la nación. 

Durante la Revolución Cultural fue enviado a trabajar al campo, y después estudiaría ingeniería química, donde también obtuvo el doctorado en teoría marxista, en educación ideológica y política.

Él sigue la estrategia marcada por su antecesor, tanto que ha desarrollado su propia filosofía, y entra dentro de la constitución del partido comunista de China bajo el nombre de «pensamiento de Xi Jinping», en similitud al pensamiento de Mao Tse TTung, y ha ampliado con creces, la ideología de el «socialismo con características chinas» .

 Esta ideología es diferente del socialismo y capitalismo tradicionales. Tiene estas características básicas:

La dirección del partido, el pueblo como dueño del país y la integración orgánica del estado de derecho. En la interrelación de los tres, el liderazgo del partido es lo fundamental, el pueblo es el dueño del país es la base política, y el estado de derecho es la tarea básica del partido que lleva al pueblo a gobernar el país.

Con base en esa dinámica, China lanzó, hace ya más de un lustro, la red de comercio y de influencia política llamada  ‘la nueva ruta de la seda’, (denominada Patrimonio de Humanidad por la Unesco en 2014) que a través de ferrocarriles, carreteras y puertos marítimos conecta a más de sesenta países, en medio de una red que tiene como centro a la propia China.

Con una población que en la actualidad ronda los 1.370 millones de habitantes, los cuales representan más del 60% de la renta mundial. China acumula el 50% del crecimiento de la riqueza en las dos últimas décadas y a la luz de los panoramas geoestratégicos, la solidez demográfica, el desarrollo científico y tecnológico, y la creación de la mayor red comercial directa del mundo contemporáneo, deja claro que, el ganador de la «Guerra Fría,» tiene serias dificultades para mantenerse como líder global en el presente siglo.

Pues bien, china ha sabido entender de una manera magistral, cómo funciona el mundo capitalista, analizando sus patrones hasta conseguir incorporarlos con la ideología socialista china, logrando mezclar  lo que un día hizo grande a la dinastía Shang con la economía global actual.

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